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La encrucijada del movimiento piquetero

17 de febrero 2004


Es claro que no es como propone Raúl Castells. El dirigente del MIJD intentó una jugada "mediática": mostrar ante las cámaras que el gobierno recortó 250 mil planes. Quienes lo secundaron del MST Teresa Vive, lo reivindican: "esa protesta instaló el tema de que desde arriba se están reduciendo las partidas sociales" declaró Gustavo Gimenez a Página/12. Pero ¿se buscaba evitar esa reducción o sólo "instalar el tema"?
Por su parte, Néstor Pitrola del PO también considera que "la mayor virtud de los compañeros fue poner de relieve la actitud del gobierno de recortar 500 millones". No obstante señaló que "no fuimos parte ni convocados" a la medida y propusieron un "plan de lucha de conjunto".
Después del lamentable fracaso de la medida de Castells y el MST, las organizaciones de la ANT lanzan para este 19 un "plan de lucha conjunto". ¿Es esto muestra de unidad de objetivos y programa? Creemos que, desgraciadamente, no. Detrás de la aparente unidad de las demostraciones de fuerza que puedan hacerse los próximos días, en realidad la política de Kirchner está golpeando en las filas de los piqueteros.
Microemprendimientos o trabajo genuino
El gobierno ha puesto en práctica una política para atomizar al movimiento y sacarlo de la lucha; algo que ningún dirigente piquetero desconoce. No hablamos sólo de la división provocada por los que se hicieron partidarios de Kirchner. Sino que a la ya nefasta división en torno a la negociación por separado de los planes, lo que debilita a cada movimiento frente al estado, se agrega otra que va a ser la preponderante en la etapa siguiente.
"Se decidió cerrar la inscripción a los planes sociales", declaró Daniel Arroyo, viceministro de "Desarrollo" Social1. Ahora: "los programas de ingreso quedarán para familias con más de tres hijos" mientras que "nuestra aspiración es que 500 mil personas se inserten en el mercado y no necesiten el Plan Jefes". ¿La "inserción en el mercado" quiere decir nuevos puestos de trabajo? De ninguna manera. "A fin de 2004 estarán en funcionamiento 35 mil emprendimientos productivos", anuncia. "Por supuesto, muchos proyectos se van a caer", se sincera. Claro, y si no que se lo digan a los ex -trabajadores de YPF que reclaman por la estafa de las cooperativas armadas después de la privatización...
¿Y cuánto ganarán los que trabajen en ellos? "Los emprendimientos de hasta cinco personas tienen un ingreso que duplica el Plan Jefes de Hogar", es decir $300. "Le van a poder vender al Estado, aunque la intención es que formen parte del proceso productivo". ¿Cómo? "Por ejemplo estamos dándoles créditos a las compañías eléctricas, pero les pedimos que les compren insumos a los microemprendimientos para generar cadenas de valor". En fin: ¡toda una "cultura de la explotación" de un gobierno que lanza una campaña de propaganda contra el "trabajo en negro" y lo promueve en gran escala!
Esta política ya hizo desaparecer de la lucha al MTD Aníbal Verón. También Juan Carlos Alderete de la CCC (que acaba de compartir el palco con Kirchner y su hermana en Laferrere) sostiene: "somos concientes que las cooperativas no son una salida efectiva de trabajo para la gente, pero el tema es cómo paliamos la actual situación" (semanario Hoy, del PCR, 4/02/04). Lo mismo decían de los planes: ‘no son la solución pero los agarramos para seguir luchando’. Sólo que ahora el que entra en un emprendimiento debe trabajar para que ande bien "en el mercado", lo que lejos de ser un subsidio para luchar por trabajo genuino (cosa por lo que la CCC jamás peleó) los saca de la lucha.
Pero también en el sector "duro", están los que militan abiertamente a favor de los microemprendimientos. Beto Ibarra declara que "En la nueva etapa el MTL va a poner todo el esfuerzo para que el gobierno financie todos los proyectos productivos..." y por "la financiación de este tipo de proyectos para recuperar la cultura del trabajo" (sic)2. Esto es inconcebible. Ya otro dirigente del MTL, Carlos Chile, informó en el periódico del PC que "Una bisagra en la política habitacional de la Cuidad de Buenos Aires se puso en marcha con la construcción de un complejo habitacional de 334 viviendas" en un predio de dos manzanas en Parque Patricios cedidas al MTL junto a un "crédito blando" de la Comisión Municipal de la Vivienda. Lo curioso es que él mismo reconoce que el déficit habitacional de la Ciudad es de...¡ 400.000 techos!. ¿Acaso 300 viviendas puede llamarse "bisagra en la política habitacional" del gobierno de Ibarra?
Lejos de plantear un Plan de obras públicas para luchar por trabajo genuino y satisfacer las necesidades populares esta es una adaptación a la política gubernamental que mantiene cierta asistencia social con las sobras de lo que no se llevan los pagos al FMI. En esta adaptación, como en la práctica cotidiana de la mera administración de la asistencia social del Estado, está la base de la negativa de la mayoría de las direcciones piqueteras a buscar la lucha común con ocupados. En las declaraciones del Bloque Piquetero (MTL más PO) abundan los llamados a la lucha por el reparto de las horas de trabajo y contra la flexibilización laboral. Pero la unidad proclamada en torno a la ANT es formal y meramente declamativa. Sólo el PO se anima a llamar a esto un "embrión de dirección política" de la clase obrera.
 

