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Casas Socialistas

Frente a Brukman y en la ciudad del 19 y 20

Inauguración del Centro Cultural Rosa Luxemburgo

23 de septiembre 2003

Pensar, actuar, crear
“¿Y en Rosa Luxemburgo, acaso no se unimisman, a toda hora, la combatiente y la artista? (…) Espíritu más filosófico y moderno que toda la caterva pedante que la ignora –activo y contemplativo, al mismo tiempo– puso en el poema trágico de su existencia el heroísmo, la belleza, la agonía y el gozo, que no enseña ninguna escuela de la sabiduría”.

J. C. Mariátegui, “Defensa del marxismo”
 
La fuerte pulsión crítica que acompañó la acción de las masas el 19 y 20, dio vida a una amplia gama de fenómenos militantes en el terreno de la cultura. El rol crítico que pueden tener los sectores de izquierda de la cultura, ligados al movimiento de masas, volvió a ocupar un espacio central. Esto se expresó en múltiples experiencias, algunas de ellas fueron Argentina Arde, El ojo izquierdo, Indymedia, Kino-Nuestra Lucha y Arte y Confección.
Uno de los cuestionamientos más importantes que se abrieron el 19 y 20, que hoy continúa en distintos niveles, es la búsqueda de definiciones ideológicas, de una perspectiva desde la cual pensar y actuar. Los grupos dominantes, camarillas intelectuales y círculos de artistas “consagrados” ligados a la industria cultural o a medios masivos de comunicación tienen esto en cuenta, algunos hablan de estas experiencias y las comparan con distintos momentos históricos para domesticarlas e impedir que se desarrollen; otros lo hacen para ridiculizarlas y decir que son “una vuelta al pasado” y no una perspectiva para el futuro; pero todos están de acuerdo en comprender que se dieron en una situación excepcional que no debe repetirse y se abocan con entusiasmo a naturalizar la “vuelta a la normalidad” de la explotación cotidiana.
Nosotros consideramos que este cuestionamiento al individualismo, a la “no ideología” de los ’90, es verdaderamente un gran avance. Por eso proponemos consolidar un espacio para profundizar estos debates políticos e ideológicos y articular las nuevas prácticas junto al pensamiento y la acción del conjunto de la clase obrera, y no sólo desde el punto de vista de la experiencia de Diciembre, sino de la experiencia revolucionaria en todo el siglo XX. De eso se trató el debate que se generó con la proyección del film “La batalla de Chile” donde participaron más de 300 trabajadores y jóvenes, y éste es el sentido que tiene la muestra multidisciplinaria que estamos preparando para Octubre, sobre la “influencia de la revolución rusa en el siglo XX”.
Los sectores de la intelectualidad y la cultura tenemos abierto un desafío histórico de gran envergadura. Ninguna de las corrientes políticas que están tratando de ejercer su dominio en el mapa político actual han logrado constituir un sistema de valores morales, culturales e históricos que convenzan a los millones que hacemos andar este país día a día, de que pueden sacar a la Argentina del atolladero; el panorama de este punto de vista está abierto. El “kirchnerismo” de alguna manera representa las aspiraciones de millones a un cambio en la “cultura política” y sugiere un nuevo “código moral”. Pero ilusionarse con transformaciones que puedan venir “desde arriba” sin un cambio de sistema que permita el desarrollo cultural y político de los millones que somos explotados y sometidos a la marginalidad; mientras son los Hadad, Ernestina Noble y Constantini, e incluso los “progres” como Telerman; quienes dominan los recursos y en última instancia quienes eligen qué sectores tendrán acceso a la educación y a la cultura; es por lo menos ingenuo, cuando no un engaño.
Un pensamiento social que busque resolver los problemas estructurales que motorizaron el proceso de diciembre, debe partir de la crítica despiadada al conjunto de las relaciones sociales que nos impone el capitalismo, no sólo en el terreno de la economía, de la propiedad privada de los medios de producción sino también en el terreno de la ideología y la cultura que sustentan este dominio. La clase trabajadora cuenta con una espectacular historia de pensamiento y acción que debemos recuperar, que se puede rastrear con detalle en la producción del pensamiento de los grandes marxistas revolucionarios.
Este centro cultural se propone como laboratorio que permita preparar condiciones para que en un futuro ascenso las ideas del socialismo estén arraigadas en el pensamiento y en la acción de los miles de mujeres y hombres que tenemos que transformar esta sociedad.




