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Internacionales

El Estado Mayor del Pueblo y la necesidad de coordinar la movilización

Por una Coordinadora nacional (extractos)

27 de febrero 2003


La formación del Estado Mayor del Pueblo tras los bloqueos de enero, a su manera, trata de responder a la necesidad de una mínima coordinación. Sin embargo, el EMPB no ha sido capaz de actuar como una verdadera instancia de coordinación y centralización de la movilización, como se demostró el 12 y 13 de febrero, donde no estuvo a la altura de la situación.
Es que el EMPB funciona como un acuerdo superestructural, entre dirigentes. La "horizontalidad" en la toma de decisiones que reclama se reduce a un consenso entre cúpulas, lo que permite a los dirigentes seguir negociando por su lado (…)
Un verdadero estado mayor obrero, campesino y popular, por el contrario, debería basarse en la democracia directa (delegados de todos los sectores electos en asamblea, con mandato y revocables por sus bases) y organizarse a todos los niveles: en cada ciudad, cantón, provincia y departamento.
Lamentablemente, los dirigentes de la COB, de la CSUTCB, del MAS y el MIP no quieren crear una instancia así (…)
Pero si quisieran avanzar en esa dirección, es muy simple: puede convocar ya mismo a un encuentro o congreso integrado por delegados de base de todos los sectores y con mandato, para hacer un balance de las jornadas de febrero, discutir cómo continuar la lucha, cómo impulsar la organización de comités de autodefensa para enfrentar a la represión y cómo organizar la coordinación (…)
Así se estaría comenzando a poner en pie un organismo de nuevo tipo, capaz de expresar el frente único de las masas para la lucha.

El ejemplo de la Coordinadora en la "guerra del agua"

Un gran antecedente de organización fue la constitución de la Coordinadora del Agua en el levantamiento de Cochabamba de abril del 2.000. La misma, integrada por la Federación de fabriles, el magisterio, los Comités de Regantes y otros sindicatos y organizaciones obreras, campesinas y populares marcó un camino. Al calor de la lucha, actuando bajo la presión de las masas movilizadas, se constituyó como un frente único democrático para la movilización que apuntaba a la autoorganización de las masas, en un embrión de poder obrero y popular. Así, se pudo asestar un gran golpe al gobierno de Banzer y derrotar el intento privatizador. Lamentablemente, después la política de sus principales dirigentes diluyó su contenido, además, los mismos, se negaron a impulsar la formación de una Coordinadora nacional cuando todo el país estaba pendiente del ejemplo de Cochabamba (…)

Por una Coordinadora Nacional

Es preciso poner en pie una amplia Coordinadora Nacional de todo el movimiento obrero, campesino y popular, integrada por delegados de base con mandato de sus asambleas y que funcione mediante los métodos de la democracia directa. Es decir, un verdadero estado mayor para preparar la Huelga general indefinida con bloqueo de caminos que pueda paralizar el país y completar la tarea inconclusa de expulsar al Gobierno, imponer una Asamblea Constituyente revolucionaria y abrir camino a una salida obrera y campesina.
Una Coordinadora nacional que selle la alianza entre los trabajadores de la ciudad, los campesinos y el pueblo humilde, y en la que el proletariado, levantando su propio programa y estrategia, pueda conquistar la dirección de la nación oprimida en la lucha contra el campo burgués e imperialista.
Una Coordinadora nacional, en la que los dirigentes reformistas, indianistas y burocráticos, obligados a actuar ante el tribunal de las masas movilizadas, desnuden sus compromisos con la burguesía y puedan ser reemplazados al calor mismo de la lucha por una nueva dirección, una dirección revolucionaria conformada a partir de esa vanguardia que está surgiendo al calor de los acontecimientos que conmueven al país, y que encontrará en la misma Coordinadora el mejor terreno para avanzar y reagruparse revolucionariamente.
Llamamos a los sindicatos y organizaciones que se reclaman combativas y que quieren ir hasta el final en la lucha contra el gobierno, a tomar en sus manos la exigencia al EMPB y las direcciones de convocar ya mismo a un encuentro obrero y campesino sobre la base de la democracia directa, y a comenzar a coordinar entre los sectores dispuestos a movilizarse.

