Trabajo en una fábrica del Parque Industrial de Pilar (soy de la agrupación Jaboneros Desde Abajo). Mi intención es integrar el partido, impulsado por la necesidad de profundizar mi conciencia política, de formarme y de ser parte de la discusión y el desarrollo del programa y la estrategia del PTS.

Mi despertar por las cuestiones políticas se dio allá por los días 19 y 20 de diciembre del 2001. Ese hecho me marcó y detonó la bronca acumulada por las terribles desigualdades que sufrimos las clases populares, lo que me llevó a estar presente en las movilizaciones.

Por tradición familiar me consideraba peronista y durante todo este tiempo estuve sujeto a las dificultades económicas y sociales que vivía junto a mi familia, tal como no poder estudiar y trabajar al mismo tiempo.

Luego de muchos años de sufrir la precarización y el trabajo en negro, logré quedar efectivo en una metalúrgica. Ahí tuve contacto directo con lo que en ese momento desconocía: la burocracia sindical.

En 2006 descubrí como los delegados de la burocracia se convertían en patotas sindicales saliendo a amenazar y asegurarse de que los militantes de izquierda que venían a volantear no tuvieran contacto con los trabajadores. Tal situación me generaba un rechazo enorme.

En 2010 ingreso a la empresa que estoy actualmente. En ese momento la fábrica estaba bajo un régimen de control absolutamente patronal y arbitrario, sin organización sindical. En ese tiempo participé de la inauguración de una local del Partido Obrero, iniciando el primer contacto con la militancia de izquierda (con ellos también participé en marchas y actividades por Mariano Ferreyra).

En la fábrica se venía preparando clandestinamente la comisión interna. Mi conciencia se fue acrecentando cuando entro en contacto con estos compañeros, y con el compañero “Trapo”, el cual me acercó a las ideas marxistas.

En esta etapa me enriqueció mucho tener discusiones con compañeros y compañeras del PO y del PTS, encontrando acuerdos más sólidos con el programa y la estrategia que plantea el PTS con respecto al trabajo sindical y político.

Mis referentes políticos sindicales en el PTS eran mis compañeros con los cuales nos veíamos todos los días. No basta tener figuras políticas de transcendencia si no se tiene una militancia activa dentro de la clase, y que esta militancia no se vea atrapada por personalismos que marcan todos los días la agenda mediática desde los paneles televisivos o conferencias universitarias.

Así fui comprendiendo que no habrá revolución posible si no se organiza desde la los conglomerados fabriles, donde se concentra nuestra clase, y si ésta no se alía con los sectores populares y estudiantiles.

Me convenció también que el PTS afrontaba, con profundidad, temas complejos como la legalización de la marihuana, la discriminación homofóbica lésbica y la legalización del aborto.

El paro del 20 N marcó una bisagra en mí. Dadas distintas circunstancias la fábrica no había parado. Este hecho me llevó a plantearme militar en un partido revolucionario. Así se amplían mis expectativas y mis dudas, como convivir con los miedos de la familia y con los propios (hay que integrar de la mejor manera a la familia de los trabajadores y trabajadoras a la vida política).

Ya pasadas las experiencias de campaña por la recuperación del sindicato jabonero, la campaña por la elección a comisión interna, marchas cortes de ruta, agitaciones, las elecciones nacionales, me sentí y me hicieron sentir un militante más del PTS.
La Intención y decisión de querer integrar el partido se la debo en gran parte también a los compañeros/as con los que construí una amistad más allá de la militancia política.

Les envío un saludo fraternal de un trabajador jabonero a toda la militancia del PTS.