1 Página/12 (suplemento Cash, 15/02).
2 Semanario del PC, Propuesta, 12/02/04
Movimiento único, democrático y por la unidad de clase
Ante la ofensiva estatal se impone una reunificación del movimiento militante de los desocupados sobre la base de un nuevo programa de acción.
En un momento en que se habla de reactivación de la economía, el primer punto es iniciar un plan de acción por puestos de trabajo en las grandes empresas. Hay que empezar porque las organizaciones piqueteras apoyen las duras luchas de los trabajadores, como hicieron los compañeros de la FTC de la zona sur del Gran Buenos Aires en apoyo a los ferroviarios contra los despidos, o las reuniones que comenzaron a hacerce en solidaridad con la huelga que dan en estos momentos los obreros de Paty. Pero aún estos son débiles intentos y la mayoría de los dirigentes piqueteros, lamentablemente, se rehusan a dar apoyo real y efectivo. Basta mencionar que una dirigente del MST Teresa Vive, ante la propuesta de los obreros de Paty de ayudar con un corte frente a la fábrica en huelga, se negó diciendo que ya las direcciones piqueteras habían resuelto un corte en la Panamericana y eso no se podía cambiar. La lucha por trabajo genuino hay que darla en acuerdo con quienes trabajan al interior de las empresas, por lo que no hay democracia obrera sin asambleas comunes, coordinadoras u otros organismo de unidad de clase. Y contra el escollo de las burocracias de los gremios, la tarea es rodear de solidaridad toda lucha antiburocrática: donde haya un sindicato recuperado, como en los Suteba, la seccional Haedo de ferroviarios u otras, hay que seguir el ejemplo de los ceramistas de Neuquén y construir una organización común de ocupados y desocupados.
Unidad de ocupados y desocupados: palabras y hechos
En segundo lugar, hay que desterrar todo manejo arbitrario de los planes, sistema de puntajes y de pasar lista en las movilizaciones. En los movimientos dirigidos por la izquierda no puede permitirse que nadie se sienta coersionado para concurrir a las marchas. Un movimiento único debe basarse en los acuerdos políticos de todos sus miembros, con plena libertad de tendencias políticas y opiniones a su interior, y en el que la movilización sea una decisión libre, voluntaria y consciente. Los movimientos de desocupados que surgieron contra el clientelismo burgués, y en su mayoría influenciados o dirigidos por partidos de izquierda, no pueden permitir la subsistencia de esos métodos. Para contrarrestar las maniobras del Estado se necesita la más amplia democracia y control de la base, tanto en el reparto de los planes como de los compañeros designados para negociar con los funcionarios del Estado, mediante comisiones rotativas de veedores de esas negociaciones.
En tercer lugar, declaraciones como las de Raúl Castells de formar un "frente político piquetero" junto a sectores patronales de las Pymes, deben ser rechazadas. Un movimiento único de desocupados debe refundarse sobre el principio de la independencia política de la clase trabajadora.





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