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Editorial

1 de Mayo: ni con el gobierno ni con los impulsores del lock out agrario

Los preparativos de las organizaciones obreras y de la izquierda para los actos del 1ro de mayo se dan en medio de una crisis política nacional. Al día siguiente, 2 de mayo, vence formalmente “la tregua” entre los ruralistas y el gobierno. Ya sea que se vuelva a la disputa abierta o terminen pactando, la crisis muestra que son dos bandos capitalistas y ambos perjudican a los trabajadores.

Manolo Romano

10 de abril 2008

Los preparativos de las organizaciones obreras y de la izquierda para los actos del 1ro de mayo se dan en medio de una crisis política nacional. Al día siguiente, 2 de mayo, vence formalmente “la tregua” entre los ruralistas y el gobierno. Ya sea que se vuelva a la disputa abierta o terminen pactando, la crisis muestra que son dos bandos capitalistas y ambos perjudican a los trabajadores.

Nuestra propuesta es que la unidad debe estar al servicio de una política de independencia de clase, un gran acto unitario de todas las organizaciones de trabajadores, ocupados y desocupados, estudiantiles, de derechos humanos y de la izquierda que sostengamos una clara delimitación de los bandos capitalistas en pugna, tanto del gobierno como del bloque de las 4 “entidades del campo” que comanda la Sociedad Rural y la CRA. La crisis política nacional que abrió el enfrentamiento de los de arriba está mostrando a millones que no se trata de “argentinos y argentinas” en general, como machacan los discursos de la presidenta, sino que se discuten intereses de clase, cierto que no los de los trabajadores y explotados de la ciudad y el campo. Y mientras sectores medios han sido arrastrados por la burguesía agraria, la inflación ha despertado descontento en una mayoría de los trabajadores que votaron a los Kirchner. Se está expresando en empresas de la industria como Fate, Jabón Federal, Rigolleau, Motomel, o en algunas asambleas de base de los telefónicos que rechazaron el techo salarial que la dirección de Foetra pactó con Telefónica y Telecom. Todavía esto no se ha transformado en acciones de lucha de magnitud ni tiene expresión política, pero recién estamos al inicio del proceso. El acto de la izquierda en este 1 de Mayo tiene que ser expresión de los intereses de los que nadie discute en la actual crisis nacional, una tribuna que impulse la intervención obrera y popular con un programa por sus propias demandas.

Se necesita clarificar la posición independiente de la izquierda en la crisis nacional

Un sector de la izquierda, como la CCC-PCR y el MST con quienes hemos compartido anteriores actos del 1 de mayo, y hace poco marchamos a Plaza de Mayo en el aniversario del golpe militar, ha apoyado el lock out agrario y los cacerolazos. Han claudicado a un sector de la clase dominante en la crisis política nacional más importante desde 2001. La CCC-PCR lo hace por su rol orgánico en la Federación Agraria de Buzzi y De Angeli que, siendo la dirección de los “medianos y pequeños productores que están en la ruta”- ha sellado un frente con los Miguens y Biolcatti de la Sociedad Rural. El MST, sin jugar ningún papel real en la protesta agraria, ha caído en la misma política. Vilma Ripoll ha intentado justificarse ante los sectores de trabajadores, estudiantes y de la izquierda que recriminan la increíble posición del MST, como en las asambleas de las facultades de Ciencias Sociales y de Filosofía y Letras de la UBA donde los universitarios rechazaron masivamente la posición del PCR y el MST que, en este último caso, conducen el centro de estudiantes. Ripoll se quiere cubrir atacando a los que hemos expresado una posición independiente, porque –dice- “sectariamente, rechazaron una política de alianzas de los trabajadores con los sectores medios del campo y la ciudad, imprescindible para un proyecto de izquierda que pretenda ser alternativa” (Página/12, 9 de abril de 2008). ¿Cómo piensa Ripoll “ser alternativa” si no ha abierto la boca con una sola crítica a los dirigentes de la Federación Agraria por su alianza con los oligarcas de la Sociedad Rural y los reaccionarios jefes de los grandes ganaderos de CARBAP y la CRA? El MST no puede impulsar la unidad “de los trabajadores con los sectores medios de la ciudad y el campo”, porque está apoyando otra unidad: la de estos últimos con los grandes explotadores agropecuarios. A no ser que Ripoll esté en la misma posición del “Momo” Venegas de UATRE que impulsa a los trabajadores rurales a la protesta, subordinándolos al programa de sus patrones y su reaccionario desabastecimiento a los trabajadores de las ciudades, que el MST apoyó.

Por el contrario, el acto del 1 de mayo debe plantear el blanqueo inmediato de todos los trabajadores rurales y la anulación de la ley videlista que rige su actividad, en oposición al programa de las direcciones ruralistas que la sostienen, desde la Sociedad Rural hasta los “autoconvocados” de la Federación Agraria como De Angelis que dicen que “si no ganamos los productores, menos van a ganar los empleados” y que el blanqueo aumentaría los costos. Y levantar un programa de salida obrera y socialista a la crisis como el que acordamos entre el PTS, el Partido Obrero y el MAS: la expropiación de los grandes terratenientes y empresarios del agro, y el monopolio estatal del comercio exterior. Pero no pueden levantarse estos puntos de un programa socialista si no es sobre la base de definir claramente que no nos alineamos ni con el gobierno ni con los impulsores del lock out patronal agrario. Sin esta definición de independencia política, en el acto del 1° de Mayo se estaría alimentando la mayúscula confusión que medidas de ese tipo pueden lograrse, no con la revolución agraria, sino mediante la conciliación de clases en el campo. O se rompería la unidad al día siguiente, si el 2 de mayo terminada la “tregua” Ripoll y el MST vuelven a saludar y concurrir a los actos como el de Gualeguaychú con los Miguens y compañía. Es decir, un acto con discursos “socialistas para los días de fiesta” pero cuyo valor político en la crisis sería menos que cero.

Con los compañeros del Partido Obrero y los compañeros del MAS logramos un bloque de clase que realizó un importante acto en el Obelisco en medio de la crisis, el 28 de marzo, claramente delimitado de los dos bandos capitalistas. Ahora el PO ha llamado a un acto unitario para el 1° de mayo pero sin esa delimitación categórica (recordemos que titubearon también al comienzo de la crisis llamando “pueblada” y “rebelión popular” a los primeros cacerolazos “paquetes” del 25 de marzo).

Proponemos a los compañeros del PO y el MAS continuar y ampliar el bloque que se expresó en la crisis para este 1° de mayo convocando a un acto unitario a otras organizaciones de trabajadores y populares, como el Frente Darío Santillán, y estudiantiles que sostuvieron su autonomía política de los explotadores.

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