Un lugar estratégico para defender la lucha de Brukman
Entrevista a Celia Martínez
“Estoy muy contenta -nos comentó Celia-, el centro es lo más grande que hay. Me gustó, yo ayudé a que se eligiera ese lugar, desde donde apoyar y defender nuestra lucha para recuperar la fábrica. Me parece muy buena la idea porque yo hablo con las trabajadoras y no tenemos mucha idea política, luchamos más que nada por instinto de clase y no porque estemos preparadas para hacer una lucha más politizada; y desde acá podemos educarnos, saber de muchas cosas, saber de luchas de otros tiempos, conocer la historia de este gran pensador que fue Karl Marx o Trotsky y otros grandes luchadores que hicieron que la clase obrera avanzara y que tuviera más esperanza y sabiduría para la lucha por una sociedad más justa”.
Después de ver la película “La Batalla de Chile” sobre los cordones industriales obreros, continuamos el diálogo y Celia se entusiasma: “Allí se discutía qué tipo de sociedad definir a partir de los trabajadores, eso hoy está alejado, pero de alguna manera lo que busca el Centro es extender esas ideas. Me parece bien instalar las ideas socialistas en la sociedad y discutirlas con la gente, los asambleístas, los trabajadores… Estuvimos muy cerca, casi, casi en nuestras manos el 19 y el 20. Nos faltó un poco más de coraje y preparación. Sobre todo esa conciencia que nos faltó que se quiere instalar a partir del Centro. Pero bueno a lo mejor podemos volver a tener otra oportunidad como la que tuvimos el 19 y 20 y ya con casas socialistas, con centros combativos que den conciencia y que den formación política se podría llegar también. Yo pienso que sí, que no es una utopía. Pienso que con pensamientos positivos, con preparación y formación vamos a poder.”



La “Rosa Roja”
“’¡El orden reina en Berlín!’, ¡esbirros estúpidos! Vuestro orden está edificado sobre arena. La revolución, mañana ya ‘se elevará de nuevo con estruendo hacia lo alto’ y proclamará, para terror vuestro, entre sonido de trompetas: ¡Fui, soy y seré!”

Rosa Luxemburgo, 1919
Rosa Luxemburgo fue ante todo, una mujer revolucionaria, indomable en sus convicciones, en su vida, en su lucha contra el capitalismo. Nacida en Polonia en 1895, se inició en la militancia en Alemania, y fue una de las principales dirigentes de la socialdemocracia.
Fué la primera en señalar la quiebra histórica de la II° Internacional, en especial luego de que la mayoría de sus partidos votaron los créditos de guerra. Ella estaba convencida que los trabajadores no debían participar en la masacre imperialista, organizada por los capitalistas para dividirse el mercado mundial. Y fue una de las primeras en proclamar la necesidad de construir una nueva Internacional.
Fue fundadora, junto a Karl Liebknecht y Clara Zetkin del grupo Espartaco. Tras la derrota de Alemania en la guerra, los espartaquistas siguieron una línea de oposición violenta al régimen y organizaron un levantamiento, conocido como “la revolución de Berlín”. Se declaró la huelga general y se formaron los Consejos de Obreros. Los dirigentes del movimiento, entre ellos Rosa Luxemburgo -a quien los insurrectos apodaban la Rosa Roja- fueron apresados. Algunas de sus obras más destacadas fueron: “¿Reforma social o revolución?”, “La acumulación del capital”, “La revolución rusa”, e “Introducción a la Economía Política”.
El 15 de enero de 1919, un soldado destrozó el cráneo de Rosa Luxemburgo de un golpe con la culata de su fusil. Su cuerpo fue arrojado a un canal. Pero Rosa, como la revolución, aún traicionada y asesinada, fue, es y será la rosa roja en el corazón del proletariado mundial.



“No pedimos, exigimos nuestro derecho al pan pero también a las rosas”
El 13/09, como parte de la jornada inaugural, se proyectó el video “No pedimos, exigimos nuestro derecho al pan pero también a las rosas”, realizado por la documentalista Gabriela Jaime (integrante del colectivo Kino-Nuestra Lucha).
Organizada por “Pan y Rosas”, se mostró la pelea en el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres, de Rosario, contra la ofensiva de la Iglesia Católica que intentó frenar la discusión abierta sobre el derecho al aborto y los derechos sexuales y reproductivos. Al finalizar el video las integrantes de Pan y Rosas llamaron a marchar el 26/09 por el “Derecho al Aborto Libre y Gratuito” a las 18 hs. de Congreso a Plaza de Mayo.



Proyecciones en la sala “Cine de la base”
Miércoles 24 / Dos funciones: 19 y 21 horas.
“Control obrero” (25min)
“La fábrica es nuestra” (19min)
“Obreras sin patrón” (21min)
Jueves 25 / 20 horas / Aniversario del nacimiento de Raymundo Gleyzer, con la presencia de realizadores del grupo “Cine de la base”
“Obreras sin patrón” (21min)
“Raymundo” (100min)
Sábado 27 / Dos funciones: 19 y 21 horas
“Obreras sin patrón” (21min)
“Pan y rosas, documental sobre la construcción de un nuevo movimiento de la mujer” (30min)

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