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Nacional

INUNDACIONESEN CAPITAL Y EL CONURBANO

Bajo el agua

Armando Mouzo

6 de marzo 2008

Cuando el sol aprieta los trabajadores y el pueblo nos vemos sometidos a los cortes de luz y agua. Y cuando llueve es el flagelo de las inundaciones. Así, en lugar de dominar la naturaleza, bajo el sistema capitalista andamos a los saltos por los cambios del clima. Este no es un problema de la “humanidad” en general, sino de la irracional explotación capitalista que realiza sus emprendimientos sin tener en cuenta las consecuencias que estos tendrán para las capas bajas de la población. Demás está decir que esta “variable” no se encuentra en sus ecuaciones para calcular sus ganancias.

Este flagelo castiga a los trabajadores de todo el país, en enero fueron los salteños, que sufrieron las inundaciones producto de la crecida del Pilcomayo que afectó a más de 2.300 personas.
Ahora las últimas lluvias afectaron al Gran Buenos Aires, como la zona de La Plata donde vastas zonas del Gran La Plata quedaron bajo el agua, en particular las localidades de City Bell y Villa Elisa. Un muerto, más de 2000 evacuados (al cierre de esta edición todavía quedan casi cien), y pérdidas por unos $ 200 millones son el saldo del flagelo. El panorama, se pudo ver también en localidades como San Miguel y Almirante Brown. La catástrofe en La Plata se explica por la falta de inversión, de un verdadero plan maestro hidráulico, de mantenimiento y de la ampliación en la capacidad de conducción de los arroyos que surcan el distrito y la no construcción de cuencas amortiguadoras de crecidas. Otra causa es la Autovía 2 que constituye un verdadero dique que impide el escurrimiento del agua hacia el Río de La Plata. Por último la construcción de grandes countrys privados hay transformado a gran parte de la zona norte en áreas de alta impermeabilización del suelo y avance descontrolado sobre la zonas de expansión natural de los arroyos (para más detalles ver “Crónica de un desastre anunciado”, en la página web del PTS). Ante el desastre los vecinos se han movilizado en La Plata, Capital y quinteros afectados han cortado la ruta para reclamar una indemnización.
Ante esto el intendente actual, Bruera, resposabiliza al anterior, Alak, por las obras no realizadas. Sin embargo Bruera fue parte del “alakismo”, luego como opositor ocupó una banca de concejal y de diputado provincial. De esta manera los responsables políticos se lavan las manos.

Ciudad de Buenos Aires

Por supuesto, en los medios, cuando se inunda la Capital la repercusión es mayor. Y más aún porque afectó a barrios “bien” como Belgrano, y de clase media como Villa Crespo. Aquí el problema estalla por una combinación del avance de la construcción en la Ciudad, combinada con la corruptela del gobierno local, que no controla nada y otorga los permisos de construcción sin prever la infraestructura necesaria para evitar estos desastres. Hasta el mismo Macri reconoce que las constructoras tapan los sumideros. A esto se suma que a mayor cemento en la ciudad, menos posibilidad de que la tierra absorba el agua caída.
Otro elemento importante es la saturación del Arroyo Maldonado. Ya en 1994 se aprobó un Plan Hidráulico que incluía la construcción de canales aliviadores paralelos al arroyo, para evitar las inundaciones.
Sin embargo pasaron por el gobierno de la Ciudad, De La Rúa, los kirchneristas Ibarra, Telerman y no se hizo nada, salvo los anuncios de planes hidráulicos.
Macri, ahora le endilga el “muerto” a las gestiones anteriores, como si el PRO no hubiese estado nunca en la legislatura desde hace años, avalando esta situación. Incluso hay versiones que vinculan a la empresa IECSA (del grupo Macri), asociada a la Italiana Ghella, como la responsable de las obras a realizarse.

Por un verdadero plan de obras públicas

Tenemos que imponer la indemnización total para los afectados.
Asistencia para todos y control en todos los niveles de las mercaderías. Subsidios para todos los desocupados afectados.
Como vemos, nada podemos esperar de estos gobiernos patronales, de uno u otro signo político. Hay que luchar por un verdadero plan de obras públicas que contemple las obras necesarias para evitar estas situaciones, a la vez que planificar las construcciones urbanas, tanto para evitar la construcción irracional, como para implementar un verdadero plan de viviendas que solucione los problemas de quienes viven hacinados en las villas, en hoteles de mala muerte en la Capital, como así también en los barrios pobres del Gran Buenos Aires que no cuentas con los mínimos servicios como cloacas, desagües, red de agua potable y gas natural. Este plan de obras públicas debe ser discutido con los vecinos, los principales afectados por la desidia capitalista, para contemplar sus necesidades.
Los recursos tienen que salir del no pago de la deuda externa, tanto la nacional, como la de las provincias, y de impuestos progresivos a las grandes fortunas.

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