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Hermanos mexicanos de los mineros del Turbio

La tragedia de Coahuila

9 de marzo 2006

Reproducimos a continuación fragmentos del Suplemento Especial de Estrategia Obrera, periódico de la Liga de Trabajadores por el Socialismo-Contracorriente, grupo hermano del PTS en México e integrante de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional (FT-CI). Desde hace una semana Erik Hurtado (integrante de la Hoja Obrera y del Centro de Investigación, Defensa Laboral y Derechos Humanos) y Mario Caballero, dirigente de la LTS, se encuentran en Coahuila colaborando con los trabajadores y sus familias. Lea sobre la marcha minera y más novedades en www.ft-ci.org.

La rebelión minera

Una ola de paros mineros sacudió al país durante dos días, como respuesta del sindicato (SNTMMSRM) a la intromisión en su vida interna. Pues el gobierno orquestó el desconocimiento del dirigente nacional del gremio (Gómez Urrutia), a favor de un burócrata retirado ligado al “Grupo México” y avalado por la dirección de la CTM. De esta manera buscan controlar al sindicato. Este ataque lo hacen mientras permanecen sepultados 65 compañeros en la mina Pasta de Conchos, debido a la falta de medidas de seguridad al servicio de elevar las ganancias patronales a base de la sangre y la miseria de los trabajadores. Dirigentes sindicales como Napoleón Gómez Urrutia no pueden decirse sorprendido por las condiciones de trabajo. Pero ahora, ante las tibias resistencias de este dirigente charro a ciertos aspectos de la flexibilización laboral, el gobierno lanza su ofensiva contra el sindicato. Los paros mineros -independientemente de la utilización que quiera darle Napoleón-, muestran el potencial movilizador de este sector de la clase obrera que, en sólo dos días de paro, provocó pérdidas millonarias a sus explotadores. La participación de los trabajadores defendía, no tanto al dirigente nacional, sino a la autonomía de su sindicato, pues saben que sin organización sindical el ataque a los contratos colectivos de trabajo será mayor, y también mostraba su repudio ante el ataque a las condiciones de trabajo y las muertes de sus compañeros.

Por la continuidad de la movilización obrera

La patronal se alarmó cuando los mineros pararon la producción. Los partidos del Congreso y la Iglesia también llamaron a pactar. Para todos ellos, la estabilidad significa el mantenimiento de las relaciones de explotación en armonía, y quieren garantizar que el descontento sea desviado hacia las elecciones del 2006.
Para garantizar la seguridad y los salarios de los trabajadores, hay que luchar por la expropiación de la mina bajo control de los trabajadores (como la “fábrica sin patrones” de Zanon en Argentina). Luchemos para que toda mina que cierre o amenace con despedir, sea expropiada sin indemnización.
Ante la ofensiva gubernamental, en la defensa del sindicato no damos ningún respaldo político a Gómez Urrutia, responsable de los contratos colectivos de trabajo que sufren los mineros. Pero los trabajadores deben tener la libertad de exigirle cuentas a su dirigente y deponerlo mediante asambleas democráticamente hechas. ¡Fuera manos del estado de los sindicatos! ¡Democracia Sindical! De igual forma, los trabajadores no pueden seguir bajo esos contratos colectivos firmados por la dirección sindical y las empresas: deben ser votados por la base en asambleas generales.
Para impulsar este programa y estas demandas, es necesario un gran paro nacional del sector minero. Y poner en pie una coordinación de los obreros mineros que garantice e impulse un verdadero plan de lucha y elabore un pliego de demandas unificado.


El capitalismo mata

La tragedia de “Pasta de Conchos” muestra el lado más cruento del capitalismo. Mientras los patrones llenan sus arcas, las familias obreras sobreviven con 2.400 pesos al mes (equivalente a 700 pesos argentinos). Las obscenas fortunas de los Larrea (los propietarios del Grupo México que controla la mina) se amasan con la sangre, el sudor y el trabajo de los mineros. El gobierno administra las ganancias de estos magnates y vela por sus intereses. Esta es la tragedia de los obreros en el capitalismo. Producen toda la riqueza de nuestra sociedad y apenas reciben lo necesario para subsistir. La patronal chantajea a los trabajadores con el desempleo; los divide al contratar obreros sindicalizados y obreros contratistas; presiona sus salarios a la baja con topes salariales y establece sueldos ínfimos para las mujeres. Para los mineros, la realidad es aún más desgarradora porque la mina les arrebata sus vidas. Las mujeres que hoy hacen guardia fuera de la mina no duermen de la ansiedad de haber perdido a sus esposos, novios y hermanos. Muchas quedan solas con dos, o más hijos que alimentar y tarde o temprano, tendrán que vender lo único que poseen: su fuerza de trabajo, para dejar su juventud atrapada entre el gas y la tierra o los engranes de una fábrica. Mientras unos pocos se apropien el excedente del trabajo de millones, habrá más tragedias para los trabajadores, porque en el capitalismo, la propiedad y la ganancia están por encima de la vida. Por eso el proletariado, la única clase creativa de la sociedad puede y debe dar una alternativa a la crisis. Es la que puede organizar la economía al servicio de las necesidades del conjunto de la sociedad. La abolición de la propiedad privada, traerá consigo la abolición de la explotación del hombre por el hombre.

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