El sábado 17 de abril realizamos la jornada de inauguración de la Casa El Cordobazo, a la cual asistieron alrededor de 200 personas. La misma contó con una muestra de compañeros de la escuela de artes Manuel Belgrano y del IUNA y una exposición de fotos sobre las jornadas de los días 19 y 20 de diciembre de 2001 del fotografo Ivan Clemenco, cuyas fotos fueron las portadas de los principales diarios argentinos y del programa Punto Doc.
Entre idas y venidas alrededor de la exposición, dimos comienzo a la proyección del documental sobre la reciente lucha del subte. Los compañeros de Contraimagen –que filmaron la huelga durante los cuatro días- señalaron que su objetivo era que la película fuera editada por los propios protagonistas, y eso es lo que ya comenzaron a hacer.
Alrededor de las 21 hs. dimos comienzo a la charla inauguración, que en un ambiente cordial se transformó en una verdadera asamblea donde muchos de los presentes tomaron la palabra. Los panelistas fueron Raúl Godoy, dirigente de los ceramistas de Zanon y dirigente nacional del PTS, la compañera Celia Martinez de Brukman, el escritor y docente Vicente Zito Lema y el compañero Leandro, trabajador estatal y miembro del PTS de San Telmo que habló como anfitrión de la Casa. Pablo Pozzi, historiador del movimiento obrero, también se acercó a la casa para dejarnos un caluroso saludo.
Como dijimos al presentar la casa, «este espacio no es un centro, es una casa. Siéntanla como suya, úsenla como suya y aporten a ella como si fuera suya, porque queremos que sea un espacio para los que combaten día a día la explotación capitalista».
Decenas de compañeros, tomaron estas palabras como un hecho y así fue que la charla se incrementó en oradores, saludando la iniciativa y contando sus experiencias de lucha y organización. Hablaron trabajadores de Telefónica y del ministerio de Trabajo (integrantes de Nuestra Lucha), ferroviarios, trabajadores de subte, docentes, desocupados, estudiantes secundarios (integrantes de No Pasarán), artistas y dos jóvenes tranajadoras de la agrupación Pan y Rosas.
Los objetivos de la Casa, fueron presentados por Leandro quien remarcó que «no sólo la abrimos para los luchadores, sino también y en especial para aportar al resurgir de una nueva camada de trabajadores y jóvenes que adhieran a la perspectiva del marxismo revolucionario para que de una vez y por todas pongamos en pie un partido de los esclavos insurrectos que no solo enfrenten al capitalismo sino que lo derroten, abriendo la puerta a una sociedad sin explotados ni explotadores comenzando a construir el socialismo».
En un ambiente que recordaba la década setentista, se mezclaban las experiencias de lucha actuales con las del pasado. El propio nombre de nuestra casa, El Cordobazo, fue un estímulo en este sentido. Como expresó Zito Lema, trajo a la memoria las lecciones de esta importante gesta de la clase obrera argentina y las aspiraciones socialistas del clasismo cordobés.
Raúl Godoy, contando la experiencia de la apertura de la Casa Marx de Neuquén, explicó cómo «el ejemplo de la conjunción entre los trabajadores ceramistas, desocupados, jóvenes, artistas y la teoría marxista, eran la fusión necesaria para la formación de un partido revolucionario de la clase obrera y así llevar las luchas a la victoria final que era el socialismo». Habló además sobre el exitoso Certamen de Arte que realizaron en la Casa Marx, el sindicato ceramista y el obrador del MTD.
La palabra de Celia Martínez no podía dejar de expresar la importancia que tuvo la heroica lucha de las trabajadoras de Brukman y el cambio profundo que esta experiencia significó para ella. «Yo comencé la lucha siendo un ama de casa peronista, -dijo- luego me transformé en luchadora obrera y hoy puedo decir que comencé un nuevo camino que es ser una obrera consciente de la necesidad de un gobierno de los trabajadores y en esto último tienen mucho que ver las Casas Socialistas».
Un ambiente cordial y de entusiasmo recorrió toda la charla así como la fiesta, que duró hasta altas horas de la noche con el mismo espíritu.