Luego de la brutal represión que sufrieron la semana pasada a manos de la maldita policía bonaerense, las trabajadoras y trabajadores de FP Impresora siguen acampando a metros de la fábrica, firmes en su reclamo de reincorporación de todos los despedidos, el cese de las persecuciones y el derecho a organizarse gremialmente. El taller se encuentra vallado y con custodia permanente de la guardia de Infantería, funcionando parcialmente gracias a un grupo de carneros compuesto por encargados y personal administrativo, que ingresan y salen todos los días encerrados en un camión como si fueran ganado. Es un hecho de gran importancia que, pese a la represión y el aislamiento al que fue sometido este conflicto, se haya logrado que al día de hoy la fábrica no logre funcionar normalmente y los trabajadores se mantengan en pie de lucha.

La justicia defiende a los patrones

A pesar del tiempo transcurrido -casi dos meses de lucha- y la difícil situación que atraviesa el conflicto, estas jóvenes obreras y obreros gráficos mantienen alto su espíritu de lucha. Esta bronca está alimentada por la total impunidad con la que se ha manejado la patronal hasta ahora, quien a pesar de encontrarse en la ilegalidad, despidiendo de forma discriminatoria primero, cerrando la planta mediante un lock out ofensivo después, no dudó en denunciar penalmente a sus trabajadores y pedir la intervención policial; en suma, viene apelando a todos los métodos a su alcance para quebrar esta justa lucha.

Esta descarada impunidad cuenta a su vez con el aval de diversas instituciones: desde el Ministerio de Trabajo, tanto el de provincia de Buenos Aires que teniendo todos los elementos para pronunciarse a favor de los obreros mira para otro lado, como el Ministerio nacional que alega que nada puede hacer porque el expediente está en manos del Ministerio provincial; pasando por la justicia que ordenó la represión y la “mejor policía del mundo” que procedió a cumplir la orden. Todas las instituciones estatales han dejado al desnudo su carácter de clase capitalista, poniendo por delante los intereses de la patronal incluso por sobre sus sagradas leyes y justicia.

En la Argentina capitalista si uno es patrón, puede actuar en la más absoluta ilegalidad con total impunidad, negarse a cumplir las leyes, negarse a declarar como hizo De Narváez en la causa efedrina y no sufrir ninguna consecuencia por ello, abusar reiteradamente de niños como el padre Grassi y ser condenado a cumplir la pena… en libertad! Y así podríamos seguir haciendo una larga lista.

Pero sí uno es obrero y quiere organizarse sindicalmente en su lugar de trabajo de acuerdo a las leyes nacionales e internacionales, seguro sufre la persecución y el despido. Y si reclama ante semejante injusticia ante las autoridades pertinentes (léase Ministerio de Trabajo), se encontrará con maniobras y dilaciones o directamente no encontrará respuesta. Y si ante esta inacción de quien debe intervenir se le ocurre reclamar en las calles, pues allí estarán prontos a actuar fiscales y jueces, que algún resquicio legal encontrarán para judicializar la protesta y enviar pronto a sus perros guardianes, siempre prestos a descargar sus palos y balas sobre temibles… trabajadoras y trabajadores que reclaman el elemental derecho a trabajar, a ser explotado por un salario de miseria para no morir de hambre.

Una vez más entonces, todas las instituciones del Estado burgués dejan en claro sus verdaderos intereses, la defensa de la propiedad privada y la ganancia capitalista como principio supremo; y es tamaña injusticia lo que alimenta la bronca obrera, lo que empuja a seguir luchando a pesar del frío, de las cuentas que aprietan, de los hijos que reclaman atención. Es por esto que las obreras y obreros de FP Impresora se han convertido en un ejemplo para todo el movimiento obrero, que merece el apoyo de toda organización que se diga no solamente obrera y clasista sino mínimamente democrática.

Apoyemos esta lucha ejemplar

A pesar de la represión, de la persecución y de las maniobras legales y ministeriales, la firmeza de los trabajadores ha logrado que el Sindicato Gráfico, después de darle durante semanas la espalda al conflicto, comprometa un aporte al fondo de lucha, saque materiales de apoyo y difusión del conflicto y solicite una audiencia al Ministerio de Trabajo. Mientras, los compañeros de FP deciden los pasos a dar resolviendo todo en sus asambleas y quieren medidas más contundentes. Esto es absolutamente necesario porque no se puede permitir el despido masivo, la represión y la militarización de una empresa; por los compañeros de FP y porque que esto sienta un nefasto precedente para el conjunto del gremio que se debe derrotar con la fuerza de todos los gráficos. El Ministerio provincial convocó finalmente a una audiencia para el próximo viernes. Ese mismo día los trabajadores llaman a movilizarse en apoyo a sus exigencias, mientras preparan un Festival para el mismo día para fortalecer el fondo de huelga. Desde el PTS llamamos a seguir apoyando la lucha de las jóvenes obreras y obreros de FP Impresora.

Fuera ya la Bonaerense de FP.

Reincorporación de todos los despedidos.