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Constituyente Revolucionaria

Ante la extrema debilidad del gobierno distintos sectores ensayan salidas "no traumáticas" o "institucionales" ante la posibilidad de que Sánchez de Losada se vea obligado a dar un paso al costado. Este es el caso de la dirección del MAS de Evo Morales que pretende utilizar las aspiraciones democráticas de las masas cultivando en éstas la ilusión de que la democracia en sí puede resolver sus problemas. De esta forma utilizan la consigna de Asamblea Constituyente para cerrar las fracturas en la democracia burguesa e impedir que los explotados se abran un camino independiente. Presentamos un extracto del articulo ¡Abajo Goni, Mesa y el gobierno del MNR-MIR! ¡Asamblea Constituyente Revolucionaria! que pretende dar una respuesta a este crucial problema.
(…) La inmensa mayoría obrera, campesina y empobrecida del pueblo tiene el derecho a ejercer sin trampas ni límites sus aspiraciones democráticas y hacer pesar su voluntad política en los destinos de la Nación (…)
Es evidente que una Asamblea Constituyente verdaderamente libre y soberana no podrá obtenerse negociando en el Parlamento con los partidos de la burguesía ni acomodándose a la reaccionaria y antidemocrática Constitución actual. Tampoco su convocatoria, elección y funcionamiento pueden confiarse a la custodia de las actuales Fuerzas Armadas y a la policía dirigida por los cómplices de Goni.
Por ello, es preciso imponer una Asamblea Constituyente revolucionaria, es decir, verdaderamente libre y soberana, impuesta mediante la movilización y convocada por un gobierno provisional de las organizaciones obreras campesinas y populares, sobre la base de demoler hasta los cimientos al actual régimen político y sus reaccionarias instituciones.
Se trata de imponer una Asamblea donde discutir sobre todos los grandes problemas nacionales, donde debatir un plan económico de emergencia obrero y campesino sobre la base de que la crisis la paguen los ricos y la ruptura con el imperialismo (…) y demás medidas que son el punto de partida imprescindible para reorganizar el país en función de los intereses y necesidades de los obreros, los campesinos y el pueblo humilde (…)

