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Jujuy

Charla-debate de Pan y Rosas en Humanidades de Jujuy

1ro de octubre 2006

La primera intervención buscó dar “un pantallazo” sobre la situación de las mujeres de la clase trabajadora y sectores populares, teniendo en cuenta que la doctora y sus compañeras tienen un trabajo de investigación basado en casos de la zona. Trabajo “de incidencia y estudio sobre el aborto”, que fue realizado el año pasado.
Dijo que el tema del aborto es un “tema sesgado”, “disminuido con las encuestas oficiales”. Y que el trabajo realizado utilizó mucho de lo encontrado en las salas de internaciones. Que ellas, y hasta los médicos, estaban “alarmados” porque hay una tasa de incidencia alta: 1 aborto cada 3 nacimientos, dado especialmente en “el sector social de la clase media baja y trabajadora”.
La llegada al hospital con abortos mal hechos, significa que, comparando con los países desarrollados, que tienen una tasa de mortalidad femenina de 1 cada 100.000; en nuestros países, gracias al aborto clandestino, tenemos… ¡70 muertes cada 1.000!
Agregó, entre otros ejemplos, que la ley de “planificación familiar”, fue prohibida en 1976 por López Rega e Isabel Perón, llevando al cierre de 70 centros: una “nueva represión” que llevó a los médicos a actuar en el “ámbito privado”.
En lo que respecta a la “nueva ley” del año 2003, de “salud sexual y procreación responsable”, planteó que hay un “doble discurso” desde el gobierno, ya que nuestro país está muy por detrás de los países centrales, que no sólo tienen legalizado el aborto (también dijo que un 75% de la población mundial vive en países donde el aborto es legal), sino que por ejemplo en Francia, está totalmente despenalizado, y la mujer puede disponer de su cuerpo sin injerencia alguna. Que la educación sexual en Argentina es “escasa y reducida”. Y que la cuestión de la anticoncepción no es sólo a través del reparto de preservativos: en Libertador, el 30% de las mujeres que se realizaron abortos estaba comprendidas dentro del plan del gobierno…
Volviendo a aclarar que sus planteos no se regían por los “datos oficiales”, sino en los recabados por ellas, planteó la presión ejercida a médicos y trabajadores de los hospitales (donde los médicos están por la “despenalización”, pero no por la “legalización”) por parte de la iglesia, que también acusa a las mujeres de “asesinas”, dejando a los médicos “en medio”, en una situación difícil.
 
A su turno, Graciela intervino diciendo que buscaba “transmitir la situación de las trabajadoras precarizadas”: “una trabajadora precarizada no tiene acceso a los métodos para interrumpir un embarazo. Por lo bajos sueldos no queda otra que recurrir a un aborto clandestino, que a veces llega hasta la muerte de la mujer”. Refiriéndose a la iglesia y gobierno dijo: “No quieren legalizar el aborto: y así no están ‘por la vida’, sino contra la vida”. Dijo que el aborto es “una realidad que está en todos lados”, aunque las estadísticas mientan y oculten; y finalizó planteando la situación de Romina Tejerina, diciendo que “es sólo uno de los casos que salió a la luz: ella es una consecuencia del sistema y la hipocresía de los políticos y su política” de no querer legalizar el aborto.
 
Finalmente, Raquel “presentó” la Agrupación Pan y Rosas y leyó su intervención. Explicó que la había hecho en base al libro Pan y Rosas, artículos de la izquierda y periodísticos, pero que al estar escribiendo en su trabajo, se presentó una situación donde una pareja –que además son sus compañeros de trabajo- terminó siendo llevada en un patrullero, luego de que el joven agrediera a la chica.
“… y pensé ‘¿cómo llega una pareja tan joven a esto?’. Los dos trabajan […] con el sueldo de uno, claro. Romina me contó que él no quiere que ella trabaje; y sabemos lo que es ser un joven jujeño sin estudios y pobre: estamos más expuestos aún a la violencia, y a esta maldita opresión. Y sin distinción de sexo a la explotación: esa que hace que una pareja joven trabaje nueve horas o más por 10 pesos, cuya diversión es básicamente acompañada de alcohol, ¿y que más si es lo que hay al alcance? ¿Y qué hacer cuando la costumbre se impone y se sigue reproduciendo el machismo, la opresión…?
Juan tiene 21 años, es un pibe explotado cuya única propiedad son sus manos y “su mujer”, a la que le prohíbe trabajar y quien sabe qué más, ¿podemos juzgar a Juan? ¿no es acaso él al igual que Romina, resultado de este sistema? por todo lo antes detallado ¿cómo esperar que Juan respete a Romina y no la considere su propiedad (por lo tanto con derecho a maltratarla) si ni el Estado, ni la Iglesia, ni la Familia ofrecen respeto por las decisiones que quiera llegar a tomar Romina sobre su vida (con todos los prejuicios e ignorancia que hay sobre lo que es estar en la situación en la que está) y sobre su cuerpo…? ¿Qué pasaría si Romina decide terminar con este círculo de violencia y deja a Juan, pero se entera que está embarazada, por la causa que sea, porque el anticonceptivo falló, porque no sabe cómo cuidarse, porque fue forzada..? ¿qué debe hacer? ¿Tener un hijo? ¿Volver con su pareja? ¿abortar, con el riesgo de morir desangrada?
Porque obviamente no podrá acudir a una clínica privada donde la atiendan médicos y donde tenga la asepsia necesaria.
Romina y Juan son explotados, Romina además es oprimida por Juan, y cuado lo hace, este sistema ha hundido un poco más sus garras en nosotros, porque este joven trabajador, está más lejos de tener una conciencia de clase; se pierde un luchador, porque está más lejos de hacerse conciente de sus cadenas […] Y se pierde una luchadora, porque Romina perderá la confianza en sí misma, la confianza de poder cambiar su vida y la realidad.
Romi tiene 20, es mi compañera de trabajo, una chica a la que empiezo a conocer, es victima de un sistema de opresión y de la explotación y el trabajo precario… esto es de lo que hablamos, de personas reales que están detrás de nuestras consignas:


