El pasado miércoles 19 de mayo se realizó en la facultad de Humanidades de La Plata la Charla-debate “A un año del gobierno de Kirchner. Los límites del gobierno y la estrategia de la izquierda”, en la que se presentó el último número de la revista Lucha de Clases. La presentación fue impulsada por la Cátedra Karl Marx y el Centro Cultural La Comuna.
Ante un auditorio de más de 100 personas, entre los que participaron diversas corrientes universitarias como el Colectivo de Trabajo de Humanidades y Periodismo, Utopía, MIU y la Santiago Pampillón, expusieron los panelistas Christian Castillo (PTS), Esteban Rodriguez (docente universitario y militante del MTD Anibal Verón) y Juan Grigera (economista de “Cuadernos del Sur”).
Partiendo de la nota de Christian Castillo, las exposiciones abarcaron temas como la imposibilidad del gobierno de Kirchner de oponer a los últimos 25 años de predominio del capital financiero un “capitalismo serio” basado en la “producción y el trabajo”, cuando no ha dicho ni siquiera una palabra sobre nacionalizar algunos de los principales resortes de la economía, lo que deja en el absurdo a aquellos que, como la CTA, apoyan a este “populismo de manos vacías”, intentando llevar a los trabajadores a la encrucijada de optar siempre por una salida burguesa.
También se hizo mención a uno de los elementos más importantes de la actualidad: “lo nuevo, lo destacable de los últimos meses es que aquel sujeto que no estuvo presente directamente como clase en las jornadas de diciembre del 2001, que tuvo prácticamente una ausencia durante el 2002, la clase obrera, empieza a jugar un papel mucho más importante, sobre todo en la lucha social”, demostrado en las diversas luchas por recuperación de conquistas, como la de los trabajadores del subte, los choferes de TDO o la ocupación de refinerías en Santa Cruz, además de múltiples luchas por aumento salarial como la de los trabajadores estatales de las provincias, y procesos de reorganización tan significativos como la conformación de una lista opositora de los trabajadores de Terrabusi, Stani y Pepsico contra Daer en el sindicato de la Alimentación. Y para mostrar que este fenómeno de que “empieza a haber un cierto reanimamiento y politización en sectores de la clase trabajadora” excede ampliamente a nuestro país, se enumeraron ejemplos como el Octubre boliviano y en Europa las “huelgas salvajes”, siendo una de las mas significativas la lucha de los trabajadores del transporte de Milan, Italia.
Pero sin duda el debate más importante fue el que surgió alrededor de la situación actual de los movimientos de desocupados. Esteban Rodríguez expuso que aunque éste “le imprimió una dinámica importante a la protesta social”, no se puede desconocer que en la actualidad su lucha “corre el riesgo de quedar compartimentada y aislada, es decir despolitizada” por la política divisionista de sus direcciones, que lleva al grado de que “cada familia se vuelve una multipartidaria”. Frente a esto un “antídoto muy importante es la coordinación”.
También trazó una crítica particular a los MTD afirmando que “decir que porque tenés una panadería, una huerta, sos autónomo, es confundir (...) los proyectos productivos confunden a los compañeros porque les hacen creer que están financiando su autonomía...”. La “autosubsistencia no es autonomía”.
Por otro lado, Christian Castillo enumeró los puntos más importantes para tender a resolver la actual crisis de esta fracción de la clase obrera: oponerse al gobierno de Kirchner y su política de cooptación hacia los desocupados y a la colaboración que realizan direcciones como la FTV-CTA, la CCC o Barrios de Pie tienen con el propio gobierno; dar un combate contra toda política clientelar evitando que las distintas tendencias políticas se dediquen a administrar los planes y que en cambio, los planes de empleo sean controlados por el conjunto de la base de los movimientos, para afirmar que frente a la profunda división entre los distintos agrupamientos que le imprimen sus direcciones, los desocupados deben plantearse la lucha por un movimiento único a nivel regional y nacional, y que puedan participar con libertad todas las tendencias políticas en su interior que apoyen su lucha; junto con esto, hacer todos los esfuerzos posibles por la unidad con los trabajadores ocupados en la lucha por trabajo genuino, creando en todo el país espacios de coordinación como la Coordinadora del Alto Valle.

Nicolás, ECR La Plata