El Partido Comunista Revolucionario (que orienta a la CCC) sostiene públicamente que hay que aplastar la “víbora procesista”. Según su semanario, el “procesismo” aprovechó para “recoger heridos” y ganar “una influencia que había perdido” debido a que Kirchner “atacó en bloque, metiendo en la misma bolsa al fascismo dictatorial con las corrientes nacionalistas, malvineras y profesionalistas que siempre resurgen en las Fuerzas Armadas de un país dependiente como la Argentina.” (Hoy, Nro 1136 del 4/10/06). Posteriormente en Hoy 1137 el PCR dice que la marcha del viernes 6 de octubre fue “una gran movilización de las fuerzas afines al gobierno, particularmente los intendentes del Gran Buenos Aires. Las fuerzas populares y democráticas demostraron tener amplitud de miras frente a una situación tan importante, organizando una gran columna”. En base a esta caracterización el PCR insiste en buscar un aliado estatal y de la política patronal, como los intendentes del GBA, para “aprovechar las contradicciones en el seno de los de arriba: golpear junto a un sector de ellas, contra otro que expresa posiciones fascistas”.
En función de esta lectura el PCR apela a dos políticas: el rescate de un sector nacionalista de las FF.AA., para restar base al procesismo y la alianza con los intendentes del PJ del Gran Buenos Aires para frenarles la mano.
El PCR critica la política de Kirchner sobre las FF.AA. por atacarlas en bloque, lo que no es cierto porque la misma consiste en pensar que se puede desplazar –o peor aún, convivir- sin consecuencias a los genocidas y sus cómplices del aparato estatal apoyándose en una “nueva generación militar”. Paradójicamente lo mismo piensa el PCR sólo que a diferencia de Kirchner que apela a una jerarquía que declama lealtad, este partido apuesta a que sea un ala supuestamente nacionalista quien tome la posta con el apoyo del movimiento obrero y popular en un frente “patriótico y democrático” tal como no se cansan de proclamar. El PCR promueve otra forma de rescate militar, pero en lugar de Bendini, apelan a figuras como los ex procesistas Vice-Comodoro (R) Horacio Ricciardelli, el Capitán de Navío Carlos Busser, o el Mayor (R) Jorge Vizoso Posse con quienes el PCR compartió un acto el último 12 de agosto o carapintadas como Mohamed Seineldín (ver LVO N°199).
Por otra parte el PCR sobrevalora el papel de los intendentes bonaerenses y no denuncia el contenido de su política. Los socialistas revolucionarios participamos de la movilización para masificar el reclamo. Lo hicimos junto a Justicia Ya! con consignas propias para delimitarnos en la misma acción de la política oficial que consiste en impedir que la movilización popular siga un curso independiente y continuará apuntando contra el gobierno y el Estado como medio para “aplastar” la “víbora procesista”. La finalidad de los intendentes es impedir la intervención de las masas para permitirle al gobierno arreglar entre trastiendas la crisis abierta.
Los socialistas revolucionarios sostenemos que no hay reforma posible de las FF.AA., ni ala progresista en el Estado y la política patronal que sirva para llevar hasta el final la lucha democrática y antiimperialista. La única garantía de que las bandas impunes no sigan atentando contra la vida de los trabajadores y el pueblo es la movilización de masas independiente contra la impunidad de los genocidas señalando la responsabilidad del estado burgués, su brazo armado (donde se encuentran los cotos impunes del procesismo) y los políticos patronales cómplices de la impunidad.