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Javo Ferreira, desde La Paz

Los marxistas y las Fuerzas Armadas


Los últimos acontecimientos han puesto sobre la mesa la discusión sobre las instituciones armadas y la política de los revolucionarios hacia las mismas.
La lucha por la destrucción del Estado semicolonial boliviano y la construcción de una República Obrera y Socialista, implica la lucha por la destrucción y disolución de los aparatos represivos de la burguesía, pues como decía Lenin: "En todas partes y en todos los países el ejército regular sirve, no tanto contra el enemigo exterior, como contra el enemigo interno. En todas partes el ejército regular se ha convertido en instrumento de la reacción, en sirviente del capital en su lucha contra el trabajo, en verdugo de la libertad del pueblo. No nos detengamos pues, en nuestra gran revolución liberadora, solo en las reivindicaciones parciales. Arranquemos el mal de raíz. Suprimamos por completo el ejército regular."1
El abandono del programa marxista hacia las instituciones armadas, por corrientes que, como el POR de G. Lora, se reclaman revolucionarias, los lleva a terminar coqueteando en forma oportunista con sectores del Estado que se quiere destruir.
"Vivo Rojo" se propone desde hace largos años organizar una "corriente revolucionaria" en la oficialidad. En "Ejército y revolución (bases ideológicas de la tendencia revolucionaria en las FF.AA.)" se llega a afirmar que "en la medida en que nuestra tendencia castrense se fortalezca, en la medida en que se fortifique organizativa e ideológicamente, y en la medida en que aplastemos a las tendencias reaccionarias, proburguesas, proimperialistas y golpistas dentro de nuestras filas, las FF.AA. se irán integrando en el gran proceso revolucionario.
"Podemos sintetizar nuestros objetivos inmediatos en el logro de la bolivianización de las FF.AA. y su transformación de ciego instrumento en manos de la clase dominante, en organismo deliberante, políticamente definido y con una estructura ampliamente democrática, donde sea posible que las ideas se expresen libremente sin temor a represalias." Así, partiendo de considerar a las FF.AA. como un terreno donde se expresan las contradicciones de la lucha de clases, y luego de proclamar la "excepcionalidad" de la policía y el Ejército boliviano por su origen plebeyo y su pobreza material, se desliza a considerar que se las puede ganar como institución para el campo de los trabajadores. Éste es el programa de Vivo Rojo.
Este es también el programa del Mayor David Vargas, vocero de la protesta policial: unas fuerzas de seguridad "de la mano del pueblo". No es casual entonces, que durante el 12 y el 13 el POR haya levantado el grito de "¡Viva el levantamiento policial!" para poner en práctica la vieja política de "ganar" a las instituciones armadas por la vía del convencimiento ideológico, rompiendo con las más elementales enseñanzas leninistas al respecto: "Nos hemos dedicado y nos dedicaremos con la mayor tenacidad a la tarea de "conquistar" ideológicamente a las tropas; pero no pasaríamos de ser unos lamentables pedantes, si olvidamos que en un periodo de insurrección se necesita también librar una lucha física por atraer a las tropas"2
Lenin partía siempre de la necesidad de aprovechar la crisis de las fuerzas de seguridad para quebrarlas, lograr su disolución. Así, en abril de 1917 afirma: "impedir el restablecimiento de la policía, aplicar las fuerzas organizadoras de todo el pueblo a la formación de una milicia popular; tales son las tareas que el proletariado debe llevar a las masas" e insiste una y otra vez: "sólo hay una forma de impedir el restablecimiento de la policía: crear una milicia popular y fusionarla con el Ejército (el Ejército regular debe ser reemplazado por todo el pueblo armado)"3
En efecto, esta es una de las principales tareas de la clase trabajadora en momentos de crisis revolucionaria. "La revolución no puede producirse más que por la acentuación de la lucha de clases, y su única garantía de victoria reside en la función social del proletariado. La huelga política de masas, la insurrección armada, la conquista del poder del estado están determinados por el grado de desarrollo que ha alcanzado la producción, por la orientación de las fuerzas de las clases, por el peso social del proletariado y por último, por la composición social del ejército puesto que en periodos de revolución las fuerzas armadas son el factor que determina el destino del poder del estado."4
Hace falta por un lado, una política para impulsar el armamento de las masas, desde los comités de autodefensa hasta la creación de milicias obreras y campesinas, ligadas al desarrollo de los órganos de poder obrero y popular, para que la tropa vacilante, vea a los trabajadores no sólo con simpatía, sino como una fuerza capaz de cambiar el estado de cosas y defenderlos de las represalias de los mandos superiores, y ligado a esto, hace falta una política que, partiendo de aquellas demandas progresivas de la tropa y los suboficiales, impulse el surgimiento de comités de base y la ruptura con la oficialidad como casta privilegiada. Los elementos honestos entre la oficialidad deberán escoger su camino entre la "defensa de la institución" o subordinarse al pueblo en armas.
En la última crisis de febrero, la ausencia de una expresión política independiente del proletariado y del movimiento de masas que levantara una política así, permitió a la burguesía impedir que se ahondara la crisis en sus aparatos represivos, lo cual es un severo alerta para la vanguardia.
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1 V.I. Lenin, T. X Obras Completas.
2 V.I. Lenin, T. XI Obras Completas ED Cartago.
3 V.I. Lenin, "Las tareas del proletariado en nuestra revolución", mayo de 1917.
4 Der Kampf 11/1911


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