  • Por el derecho al aborto libre, seguro y gratuito, al que no pudo acceder la otra Romina, la que está en prisión, la que esperamos poder hacer llegar nuestro apoyo afectivo y efectivo, ese que puede arrancarla de la cárcel: el que se hace con la movilización, haciendo de su libertad la causa por la cual organizarnos. Por Romina Tejerina y todas las Rominas que conocemos y las que no conocemos, porque están silenciadas, porque les da vergüenza contar de los abusos que sufren, porque saben que ellas serán juzgadas antes que sus abusadores, si con suerte son juzgados.

  • Rechazamos el trabajo precario, porque ¡¡queremos el pan pero también las rosas!!; porque no es un sueño imposible un trabajo digno que nos permita educarnos y vivir dignamente, pero esto sólo lo conseguiremos con nuestras propias fuerzas en la organización, en la solidaridad y lucha junto a nuestros compañeros, padres, esposos amigos, novios, hermanos, cuando ellos también se enfrenten a la burocracia sindical, la patronal y el Estado […]

  • Por nuestros derechos: por los derechos de las mujeres trabajadoras. Porque “los derechos no se mendigan, se conquistan”; nos queda más por ganar que por perder. Hemos visto pasar uno tras otro presidentes, gobernadores, intendentes… y ninguno ha respondido a nuestras necesidades reales ¿y porqué lo harían? Sus partidos son los de la patronal […]


Aunque el gobierno se pinte de progresista boqueando que están a favor del aborto, por otro lado garantiza al Vaticano que no habrá discusión acerca de este tema. La Iglesia, es esa institución que hace de la mujer ‘la portadora del pecado’, de la ‘tentación’, del ‘mal’ […] la que no debe tener decisión sobre su cuerpo y de cómo, cuándo y cuántos hijos tener, porque eso cuestionaría a su dios -según ellos el único con derecho ‘a dar y quitar la vida’-. Y si es de vida de lo que estamos hablando ¿a qué vida se referirán?
Seguramente no es la de los 30 mil desaparecidos de la dictadura, la de las víctimas de la Inquisición, las víctimas de la colonización, la de los niños, niñas y mujeres abusadas por curas. ¿de qué vida hablarán? Será de esa que supuestamente se espera cuando morimos […]
Estos mismos políticos progresistas son los que pagan una deuda contraída por quien sabe quien. A costa de nuestra educación y salud, y nuestro trabajo; los que usan el trabajo en negro dentro del Estado. Que permiten que 400 mujeres mueran por año a causa de abortos sépticos. Esos que hacen campaña en contra de la educación sexual en las escuelas como Liliana Fellner, hermana del gobernador, porque ‘es la familia la que debe educar’ […]
Desde Pan y Rosas llamamos a organizarnos por estas consignas, porque sólo nosotras podemos cambiar el rumbo de esta realidad, luchando contra el Estado por nuestros derechos más elementales, en miras un cambio más profundo: un sistema sin explotación ni opresión, que para nosotras es el socialismo.
Termino, citando a nuestra compañera Andrea D’Atri: ‘Nuestra tarea hace la vida mas hermosa porque sabemos que nuestro combate diario tiene ese objetivo: el de la emancipación de las mujeres para luchar por una revolución social en igualdad de condiciones con el resto de los explotados y oprimidos. Para iniciar el camino de la liberación definitiva de las mujeres y toda la humanidad hoy apresada por las cadenas del sanguinario capital’.”
 
Luego, hubo varia preguntas de los asistentes, que fueron respondidas y debatidas desde la mesa, y desde el público.
Una intervención planteó que, más allá de los debates, era clave participar del Encuentro y continuarlos allí. La doctora, profundizando en lo que respecta a la política del gobierno, explicó que Ginés González (ministro de salud) adoptaba una “nueva política mundial” en lo que es “salud primaria”; una política “que, en definitiva, es utópica”: porque hay una “ofensiva en abrir centros de atención primaria”, pero que “no tienen alcance, por la falta de información y educación que hay en los sectores obreros y populares”.
Liliana Louys, del “Área mujer” de la Facultad de humanidades, planteó, entre otras cosas, que Jujuy tiene una ley “de maternidad responsable”, previa a la ley nacional, pero que no se cumple, ya que son restringidos (en variedad y cantidad) los anticonceptivos a disposición; y no se cumple tampoco con la educación sexual en las escuelas.
 
Un fuerte y prolongado aplauso dio cierre a la charla-debate, que duró unas dos horas. Las compañeras presentes salieron muy entusiasmadas e interesadas en continuar con las discusiones. Se invitó desde Pan y Rosas a organizarnos en común para participar del XXI Encuentro Nacional de Mujeres, y de los Talleres de Clase y Género, que se vienen realizando todos los lunes, de 20 a 22 hs., en la Facultad de Humanidades.

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