Elizabeth Díaz es una joven trabajadora doméstica de 19 años, de la ciudad de San Javier, Córdoba. Estuvo presa más de diez meses, acusada por la justicia cordobesa de homicidio calificado agravado por el vínculo. Pero el pasado lunes 27, luego de siete días de juicio, Eli fue absuelta: el jurado popular entendió que no tuvo conciencia de sus actos al momento del hecho.
Desde el CeProDH la apoyamos desde el primer día que estuvo detenida, visitándola en la medida que lo permitía el restringido régimen de visitas. Por eso, con este fallo, sentimos una gran alegría y creemos que significa un gran paso adelante en la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras y de los sectores populares.
Eli, al igual que Romina Tejerina, fue víctima de violación, y luego acusada por asesinar al bebé de ese embarazo forzoso del cual también fue víctima. Víctima, también, de no haber podido evitar ni interrumpir ese embarazo obviamente no deseado. Eli y Romina son rehenes de un sistema capitalista y patriarcal que oprime doblemente a las mujeres trabajadoras, de los sectores populares y pobres.
Elizabeth fue violada sistemáticamente por su patrón, un empresario para quien trabajaba como empleada doméstica, durante más de diez años. Es decir, tuvo que soportar –por la necesidad de trabajar y sostener a su familia–, la opresión y el abuso… Pero se animó a hablar y a contar el horror que había vivido, por eso hoy el violador está detenido y a punto de ser juzgado.
Más allá de la discusión que se reabrió con este caso, entre abogados y jueces, sobre la utilidad del sistema de jurados populares (1) instaurado en Córdoba, hay un elemento que nadie valora y que influyó en la decisión de los seis votos por la absolución, ya que “casualmente” si la hubieran juzgado los “técnicos” la hubieran condenado. Este elemento es la movilización y lucha que comenzaba a darse con fuerza en San Javier, como así también en la capital provincial por la libertad de Eli. Por eso decimos que es un triunfo de la movilización popular.
La resolución de este caso, nos da aliento a quienes luchamos por terminar con la opresión de las mujeres, para seguir peleando por el derecho al aborto libre, legal y gratuito; pero además para seguir enfrentando la desigualdad y la doble explotación que sufrimos las mujeres trabajadoras.
Debemos seguir exigiendo con más fuerza la absolución definitiva de Romina Tejerina y el castigo a los abusadores que, en el 95% de los casos, no son condenados.
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1 Hay que recordar que este sistema fue instaurado en Córdoba en el 2004 a pedido de Blumberg. Aprobado por la legislatura delasotista, con el apoyo “a último momento” de los legisladores juecistas, por pedido de su jefe Luis Juez, intendente de la ciudad, que no quería enemistarse con Blumberg. Y es una medida demagógica, pues los jueces siguen sin ser elegidos, los jurados no son seleccionados con una votación democrática, se mantiene intacta la estructura judicial. Además desde el punto de vista de sus facultades, son ultra-limitadas, ya que la investigación sigue estando en mano del Estado, la pena la imponen los jueces técnicos, los jurados sólo evalúan la culpabilidad.