por Alicia Navarro Palacios - Vocal de Junta de Clasificación

Con un decreto que firmó el repudiado y fugaz ministro Abel Posse, el gobierno del PRO intenta cerrar 82 grados en la Capital, argumentando que la matrícula “es baja”. Eso equivale a 10 u 11 escuelas menos. En la Ciudad hay superpoblación en las aulas, y el gobierno pretende hacinar a más pibes unificando grados. Quieren ahorrarse el sueldo de los maestros, mientras sigue aumentando el dinero destinado a subsidiar a las escuelas privadas.

El 22 de febrero, fecha en que debían presentarse a tomar posesión, los maestros titularizados se vieron impedidos porque el Ministerio los desconoce. Esto generó una bronca terrible. En varias escuelas afectadas se dio en forma espontáneas importantes asambleas, a pesar de los dirigentes sindicales. Así, fue que nos fuimos encontrando en la Junta de Clasificación y en una asamblea se decidió ir al Ministerio de Educación para hablar con su titular, Esteban Bullrrich. Al principio éramos 30 y ocupamos el hall. Con las horas empezaron a llegar más maestras y maestros que estaban en la misma situación y también compañeros a solidarizarse. Así fuimos al despacho de Bullrich, llegando a ser más de 100. Y ahí llegaron los medios.

En una asamblea se les exigió a los sindicatos UTE y ADEMYS llamar a un paro para el día siguiente unificando el reclamo con la mesa paritaria, instancia que unificaba al conjunto de los docentes de Capital y ponía en primer plano la lucha por la educación pública contra el gobierno PRO. Pero UTE se negó y ADEMYS proclamó un cese de actividades del que nadie se enteró, por lo que no garantizaba la movilización al Ministerio. Por esta actitud, se perdió la oportunidad de golpear en forma contundente y unificada.

Muy tarde a la noche el Ministerio bajó un comunicado reconociendo a la mayoría como titulares, pero aclarando que los grados se cierran igual y que hay que elegir otros cargos, y no las escuelas que habíamos elegido.

Por este mismo reclamo, este miércoles salió una medida cautelar que ordena al gobierno dejar sin efecto la resolución de Posse. Ahora hay que imponerla y seguir la pelea, porque no se trata sólo de puestos de trabajo que debemos defender, si no que hay cientos de niños a los que les cerrarán los grados de las escuelas que eligieron, en las que vienen estudiando. Ante este gobierno que ataca nuestros salarios, que da propuestas irrisorias de aumento, y que está dispuesto a seguir apostando a la educación privada con millonarios subsidios, esta pelea tenemos que darla de conjunto, escuela por escuela, distrito por distrito y con el conjunto de la comunidad, en defensa de la educación pública.