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Debate

La burguesía media progresista del diputado Lozano

El diputado y dirigente de la CTA Claudio Lozano recientemente publicó en el diario Crítica un artículo titulado “Ver más allá”, donde expone su visión sobre el conflicto entre el gobierno y el campo. Refiriéndose a quienes “han puesto el cuerpo en los piquetes” define que “quien emerge plasmando el cuestionamiento a la concentración que el modelo sojero promueve, es una burguesía rural media (...).

5 de junio 2008

El diputado y dirigente de la CTA Claudio Lozano recientemente publicó en el diario Crítica un artículo titulado “Ver más allá”, donde expone su visión sobre el conflicto entre el gobierno y el campo. Refiriéndose a quienes “han puesto el cuerpo en los piquetes” define que “quien emerge plasmando el cuestionamiento a la concentración que el modelo sojero promueve, es una burguesía rural media (...). Burguesía rural media que de la mano de la Federación Agraria Argentina está bloqueando los puertos de Dreyfus y de Cargill veinte días antes del decreto que puso en marcha las retenciones móviles”.

Más honesto que el maoísmo argentino, el diputado Lozano no pinta a los que pueblan rutas como los protagonistas de un “parazo obrero y popular” o de la “unidad obrera y campesina” sino que los define tal cual son: “una burguesía media”. Pero justamente de esta definición deviene su entusiasmo. Parece que Claudio Lozano habría encontrado finalmente su “burguesía progresista”, porque señalar que estos sectores emergen “cuestionando la concentración que el modelo sojero promueve” es un despropósito que no resiste el menor análisis. Buzzi, su representante, aparece todos los días por TV junto a los grandes ganadores del modelo sojero como los grandes terratenientes agrupados en SRA, y como todo el mundo sabe están asociados de una y otra forma a los grandes monopolios de la comercialización y exportación como Cargill o Bunge. La burguesía media de la que habla Lozano, ya sean productores medios o contratistas, en su gran mayoría se dedica a la producción de soja porque le resulta más rentable.
Cargill, Bunge o Dreyfus no tienen ningún motivo para temer las consecuencias del programa que levantan los ruralistas. ¿Acaso gran parte de estos exportadores no son propietarios de grandes extensiones de tierra que explotan mediante la técnica de la siembra directa? ¿Por qué habrían de estar en contra de la rebaja de las exportaciones? ¿Por qué podrían oponerse a la liberalización del comercio de exportación de carnes?, otra de las medidas levantadas por los ruralistas.

A sabiendas de esta realidad, Lozano no tiene más remedio que remitirse a 20 días antes del lockout para decir que la Federación Agraria hizo alguna acción contra estos sectores. Claro que una vez desatado el lockout, Buzzi pasó a un segundo plano su crítica a estos grandes monopolios exportadores. Pero Lozano concluye que “un gobierno que quisiera construir seriamente un proyecto de país signado por la igualdad y la democratización reconocería en este actor (burguesía media rural) un pilar fundamental para potenciar la construcción de una nueva perspectiva agropecuaria”. Evidentemente la “igualdad” y “democratización” que persigue Lozano nada tiene que ver con las necesidades de las grandes masas que padecen los efectos inflacionarios causados por “este actor” como un “pilar fundamental”.

El conflicto del campo ha terminado por dividir a la CTA en dos, los que están con el gobierno como Yasky y los voceros oficiales como D´Elía y Depetri y los que están con el campo como el mismo Lozano, Micheli y De Gennaro, este último reivindicado por Buzzi en el acto de Armstrong.

Sin dudas, estos dirigentes no escatiman esfuerzos en tomar partido por uno u otro de los bandos patronales. Lo nuevo es que Lozano y los dirigentes de ATE pretenden emblocar la lucha de los trabajadores del INDEC, el principal conflicto de los trabajadores de ATE que tiene repercusión nacional, detrás de la patronal agraria, insistiendo en que Buzzi participe en una charla en la Comisión bicameral del Congreso sobre el Censo Agropecuario. Mientras tanto, ninguno de los sectores de ATE o la CTA llama siquiera a luchar por demandas propias de la clase trabajadora cuando los empleados públicos están entre los peores pagos del país.

RW y MR

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