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Internacionales

Londres

Huelga de los trabajadores del subte por las 35 horas

16 de julio 2004

La medida de fuerza fue convocada por el sindicato RMT (Rail Maritime and Transport Union) y tuvo un gran acatamiento, luego de que las negociaciones entre el sindicato y la patronal llegaron a un punto muerto, porque la empresa aceptaba las 35 horas a implementarse recién en el 2006, siempre y cuando los trabajadores consintieran el recorte de 800 puestos de trabajo. A las ya malas condiciones laborales y escasez de personal, esta medida sólo busca más ganancias a costa de la privatización y flexibilización.
Los trabajadores saben que además la empresa busca tecnificar el servicio con la consiguiente clausura de boleterías y oficinas y reemplazar algunos puestos alejados de las zonas centrales con personal de seguridad privada. El aumento de la presencia policial en las estaciones apunta a desmembrar la capacidad organizativa de los trabajadores, ya que la seguridad privada no pertenecerá al sindicato y significará de hecho la introducción de carneros en futuras huelgas. La empresa también quiere prolongar las jornadas de trabajo para los viernes y sábado.
La huelga había sido originalmente llamada para antes de las elecciones a alcalde de Londres del 10 de junio pero fue pospuesta ya que el Secretario General del sindicato RMT, Bob Crow, llamó a votar para alcalde a Ken Livingstone del Nuevo Laborismo. Una huelga antes de las elecciones podría haber afectado negativamente a Livingstone. A pesar del gran favor de Bob Crow, Livingstone llamó a los trabajadores a traspasar los piquetes de huelga e ir a trabajar diciendo que la propuesta de la empresa era razonable, lo que generó gran bronca entre los activistas quienes contestaron con la consigna "Ken, ¡No cruzaremos los piquetes!"
La huelga contó con un importante activismo, los trabajadores salieron al paro hartos de las extensas jornadas en los oscuros y asfixiantes canales de la red subterránea. Están cansados de ver cómo las privatizadoras se llevan millones de libras mientras su situación empeora, dejando su salud en los profundos túneles donde se aspira hollín y el ruido ensordece.
El conflicto está en un impasse, el sindicato amenazó con futuras huelgas, la empresa no cede y los trabajadores saben que el ataque, por ahora focalizado en los puestos de boletería e información, es el principio de un ataque más de conjunto, ya que luego de este sector le sigue el ataque a los maquinistas – generalmente con mejores salarios y privilegios, pertenecientes al sindicato ASLEF. Es importante lograr la unidad entre los distintos sectores en esta lucha que recién empieza.
La huelga es un indicador de una incipiente intervención del movimiento obrero europeo –como acaba de mostrar la lucha de los trabajadores de la empresa francesa de electricidad y el año pasado las huelgas de los correos británicos y transportistas milaneses. Pero también puede ser expresión del creciente descontento con la política de Blair y el Nuevo Laborismo. El gobierno acaba de anunciar el recorte de 80 mil puestos de trabajo en estatales. Estos furiosos ataques por parte de los partidos socialdemócratas generan una oposición, todavía temprana y sin forma clara, que puede anticipar una mayor emergencia obrera en el viejo continente.

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