Se dictó el curso de la Teoría de la Revolución Permanente, por los compañeros del PTS-Jujuy. En mi opinión, sentó las bases teóricas del significado de una revolución y la necesidad de que el proceso no termine dentro de los límites geográficos de un país, sino llegar hasta el objetivo final, la revolución socialista en el mundo entero.
El curso resultó de una importancia particular, ya que trataron temas como la Revolución Húngara y Polaca donde estos países, oprimidos por la burocracia stalinista de la URSS, comenzaron un proceso de “revolución política” creando soviets de obreros y campesino. Discutimos China, y otros temas de igual importancia.
La iniciativa en dictar el curso fue muy buena ya que contribuyó mucho en ampliar nuestros conocimientos sobre las luchas que dieron los obreros del mundo, ya sea por mejoras salariales en un principio, y luego por la independencia de la clase obrera con vistas a la construcción de un partido obrero nacional e internacional. También saber cómo otros partidos de izquierda intentaron llevar adelante un cambio social y en otros casos estuvieron al frente de una revolución, pero que finalmente no cumplieron con el objetivo, fundamentalmente por la ausencia de factores claves y puntuales para llegar al éxito final, como lo son la creación de consejos obreros que centralicen a los obreros más conscientes y combativos, la conformación de un programa sólido que permita alcanzar el objetivo de la masa trabajadora; la independencia política y social, y que para ello es importante un partido obrero revolucionario 100 por 100.