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IPS

Conclusiones de 1905

30 de julio 2004

La historia del Soviet de Diputados Obreros de Petersburgo es la historia de cincuenta días.
El 13 de octubre, la asamblea constituyente del soviet se reunió por primera vez. El 3 de diciembre, la sesión del soviet fue interrumpida por los soldados del gobierno.
En la primera sesión no había más que varias docenas de hombres. Y a mediados de noviembre el número de diputados llegaba a 56, entre ellos 6 mujeres. Representaban a 147 fábricas, 34 talleres y 16 sindicatos. (...) Se eligió un comité ejecutivo el 17 de octubre, compuesto por 31 miembros: 22 diputados y 9 representantes de los partidos (6 para las dos fracciones de la socialdemocracia y 3 para los socialistas revolucionarios).
¿Cuál fue el carácter de esta institución (...)?
El soviet organizaba a las masas obreras, dirigía huelgas y manifestaciones, armaba a los obreros y protegía a la población contra los progromos. Sin embargo, hubo otras organizaciones revolucionarias que hicieron lo mismo (...) y nunca tuvieron la misma importancia. El secreto de esta importancia radica en que esta asamblea surgió orgánicamente del proletariado durante una lucha directa, determinada en cierto modo por los acontecimientos, que libró al mundo obrero «por la conquista del poder». Si los proletarios, por su parte, y la prensa reaccionaria por la suya dieron al soviet el título de «gobierno proletario» fue porque, de hecho, esta organización no era otra cosa que el embrión de un gobierno revolucionario. El soviet detentaba el poder en la medida en que la potencia revolucionaria de los barrios obreros se lo garantizaba; luchaba directamente por la conquista del poder, en la medida en que éste permanecía aún en manos de una monarquía militar y policíaca.
(...) Al ser el punto de concentración de todas las fuerzas revolucionarias del país, el soviet no se disolvía en la democracia revolucionaria; era y continuaba siendo la expresión organizada de la voluntad de clase del proletariado. En su lucha por el poder, aplicaba métodos que procedían, naturalmente, del carácter del proletariado considerado como clase: estos métodos se refieren al papel del proletariado en la producción, a la importancia de sus efectivos y a su homogeneidad social. Más aún, al combatir por el poder, a la cabeza de todas las fuerzas revolucionarias, el soviet no dejaba ni un instante de guiar la acción espontánea de la clase obrera; no solamente contribuía a la organización de los sindicatos sino que intervenía incluso en los conflictos particulares entre obreros y patronos. Y, precisamente porque el soviet, en tanto que representación democrática del proletariado (...), se mantenía en la encrucijada de todos sus intereses de clase, sufrió desde el principio la influencia todopoderosa de la socialdemocracia. Este partido tuvo entonces la posibilidad de utilizar las inmensas ventajas que le daba su iniciación al marxismo; este partido, por ser capaz de orientar su pensamiento político en el «caos» existente, no tuvo que esforzarse en absoluto para transformar al soviet, que no pertenecía formalmente a ningún partido, en aparato organizador de su influencia. […]

Prensa

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