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Brasil: la copa y las huelgas

Mañana debería empezar el mundial 2014 en Brasil. Hay grandes expectativas por parte de millones de amantes del fútbol pero a su vez las contradicciones entre las condiciones de la vida del pueblo y los miles de millones gastados para ser la sede de la copa del mundo se agudizan y tienen una gran repercusión.

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19 de junio 2014

Brasil: la copa y las huelgas

Mañana debería empezar el mundial 2014 en Brasil. Hay grandes expectativas por parte de millones de amantes del fútbol pero a su vez las contradicciones entre las condiciones de la vida del pueblo y los miles de millones gastados para ser la sede de la copa del mundo se agudizan y tienen una gran repercusión.
"Nao vai ter copa vai tener greve", "Precisamos de escolas e hospitais. N˜ão de estádios", "Fifa go home" son unas de las consignas que recorren la oleada de huelgas que son continuidad de las movilizaciones anteriores como las de junio del 2013 en rechazo a los aumentos de las tarifas de los transportes o la jornada nacional del 15M. Las recientes huelgas de mayo y junio fueron protagonizadas por distintos sectores multitudinarios de trabajadores: choferes de San Pablo, docentes de varios estados, petroleros, de la construcción (con 9 muertos construyendo estadios, cuestión que Pele relativizó), el gran triunfo de los garis (barrenderos) de Rio de Janeiro, transporte de Porto Alegre y la actual lucha de los trabajadores del subte del San Pablo que a un día del partido inaugural mantiene en vilo a los organizadores del mundial.
El show del fútbol y la constante publicidad de un Brasil feliz no bastó para contener las a masas brasileñas. Para aplacar sus reclamos y dar una imagen de firmeza frente a la Fifa y aquellos que irán a ver los partidos es que se endureció una línea de fuerte presencia policial y represión como se vivieron en numerosos desalojos y movilizaciones. Se gastaron 1800 millones de reales en armar un operativo jamás visto para un mundial. Favelas y barrios militarizados, una denuncia de 121 niños asesinados por escuadrones de la muerte en la ciudad de la Fortaleza son algunas de las consecuencias.
No es sorpresa que el mundial genere rechazo. No es sólo desde la cancha para afuera sino que el malestar por las condiciones de vida se entrelaza con la chocante mercantilizacion del fútbol cada vez mas profunda en medio de una crisis internacional. Clubes millonarios, jugadores que llegan a ganar 1000 euros por hora, jeques petroleros que compran clubes, empresarios dueños de pase de jugadores influyendo en las alineaciones de clubes y selecciones. Cada vez menos deporte, cada vez mas especulación. Esto influye en un estilo de fútbol cada vez mas físico, de menor nivel, rodeado de corrupción y negociados. ¿Por que no expresar la disconformidad social también dentro de la cancha? La relación con la política y el fútbol queda sobre la superficie, pero sin aceptar el fútbol tal cual es hay pequeños pero valiosos ejemplos de rebeldía y de que la cultura del fútbol podría ser otra cosa.
Democracia corinthiana fue el nombre que se recibió la experiencia realizada por el Corinthians en los primeros años de los 70. Frente al desastre económico y deportivo del club, los jugadores y cuerpo técnico con el ex jugador Sócrates a la cabeza, iniciaron una revolución al establecer el método de la asamblea para tomar todas las decisiones del club. Tuvieron logros deportivos pero lo más importante fue la repercusión que tuvo bajo la dictadura de Joao Goulart que sirvió de inspiración para lograr elecciones democráticas en Sao Pablo.
Un ejemplo actual es el club St Pauli ubicado en barrio obrero en la ciudad de Hamburgo. Es un club en el que tanto la hinchada como sus estatutos rechazan todo tipo de símbolo nazi y reivindican las ideas antifascistas, antisexistas y antiracista. Es el club con mayor cantidad de hinchas mujeres en Alemania y se hicieron sentir anulando el contrato con la revista para hombres Maxim. A diferencia del "sos de bolivia y paraguay" la hinchada del St Pauli desplegó banderas a favor de los refugiados de Lampeduza que iban a ser expulsados y otro hermoso ejemplo fue cuando inundaron las bandejas con banderas con colores del orgullo gay, que no tiene nada que ver con el "che puto sos cagón" que se repite en cada partido del fútbol argentino.
Hay múltiples ejemplos individuales como el del arquero sueco Ronnie Hellstr˜öm que no fue a la inauguración del mundial 78 para acompañar a las madres de plaza de mayo, del chileno Carlos Caszely que le negó el saludo al dictador Pinochet o el italiano Paolo Sollier, “el jugador obrero” que en realizó su ya conocido saludo con puño en alto frente a la familia Agnelli, dueña de la Juventus y de la Fiat, fábrica donde trabajaba Paolo, por nombrar solo algunas.
¿Seria una locura esperar una rechazo generalizado de los jugadores a la realización del mundial? ¿Mensajes de solidaridad y difusión de las luchas actuales? ¿Que encabecen una movilización? Mas que éxitos deportivos de la selección Argentina prefiero que proliferen estos pequeños ejemplos y que el gigante brasileño despierte y frente a todas las cámaras del mundo, muestre la fuerza de los trabajadores y la incoherencia de un sistema que gasta millones con fines especulativos cuando hay carencias por todos lados.

Luigi

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