Se cumplen cinco años de las jornadas revolucionarias de diciembre de 2001. Una gesta, donde miles en las calles mostraron su fuerza capaz de tirar abajo a un gobierno antiobrero y antipopular como el de De la Rúa. Una acción histórica como no ocurría después de la derrota histórica que imprimió la dictadura militar genocida.
El curso de este gobierno ya no deja lugar a dudas. Después de la reciente represión en La Plata al escrache contra el genocida González Conti, el “gobierno de los derechos humanos” el pasado 4 de diciembre emitió un decreto que concede un aumento generalizado al Personal Civil de Inteligencia de los Organismos de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Es decir, un premio a los que, sin duda, tienen que ver, al menos, con el encubrimiento de los secuestradores de López. La actitud del gobierno que quiere “naturalizar” el caso López demuestra que no está dispuesto a enfrentar a las intentonas de la derecha fascista. Porque su objetivo nunca fue otro que el de recomponer la autoridad del Estado para capear futuras crisis y levantamientos populares como aquel 19 y 20 de diciembre. 

Por eso, este 20 de diciembre no es un aniversario más.
El secuestro de Julio López es una amenaza a todo el movimiento de masas que despertó a la lucha en aquellas jornadas, a sus sectores más activos y militantes, porque tiene el objetivo de lograr aún más impunidad para los genocidas y las fuerzas represivas. Por ello la exigencia de aparición con vida de López debe estar en el centro de las principales demandas de los trabajadores y el pueblo.
Los organizaciones combativas de los trabajadores, los nuevos delegados y activistas que son concientes que la clase trabajadora fue la víctima principal de la represión implementada por la dictadura militar, debemos redoblar esfuerzos para que cada vez mas amplios sectores hagan suya la lucha por la aparición de Julio López. 
El PTS llama a participar unitariamente de la jornada del 20 de diciembre a Plaza de Mayo y todas las plazas del país, fortaleciendo una gran columna que proponga una Asamblea Nacional contra la Represión y la Impunidad. Llamamos a marchar con el PTS para impulsar esta gran reunión nacional de decenas de miles y así dirigirnos a los millones que permanecen pasivos para impulsar acciones más importantes e imponer el paro general para empezar a demostrar que estamos resueltos a ir hasta las últimas consecuencias para acabar con la impunidad.