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Internacionales

Italia: victoria obrera en la Fiat

La Primavera de Melfi

13 de mayo 2004


En el postergado Sur de Italia, más precisamente en la ciudad de Melfi de la región de Basilicata, la multinacional Fiat, montó hace más de 10 años una planta modelo, subsidiada por el estado, en la que trabajan más de 5000 obreros. Esta planta tenía dos importantes características, por un lado poseía alta tecnología de punta y por el otro los mejores índices de productividad dentro del grupo, contando para esto con los peores salarios, turnos inhumanos y un régimen de persecución disciplinario permanente hacia sus trabajadores. Era la presentación de un nuevo régimen de trabajo, que era aceptado por las distintas centrales sindicales, la patronal y el conjunto del arco político. En ese sentido Melfi era todo un símbolo del pacto social italiano.
En medio de importantes luchas, que se vienen dando tanto con las "huelgas salvajes" de los conductores de autobuses de Milán, y la dura lucha de los trabajadores de Alitalia, en defensa de sus puestos de trabajo (que llevan cancelados más de 1300 vuelos), los obreros metalmecánicos paralizaron y organizaron piquetes en la planta de Melfi en reclamo de aumento de salario equiparado con resto de los trabajadores de Fiat, contra el régimen de rotación extenuante y por el fin de las medidas disciplinarias llevadas adelante por la patronal, como principales puntos.
Para revertir esta situación, era necesaria una lucha a la altura de las circunstancias, ya que la patronal también contaba con la anuencia, de dos centrales sindicales la UIL (socialdemócrata) y la CISL (católica)
El 19 de abril, una vez largada la medida de fuerza y el piquete en los portones de fábrica, el conjunto de los medios y gran parte de la burocracia sindical plantearon a los cuatro vientos que estos métodos salvajes no llevaban a ninguna parte, que estaban por fuera de la relación de fuerzas y que había que discutir civilizadamente, al tiempo que la patronal y el gobierno mandaban a la policía a rodear los piquetes e intentaban hacer ingresar a cientos de carneros. La UIL y la CISL, pactaron con la patronal a espaldas de los trabajadores acuerdos que no satisfacían ninguna de las demandas. Producto de la presión de las bases la mediante el sindicato metalmecánico FIOM (con peso en su dirección de Refundazione Comunista), se opuso a firmar dicho acuerdo. Cabe destacar que la central obrera de izquierda la CGIL, si bien no firmó el acuerdo, estaba en contra del método de los piquetes.
En medio de la traición abierta de un sector de la burocracia sindical, los obreros profundizaron sus medidas. Mientras tanto iba creciendo la simpatía y la solidaridad de trabajadores de distintos puntos y fábricas de Italia. El 26 de abril el gobierno y la patronal buscaron dar un escarmiento: reprimieron los piquetes y trataron que entre un grupo de carneros, a lo que los trabajadores resistieron, con un saldo de 10 obreros y 3 policías heridos. En forma urgente la FIOM, junto a los COBAS (Comites de Base) llamó a una huelga de 4 horas en la industria metalmecánica; la cual fue todo un éxito, en algunas plantas se paró durante toda la jornada y en algunos establecimientos, como por ejemplo en la planta de Mirafiori (en Turín, la mas grande de Fiat con mas de 11.000 trabajadores) los obreros marchaban al grito de "Viva los métodos de Melfi" y "Todos somos Melfi", lo mismo en Alfa Romeo en Pomigliano y en Val di Sangro. En el establecimiento de Fiat de Termini Imerese (Sicilia) se organizó un fondo de huelga de más de 25.000 euros.
Ante obreros que no se doblegaban y que no estaban dispuestos a rendirse por medio de la represión y un estado de ánimo que empezaba a contagiarse al corazón de los obreros industriales de Italia, la patronal intenta una negociación, en la cual reconoce al RSU (comisión interna) vía el sindicato FIOM y a los COBAS el derecho a participar de las negociaciones con la condición de levantar los bloqueos a la fábrica y la vuelta al trabajo. La dirigencia de la FIOM, intenta convencer a los trabajadores de tomar la propuesta de la patronal, y estos votan que si bien levantaban los bloqueos, continuaban con el paro y guardias en las puertas de acceso. La patronal se ve obligada a negociar bajo estas medidas de fuerza. Teniendo a su favor veintiún días de una ejemplar lucha, y una pérdida para la patronal de más de 200 millones de euros y más de 21.000 autos; los trabajadores consiguen imponer sus demandas y se levantan las medidas mediante asambleas llenas de euforia y alegría. Los trabajadores han conseguido entre otras cosas: el fin de dos semanas con el mismo turno, ahora se rota cada 7 días, se trabaja una semana 6 días y a la siguiente 4, con el domingo siempre libre. Aumento escalonado durante 2 años y permisos sindicales. Aparte se crea una comisión para revisar las medidas disciplinarias aplicadas en el último período. Algunos viejos obreros decían; esto parecía las asambleas del ’68, en el sentido de rememorar las batallas obreras las cuales en su mayoría terminaban en triunfos. Al cierre de esta edición todos estos puntos están siendo puestos a referéndum en la base de la fábrica.
Esta victoria que algunos medios la denominan histórica, ya que hace pegar una vuelta de página a la relación de fuerzas establecida por la patronal, que buscaba mediante "fábricas tumba", mejorar los tiempos de producción, haciendo caer sobre las espaldas de los trabajadores las consecuencias de la crisis económica en que se encuentra el imperialismo italiano.
Debemos tomar cuenta de que lo que se venía dando en los últimos años, en que el movimiento obrero italiano aparecía mediante masivas y exitosas huelgas generales, como oposición política a Berlusconi. En el último tiempo en algunos lugares está pasando a la ofensiva donde además de tomar métodos de lucha más radicalizados, empieza a cuestionar a la burocracia sindical, decidiéndose las medidas a tomar mediante asambleas y a rodear con solidaridad activa a los trabajadores en lucha.
Los obreros de Melfi contando con el apoyo de sus hermanos de clase del resto de Italia, han demostrado que se le puede torcer el brazo a la gran patronal como es Fiat.



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