La masacre del dirigente de las FARC, Raúl Reyes, y de 16 guerrilleros, por las Fuerzas Militares de Colombia, en pleno territorio de Ecuador, es uno de los hechos más siniestros de la política proimperialista del gobierno de Uribe. Estados Unidos utiliza el plan Colombia como plataforma en Latinoamérica. La OEA aprobó una resolución que no condena la masacre.
Rechacemos los ataques de Uribe y Bush contra Ecuador y Venezuela. Los gobiernos de Kirchner, Lula y Evo Morales deberían romper relaciones con el gobierno colombiano. Exigimos el reconocimiento de las FARC como fuerza beligerante. La unidad latinoamericana sólo será posible derrotando al imperialismo y las oligarquías locales, con gobiernos de trabajadores y una Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina.
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Desde Venezuela