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Córdoba: un gobierno y un régimen deslegitimados

El fraude en las elecciones provinciales de Córdoba, tiñó todo el proceso electoral hasta las presidenciales de octubre. La cobarde actitud de Juez y el juecismo, que no dio ninguna pelea seria contra el fraude, permitió que los votos opositores al gobierno -que se había alineado abiertamente del lado de los fraudulentos- fueran canalizados por Lavagna y en menor medida por Carrió, dos partidos con escaso peso en Córdoba.

PTS

8 de noviembre 2007

El fraude en las elecciones provinciales de Córdoba, tiñó todo el proceso electoral hasta las presidenciales de octubre. La cobarde actitud de Juez y el juecismo, que no dio ninguna pelea seria contra el fraude, permitió que los votos opositores al gobierno -que se había alineado abiertamente del lado de los fraudulentos- fueran canalizados por Lavagna y en menor medida por Carrió, dos partidos con escaso peso en Córdoba. Lavagna triunfó con el apoyo de la UCR. Los juecistas como Giacomino y Cecilia Merchán, rápidamente fueron a apoyar a Cristina, junto con Schiareti, y fueron derrotados.

A pesar de que fueron votos opositores al gobierno nacional, el crecimiento económico se hizo pesar en un voto conservador, por mantener el modelo, pero con un perfil mas moderado. Pero el gobierno y régimen provincial, incluso los mismos juecistas que se aliaron al gobierno nacional, quedaron desprestigiados ante las grandes masas. El PJ provincial prácticamente no hizo campaña por Cristina (incluso un sector dio aliento a la lista de Rodríguez Saa, poniéndoles fiscales). Y particularmente el gobierno de Schiaretti, nace con una debilidad de origen. Aunque hoy el crecimiento económico mantiene la “unidad”, y la convivencia con el gobierno nacional, Schiaretti deberá gobernar con un PJ “delasotista” y un régimen debilitado por la crisis política del fraude. Como afirma La Voz del Interior del 1/11 “…la nueva administración arrancaría sin luna de miel con la sociedad cordobesa. A esas cuestiones se suman los conflictos salariales y laborales con los agentes de todo el arco provincial. Las respuestas a sus demandas han sido parciales y persisten reclamos de fondo…” Las contradicciones para firmar el acuerdo con los docentes y el duro conflicto de los estatales, hoy debilitado por la desastrosa dirección de la burocracia sindical, muestran que la debilidad del régimen y la oposición al gobierno pueden alentar una oposición social, en reclamo de las demandas no satisfechas, sobre todo en la enorme masa de trabajadores estatales. Es este sector de los trabajadores y sobre todo de la capital, el que votó masivamente contra el gobierno provincial en las elecciones de septiembre y contra el nacional en las de octubre. Y también hay que tomar nota, que en el movimiento obrero industrial, mientras la burocracia sindical peronista se jugó por el PJ, en las dos elecciones, su base votó ampliamente contra el peronismo.

La elección de la izquierda

En este marco, la izquierda tuvo una baja votación. La peor de todas, la del MST-Nueva Izquierda que a diputados nacionales quedó tercera en la izquierda con el 0.57%, mientras el PO sacó el 0.58 %, y el FITS 1.05%. El verso de una “nueva izquierda amplia” no solo se demostró totalmente oportunista, sino también un fracaso electoral en Córdoba.1 En la fórmula presidencial, el PO quedó por debajo del FITS y del MST, y muy por debajo del FITS en las elecciones a diputados. Su sectarismo y la política electoralista y oportunista en el FIT (frente que hicieron con IS para las elecciones del 2/09), como denuncia Izquierda Socialista en su último periódico, lo llevaron a retroceder políticamente (tuvieron poca presencia política en las dos elecciones) y sobre todo se negaron a fortalecer una perspectiva que luchaba por la independencia política de los trabajadores.

Para el FITS, encabezado por el PTS a nivel nacional, el resultado electoral fue moderadamente bueno. Fue la primera fuerza de la izquierda tanto a presidente como a diputados, sacando mayor diferencia en esta última, por el reconocimiento de Liliana Olivero y también de Gabriela Lamelas Paz, entre la vanguardia, los trabajadores y la izquierda cordobesa. Nuestra campaña tuvo un claro planteo clasista y socialista, denunciamos que el fraude era producto de un régimen que gobernaba para sostener las millonarias ganancias empresarias y planteamos un programa obrero y socialista. Lo mas importante fue que en las dos campañas pudimos discutir y popularizar la idea de la necesidad de un partido de la clase trabajadora entre los miles de trabajadores de las grandes concentraciones obreras de la provincia. E incluso logramos organizar obreros de fábricas, docentes, jóvenes trabajadores, que apoyaron activamente la campaña y que hoy se plantean las vías para poner en pie un partido de los trabajadores.

PTS – Regional Córdoba

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