“Hola Juan, cómo andás, tanto tiempo” saludó el Pibe.
“Qué tal Pibe, acá andamos reponiéndonos de la bronquitis que me tuvo a mal traer”, respondió el Viejo, mientras preparaba unos amargos.
“La verdad que te extrañaba Viejo…no tenía con quien charlar”
“Yo también, todos estos días en cama fueron un embole bárbaro” le responde mientras le alcanza un amargo al Pibe, “Dale, ¿qué noticias tenés?”
“Viejo ¿viste lo de los pibes de Jabón Federal?, qué polenta que tienen esos pibes!”
“Sí, un día lo enganché en Crónica, cuando estaban cortando la ruta frente a la fábrica. La placa que pusieron estaba bárbara, decía: EN JABON FEDERAL ECHAN ESPUMA POR LA BOCA”
“Es increíble lo de la patronal esa, leí que se cagaron en la conciliación obligatoria del ministerio y se niegan a reincorporar a los despedidos” comenta preocupado el Pibe.
“Mirá Pibe, seguro que si hubiera sido al revés, que los pibes se hubieran cagado en la conciliación obligatoria del ministerio, el gobierno ya hubiera mandado a la cana a sacarlos a palos de la puerta de la fábrica” contesta el Viejo poniéndose serio.
“Esto te demuestra que las leyes están para que la cumplamos los laburantes y no los patrones, están al servicio de ellos” siguió el Viejo mientras apuraba el amargo.
“Me parece que tenés razón Viejo, pero me parece que más jodido que eso es lo del abogado de la empresa” le contesta el Pibe, mientras cebaba un mate.
“¿Qué hizo?” pregunta el Viejo
“Amenazó a los abogados de los obreros que los iba a colgar de un gancho”
“¿En serio?” insiste el Viejo sorprendido.
“Sí, y los abogados ahora lo denuncian porque en la época de los milicos, era gerente de recursos humanos en Siderca de Campana cuando desaparecieron 40 obreros”.
El Viejo se queda mirando con una mezcla de estupor y bronca, apura el amargo y se larga “Mirá Pibe, no me extraña la denuncia contra este tipo, si los empresarios fueron cómplices y apoyaron el golpe militar, eran los que entregaban las listas de los delegados y activistas a los milicos” se queda en silencio y después continúa: “mirá, mejor hablemos de otra cosa, esto me da mucha bronca... ¿sabés qué?, mejor te cuento algunos chistes de abogados que este guacho me hizo acordar”
“Dale Juan” lo alentó el Pibe, viendo que el Viejo estaba muy caliente.
El Viejo se quedó mirando el mate y el Pibe insiste “Vamos Viejo no me afloje”
El Viejo lo mira y se larga:
“Perdone Sr. abogado, ¿Cuál es el precio de una consulta? -1.000 pesos por tres preguntas.
-¿No le parece mucho? -Sí. ¿cuál es la tercera pregunta?”
“¿No tenés otro mejor?” lo provoca el Pibe.
“A ver este si te gusta: ¿por qué a los abogados se les entierra seis metros bajo tierra cuando a las demás personas se los entierra a sólo dos?...Porque muy en el fondo son buenos”
“Ese estuvo mejor” “Bueno, te cuento el último y volvemos a laburar: ¿En qué se parece un abogado a un espermatozoide?” “No sé” contesta el Pibe. “En que uno de quinientos mil es humano” contesta sonriendo el Viejo.
Mientras volvían al puesto de trabajo el Viejo larga: “Pero mirá Pibe que no todos los abogados son como ese facho de Jabón Federal”
El Pibe lo mira esperando la respuesta... “En los ‘70 había abogados que se la jugaban y defendían a los obreros como el “Cuqui” Curuchet que estaba junto a los obreros que hicieron el Cordobazo... hay que reivindicar a los abogados que ponen sus conocimientos al servicio de la clase trabajadora y no de nuestros enemigos, los patrones, por suerte comienzan a surgir jóvenes que siguen el camino del “Cuqui” y defienden a los obreros”.
Se miraron los dos y encararon de nuevo el laburo en medio de los “fierros”.