Los días 21, 22 y 23 de febrero en la Ciudad de Buenos Aires se realizó el primer encuentro entre la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la Central Obrera Boliviana (COB), en el cual se trató la situación de los trabajadores bolivianos en la Argentina. Al final de las jornadas, ambas centrales sindicales firmaron un acuerdo.
Como sabemos, la situación de los trabajadores bolivianos en la Argentina es durísima: en los talleres de costura, en la construcción, en las plantaciones de ajo o las quintas de distintas provincias, en las ladrilleras del interior.

Según los propios organizadores del encuentro, los objetivos tanto del encuentro como del documento firmado “apuntan a eliminar la explotación laboral y la trata de personas”. Para lograr esto se proponen realizar “líneas de acción conjunta” entre ambas centrales. (www.cta.org.ar).

Se pueden compartir esos objetivos generales, el tema es cómo llevarlos adelante.

¿A quiénes hay que organizar? 

Del encuentro, además de los dirigentes de la COB, participaron organizaciones afines a la CTA y dirigentes y organizaciones de la comunidad boliviana en Argentina que están vinculadas a sectores patronales de la comunidad, como por ejemplo Alfredo Ayala, dirigente de ACYFEBOL (Asoc. Civil y Federativa Boliviana), que ha reivindicado públicamente en varias oportunidades a los talleristas de la comunidad boliviana, y ha participado de la golpiza a integrantes de la Asamblea de La Alameda que denunciaban la explotación de los talleres.

Así como las grandes marcas y los fabricantes, los talleristas obligan a trabajar a los inmigrantes bolivianos, en jornadas de 12, 14 y hasta 16 hs., a cambio de sueldos miserables, totalmente en negro y en condiciones de insalubridad y hacinamiento. ¿Quién puede pensar que es posible encontrar una solución al trabajo esclavo sin enfrentar a estos sectores?

Lamentablemente, la dirección de la CTA y la COB han evitado discutir esta cuestión vital, y han llegado a plantear que los residentes bolivianos deben estar todos unidos para defender sus derechos, sin distinguir entre los costureros, los trabajadores más explotados, y los talleristas que nos mantienen en esas condiciones.
 
Cómo luchar contra el trabajo esclavo

Entre las propuestas acordadas por ambas centrales figuran, entre otras:

– La creación de una comisión integrada por miembros de la CTA y el Consulado boliviano para agilizar los trámites de documentación.

– El pedido de mayor presencia del Consulado en las zonas donde hay más concentración de población boliviana para empaparse de los problemas (como si no supieran lo que padecemos).

– El llamado de la COB a que los residentes bolivianos en Argentina se afilien a la CTA.

No hay ni un solo párrafo en el documento, ni ninguna mención en el encuentro, que denuncie las 75 marcas (Kosiuko, Montagne, Lacar, Soho) que tienen causas judiciales por utilizar mano de obra esclava.
Tampoco ninguna exigencia al Estado argentino, cómplice de esta situación. Ni han quedado establecidas acciones concretas que permitan -a quienes sufrimos la discriminación, la precarización y la explotación laboral- llevar adelante un gran campaña contra el trabajo esclavo, por la efectivización de todos los trabajadores en negro, que exija la documentación de identidad inmediata y gratuita (además de amnistía para todos aquellos que no tienen sus papeles al día), una campaña que permita organizar a los trabajadores inmigrantes para enfrentar esta situación.

 
Una tarea urgente

En el encuentro, tanto la CTA como la COB tomaron nota de la problemática que aqueja a más de un millón de trabajadores en Argentina. Sólo la organización independiente de los trabajadores del Estado y de los sectores patronales, y en unidad con los trabajadores argentinos, garantizará la resolución de todos estos problemas.

PTS Pompeya