Con la participación de cerca de 70 personas se llevó a cabo el pasado sábado una charla para debatir el proceso revolucionario que se vive en Bolivia. La exposición, a cargo de Eduardo Barrera y Fernando Rosso estuvo centrada en explicar, en primer lugar, las causas estructurales del permanente desarrollo de la lucha de clases en este país. Se señalaron los límites del desarrollo capitalista y el saqueo histórico al que ha sido sometida esta nación. Se marcó la profundidad de la crisis de un estado y un régimen político que, en las últimas dos décadas, ha sido el garante de la entrega de la nación a las potencias imperialistas, contra el sentir de la mayoría nacional. A continuación se reseñó el proceso de Octubre del 2003 que terminó en un enorme levantamiento que barrió con el gobierno de Sánchez de Lozada. Partiendo de las que se señalaron como las tareas irresueltas por Carlos Mesa, el problema de los hidrocarburos y la Asamblea Constituyente, se desarrolló un análisis del reciente proceso de movilización revolucionaria.
En esta parte se prestó especial atención al límite que significaron las direcciones actuales del movimiento de masas en Bolivia, en particular el MAS de Evo Morales. Se señaló además, la importancia del surgimiento de la Asamblea Popular de El Alto, que mostraba la tendencia de las masas a desarrollar organizaciones de frente único para la lucha.
El debate se desarrolló alrededor de las vías para superar a las actuales direcciones del movimiento de masas en Bolivia. Esto motivó varias intervenciones, entre ellas la de un compañero obrero, trabajador de una importante fábrica, de varios años de militancia. Describió el rol que había jugado en la Revolución boliviana de 1952, el POR, partido de origen trotskista que contaba con una enorme influencia en sectores del movimiento obrero. Mostró en su intervención cómo el principal obstáculo para que las masas rompieran con sus dirigentes reformistas y contrarrevolucionarios era la inexistencia de un partido revolucionario capaz de ofrecerse como alternativa en los momentos fundamentales de la lucha de clase, opción que el POR no había sido en Bolivia del 52’. Desde este objetivo invitó a todos los presentes a sumarse a los círculos marxistas, para discutir y ser parte de la lucha por construir un partido revolucionario en Argentina.