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Bolivia

¡Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria!

28 de mayo 2004

Luego del levantamiento de octubre del 2003 que expulsó del gobierno a Sánchez de Losada y del establecimiento por parte del conjunto de las direcciones políticas y sindicales de una tregua al nuevo gobierno de Carlos Mesa, vuelven a emerger los elementos de una mayor tensión y polarización política en el país andino. El gobierno de Carlos Mesa ha evidenciado ser la continuidad pro imperialista, antiobrera y antipopular del gonismo, aplicando en los últimos meses diversos planes de austeridad, garantizando la impunidad de los asesinos de febrero y octubre y con la colaboración del congreso, aprobando la Ley exigida por la embajada norteamericana que otorga impunidad ante cualquier delito para los norteamericanos presentes en el país. Como parte de esta política continuista, el gobierno ha lanzado una plan político basado en el engaño “democrático” como es la convocatoria a una Asamblea Constituyente para el 2005 completamente controlada y regulada sobre la base de la legislación actual, para evitar que las legitimas aspiraciones de los trabajadores y el pueblo puedan pesar en la vida política nacional. Así mismo, como parte de esta estafa política el gobierno está convocando para el 18 de julio a un referéndum que en esencia garantiza el saqueo de los recursos energéticos que vienen llevando a cabo las multinacionales y que se prolongaría por 36 años más, intentando convertirlo de hecho en un plebiscito que legitime su débil gobierno.

 El papel del MAS de Evo Morales

Esta política sostenida por Mesa, está llevando a que la tregua con la que contó durante los primeros meses de su mandato esté bastante deteriorada, perdiendo el apoyo de varios sectores sindicales así como también comenzando a estar cuestionado por importantes sectores burgueses que buscan un compromiso más claro y decidido con las multinacionales y el imperialismo y que opinan que la política de reacción democrática desplegada desde el palacio de gobierno puede convertirse más adelante en un obstáculo a sus planes antiobreros y antipopulares.
Es así que el gobierno de Carlos Mesa ha contado para la implementación de su política esencialmente con el apoyo decidido del MAS de Evo Morales, quien se ha opuesto sistemáticamente a todo plan de lucha, ha votado o ha viabilizado varias de las leyes del actual gobierno, y finalmente en la cámara de senadores ha aprobado la Ley que garantiza la impunidad de tropas norteamericanas en territorio boliviano ante cualquier delito. Con el argumento de la eventualidad de un golpe de estado, y ante la necesidad de evitarlo, Evo Morales y sus amigos se comprometen a realizar el trabajo sucio con sus propias manos, contando en la actualidad con personal en varios ministerios y vice ministerios, buscando de esta manera ganar la confianza de la burguesía y el imperialismo como un personal competente para hacerse cargo de los destinos del país.


El empantanamiento de la Huelga General Indefinida

 En este marco es que la COB y otras organizaciones sindicales convocaron para el 2 de mayo pasado al inicio de la huelga general indefinida. Sin embargo la misma, a casi un mes de su lanzamiento no pudo efectivizarse salvo algunos sectores como magisterio, salud y otros, varios de los cuales terminaron suspendiéndola después de haber alcanzado acuerdos sectoriales. Este empantanamiento de la huelga obedece centralmente a la política desplegada por el conjunto de las direcciones sindicales quienes sistemáticamente se negaron a formular objetivos claros, limitándola a una medida de presión para negociar en mejores condiciones con el actual gobierno. Así mismo durante todo el mes de abril y mayo se negaron a impulsar algún tipo de organización desde las bases para que la huelga pudiera ser garantizada. Prácticamente no se realizaron ni asambleas ni cabildos, ni encuentros que permitieran hacer pesar la voz y la voluntad de los sectores más activos de los trabajadores y del movimiento de masas, únicos capaces de paralizar el país. Sin embargo, pese a este empantanamiento y retroceso momentáneo, la creciente polarización producto de la política proimperialista del actual gobierno puede permitir que vuelvan a emerger, los elementos más revolucionarios de la situación que se expresaron en octubre, pero para ello hace falta una política consciente que enfrente decididamente los planes imperiales para el país y dote de un norte claro a los trabajadores y el pueblo, únicos interesados en recuperar los recursos energéticos.

¡Boicot a la trampa del referéndum! ¡Por una Asamblea Constituyente Revolucionaria!

Esta situación le ha permitido obtener a la burguesía, al congreso y al gobierno un primer triunfo que es el haber logrado desviar y hacer girar la vida política del país alrededor del próximo referéndum sacando la política de las calles y trasladándola al ámbito de la urnas. Sin embargo es un triunfo precario, signado por la alta inestabilidad política que se manifiesta en el cambio de cinco ministros en siete meses de gobierno y en una creciente oposición política y sindical liderada esencialmente por la COB.
Los trabajadores, campesinos y el pueblo pobre tienen en sus manos la posibilidad de hacer estallar por los aires los planes de entrega y mayor sumisión del actual gobierno empezando por boicotear la trampa del referéndum. Sin embargo para que el boicot sea una realidad es necesario sostener una política distinta a la que se sostuvo durante la ultima huelga general. Desde la Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional (LOR-CI) hemos venido sosteniendo sistemáticamente la necesidad de preparar una Asamblea Popular que sobre la base de delegados elegidos en asambleas con carácter revocable y con mandato de todos los centros mineros, fabricas, comunidades, etc., permitiera que los trabajadores de base discutan, organicen y efectivicen los mecanismos necesarios para asegurar una salida a la crisis al servicio de las grandes mayorías laboriosas del país. Así en el ampliado de Huanuni del 7 de abril planteamos la necesidad de la convocatoria urgente para el 1° de mayo de un encuentro obrero, campesino, popular y de las naciones originarias que diera pasos en este sentido y que permitiera garantizar la Huelga General Indefinida. Pese a declaraciones formales de algunos dirigentes, esta política fue rechazada por el conjunto de los cuerpos dirigentes, incluido el POR de Lora. Los resultados están a la vista: no puede haber verdadero plan de lucha sino es sobre la base de la organización democrática de las bases movilizadas.
Hoy frente al referéndum, estos mismos cuerpos dirigentes hablan de boicot, sin embargo, poco y nada hacen para organizarlo. Necesitamos en forma urgente la realización de asambleas, cabildos y finalmente un encuentro de emergencia de delegados de todos los centros de trabajo para implementarlo.
Hay que boicotear la trampa de Mesa, la burguesía y el imperialismo. Los trabajadores del campo y la ciudad debemos definir un verdadero plan de lucha que empezando por el boicot y para recuperar los hidrocarburos, imponga una verdadera Asamblea Constituyente verdaderamente libre y soberana, que discuta los destinos del país, qué hacer con la tierra, la coca, el derecho a la autodeterminación nacional de los pueblo originarios, la expulsión del imperialismo, el problema del salario, del trabajo. etc. Esta asamblea, revolucionaria, sólo podrá ser garantizada únicamente por un gobierno provisional de las organizaciones obreras, campesinas y populares en lucha, sobre las ruinas del actual régimen de democracia de curas, empresarios y militares al que se ha sumado el MAS, y que sólo prepara nuevos ataques a los trabajadores y el pueblo.

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