La declaración de la quiebra de la empresa de transportes Río de La Plata, es fin del vaciamiento empresario de los últimos meses. Ocupaba a 800 trabajadores, y poseía una flota de 250 coches, considerada de las principales en América Latina por su capacidad instalada, sus talleres tecnificados con posibilidad de producir sus propios coches, y realizar un mantenimiento de alta calidad.
En los últimos meses la empresa despidió a 150 trabajadores, entre ellos a los activistas del último conflicto, que denunciaron esta destrucción.
En los últimos días, los trabajadores decidieron en asamblea, constituir una comisión de control de la recaudación, ya que los administradores “dibujaban” lo recaudado. Ante la retirada de la patronal, los choferes decidieron continuar con el servicio bajo su propia dirección. Durante dos días organizaron los recorridos, y con lo recaudado conseguieron el combustible y dinero para los trabajadores. La justicia entonces, ordena el secuestro de todos los coches y se abandona el servicio.
Si bien no se ha desatado el conflicto por responsabilidad de la UTA que espera las negociaciones con los empresarios de El Detalle interesados en quedarse con los recorridos, algunos trabajadores y despedidos de la Río, empezaron el viernes último a juntar dinero para el fondo de huelga, prendieron gomas y en la Terminal de La Plata DR realizaron un piquete para difundir su situación.
Una vez más, los empresarios quieren hacer recaer las consecuencias del vaciamiento, sobre los trabajadores y usuarios. Ochocientos trabajadores pueden quedar en la calle; miles de usuarios han quedado sin servicio. Desde las asambleas barriales, los movimientos de desocupados, los trabajadores de las fábricas ocupadas, estudiantes y sobre todo los miles de usuarios, debemos apoyarlos y alentarlos en la lucha por sus fuentes de trabajo, por reincorporar a los despedidos, y por un servicio eficiente y accesible para la población.
Las salidas patronales son la liquidación y cierre de la empresa, o entregársela a un nuevo inversor, salvando las deudas, despidiendo personal, bajando los sueldos y liquidando el convenio. La única salida realista, pasa por luchar por la expropiación y estatización de la Río y su puesta en funcionamiento bajo control y administración de sus trabajadores. Que los fondos para ponerla en funcionamiento salgan de subsidios no reintegrables del Estado que ha subsidiado por millones a estos empresarios. Que la patronal se haga cargo con sus capitales del vaciamiento de la empresa. Es buscando el apoyo de los sectores en lucha y tomando el camino de los obreros de Zanon, Bruckman, Clínica Junín, La Baskonia, y mas de 150 empresas que están siendo gestionadas por sus trabajadores que La Río puede mantener sus puestos de trabajo y brindar un servicio de acuerdo a las necesidades populares.