El jueves 2 se realizó el acto escolar por el día del trabajador en el Liceo 4 de CABA. Una escuela donde sus aulas son colmadas por jóvenes de la Villa 31, mayormente inmigrantes.

La formalidad de los actos a los que estamos acostumbrados los docentes y los alumnos se vio cruzada por la intervención final de Yuri, trabajador inmigrante de Brukman, empresa textil recuperada y gestionada por sus trabajadores. Sin dudas un emblema de lucha y resistencia en pleno barrio de Once.

En un breve pero enérgico saludo, supo contar la historia dada contra los patrones y el Estado, cuando hace más de diez años ante el vaciamiento, decidieron tomar la fábrica y ponerla a producir. Sorprendió con el relato de su organización actual interna y su método de asamblea para tomar decisiones, sin dejar de recordar las banderas de los mártires de Chicago que hoy siguen vigentes. Los jóvenes que escuchaban se vieron interpelados. Ellos como sus familias son los primeros en dar su fuerza de trabajo en empleos completamente precarios y en negro. Al final y sin ignorar el año electoral, Yury puso en discusión la necesidad de igualar los derechos políticos de los inmigrantes ¿por qué hay trabajadores que no pueden votar? ¿por qué no podrían presentarse para ser electos? ¿por que hay tantas trabas para aparecer en el padrón? No hay dudas que para exprimir mejor a los trabajadores, gobiernos y empresarios, intentan dividirlos haciendo sentir a unos de segunda y a otros de primera.

Aplausos al finalizar el acto. Algunos sonrieron y se acercaron a saludar. No siempre se escucha en boca de un trabajador inmigrante, aquello que muchos políticos de los partidos patronales censuran.

Jorge, docente del Liceo 4/Corriente Nacional 9 de abril/Lista Marrón.