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Jujuy

Contra la reforma política de Fellner

17 de agosto 2006

La primera semana de junio se firmó un convenio entre Nación y Provincia de 200 millones de pesos para obra pública. Como señaló un diario local: “Kirchner (...) aprovechó el anuncio (...) para apuntalar la imagen de Fellner y asegurar que el actual gobernador es garantía de ‘gobernabilidad y crecimiento’; una frase que se interpretó como un claro pedido de reelección”. 
Para lograrla, el PJ se juega a reformar la Constitución y, según el “reglamento”, hay dos opciones: o se convoca a una Asamblea Constituyente (sacando por la Legislatura una ley con un único artículo que diga “cámbiese la Constitución provincial...”), o mediante “comisiones de trabajo” la Legislatura sesiona agregando y modificando leyes y/o artículos a la misma. De ser así, no permitirían siquiera que las masas se expresen aunque sea pasivamente con su voto.
El PJ, aprovechando su mayoría en la Cámara de Diputados, se juega a esta última opción, llamando a la “reforma parcial”, donde agregarán como cortina de humo nuevas leyes sobre ecología, derechos indígenas, para la “familia jujeña” y la mujer.
El PJ, que mantiene a Jujuy en los niveles salariales más bajos del país, con una alta tasa de desocupación; que garantiza millonarias ganancias a los patrones del azúcar y tabaco, minería y construcción –contando además con el aval de los “dirigentes” de la CGT-Jujuy- pretende modificar la Constitución para consolidar su poder mediante la “reelección indefinida” del cargo de gobernador, haciendo un feudo propio de la provincia, al estilo de los Saadi, Juárez o Rodríguez Saá.
Mientras el gobierno se niega a dar aumentos salariales a los estatales, el congelamiento del gasto público es devuelto por la administración nacional en dinero para negociados de obras públicas para políticos y empresarios, y más “ayuda social” (asistencialismo) para el aparato del PJ. Así se preparan para la reforma y luego para las elecciones, donde Fellner se juega a ser reelecto.
Los trabajadores no podemos quedarnos al margen mientras el gobierno planea hacer un régimen más restringido. Denunciamos al gobierno, que no está dispuesto a abrir un “proceso constituyente”, e intenta una reforma constitucional por arriba o mediante una Asamblea Constituyente restringida a discutir la reelección del gobernador. Por ello decimos: ¡No a la reforma reaccionaria y restringida!; y exigimos una Asamblea Constituyente que sea verdadeamente libre y soberana donde se discuta y resuelva sobre los grandes problemas de los trabajadores y el pueblo de la provincia.
Los socialistas luchamos por un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Pero en la medida en que las amplias masas trabajadoras aún no comparten esta perspectiva, llamamos a imponer mediante la movilización obrera y popular las más amplias libertades políticas y de organización actualmente restringidas en esta democracia para ricos.
Los trabajadores debemos dar una respuesta de clase, ligar nuestros reclamos más urgentes, de salario y trabajo, al cuestionamiento político del régimen, luchando contra el gobierno y su “reforma”, exigiendo al Frente de Gremios el paro provincial, en unidad con los trabajadores de la industria, en negro y desocupados, luchando por imponer una verdadera Asamblea libre y soberana, que no se limite a cambios cosméticos, sino que refunde la provincia en beneficio de los intereses de la clase trabajadora. Asamblea que sólo podrá imponerse mediante una gran lucha de masas. Una Asamblea que se plantee cambiar todo, donde participen todos los sectores trabajadores. Que derogue la “ley de responsabilidad fiscal” que limita los presupuestos de salud, educación y obra pública; que se plantee un plan de obras públicas bajo control obrero que dé trabajo genuino a miles; que reestatice las empresas privatizadas y reabra las fábricas cerradas; que expropie las tierras a los grandes terratenientes; que otorgue aumentos salariales a los trabajadores acordes a la canasta familiar; que imponga que todo funcionario o legislador cobre igual que un trabajador medio y que sea revocable, entre otras muchas medidas.
En ese camino hay que unificar las fuerzas obreras, de estatales y privados, de ocupados y desocupados, para imponer una salida obrera y popular. Llamamos a los compañeros de MST y PO a impulsar una política de oposición de clase al régimen provincial.

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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