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Informaciones Obreras

Elecciones en la CTA

Grosero fraude de Yasky y De Gennaro

16 de noviembre 2006

Los trabajadores del PTS participamos de estas elecciones conformando la Lista 3 “Frente de Unidad Clasista” junto a otros dirigentes y compañeros del PO, PRS, MAS y otras fuerzas sindicales. Nuestros fiscales fueron espectadores y denunciantes del fraude escandaloso.
Los resultados todavía no son públicos ni oficiales, pero a tan sólo tres horas después de comenzado el escrutinio, Hugo Yasky, anunciaba a los diarios un número armado para proclamarse como el nuevo Secretario General.
Mucho antes del día de la elección veníamos denunciando varias irregularidades. Por ejemplo, los padrones y los lugares definitivos de votación no fueron informados hasta la noche anterior a las elecciones. Por este y otros motivos, el FUC realizó decenas de presentaciones ante la Junta Electoral y debido a las distintas negativas hicimos una presentación legal ante el Ministerio de Trabajo, pidiendo la postergación para garantizar elecciones limpias. Desde ya que desde el Ministerio no hubo ninguna respuesta.
 
Los números del fraude
Como previamente no hubo posibilidad de ver los padrones, con el necesario período de “tachas”, el mismo día de las elecciones se pudo constatar que figuraban fallecidos, afiliados que nadie conocía en sus lugares de trabajo. Según la denuncia de dirigentes mineros de Santa Cruz como Raúl Wanzo, en el padrón de la provincia, “macabramente” aparecían los 14 mineros muertos en la tragedia de Río Turbio. En todo el país, los padrones estaban totalmente inflados, al mejor estilo Rovira. Como contrapartida, se notaba la ausencia de muchos trabajadores, en su mayoría opositores. Incluso hasta algunos candidatos no figuraban en el padrón. Un caso emblemático fue el de Aeroparque, donde un compañero paritario del sindicato APA y candidato de nuestra lista, llegó a la mesa de votación junto a más de 25 compañeros del mismo gremio y ninguno aparecía en el padrón electoral.
También se pudo ver que el armado de las mesas de votación estuvo organizado a favor del oficialismo y en lugares bien alejados de las estructuras combativas, llegando a existir mesas de votación en plazas públicas como fue el caso de Morón. A esto hay que sumarle que en varias mesas sólo existía la boleta oficial como descubrimos en el Ministerio de Salud y en muchos otros lugares.
Comenzado el escrutinio pudimos ver la segunda fase del fraude: urnas completas de votos a la lista 1 “oficialista”, todas provenientes de barrios, plazas, comedores sociales. En esas mesas no hubo fiscales de la oposición y estaban bien lejos de las estructuras de los trabajadores. Mientras el promedio de votación en los lugares fiscalizados por la oposición era del 10% del padrón, en estas urnas llegaba a un absurdo 100%. Todas estas raras urnas, que recorrieron el país, son las que les permite al oficialismo dibujar el resultado de la elección. Por ejemplo, en La Rioja existieron dos urnas volantes con 1000 empadronados y donde todos los votos fueron a la lista oficialista.
A esto debe sumarse las urnas con padrones sin la firma de los votantes, más cantidad de sobres que votantes constatados, “urnas volantes” que nunca cumplieron su recorrido, por lo cual fue imposible fiscalizar. Por ejemplo, en La Plata las urnas del movimiento barrial Octubre y MBB que no tenían fiscales de la oposición votaban el 80 o 90% del padrón y todos los votos fueron para el oficialismo.

Los métodos de la CTA generan apatía
Mas allá de que Yasky anuncie por los medios que el 40% de los 1.100.000 afiliados participó de las elecciones, esto es una gran mentira comprobada. El porcentaje de votante fue realmente escaso. La mayoría de los trabajadores ni siquiera sabía que se realizaba esta elección. Recién un par de días antes, la dirección de la central promocionó las elecciones con un afiche con el slogan “Yo voto”, tratando de aparecer como una central democrática contra las patotas de San Vicente de la CGT, pero la CTA es incapaz de generar alguna expectativa. Donde la oposición pudo fiscalizar se registraron escasos 20 % o menos de asistencia promedio.
En Neuquén, sobre 26.000 afiliados en condiciones de votar votó el 16,5 % de los afiliados, en Rosario de un padrón de 25.000, votaron a penas 3.315 afiliados. En el sindicato UTE (docentes de Capital) hemos fiscalizado mesas con el 5% de participación. Y la demostración más palpable es la del Hospital Posadas donde trabajan 4000 personas, mientras el padrón inflado de la central es de sólo 1.300 afiliados (32% de afiliación) terminaron votando apenas 289 trabajadores (7,5% de los trabajadores del hospital).
Lo que demuestra esta baja participación es que la CTA no es representativa de sus bases y la explicación hay que buscarla en que no se la ve como una herramienta útil para la lucha. De hecho esta Central no ha realizado ninguna medida para pelear unificadamente por el salario –una cuestión central para los afiliados. En docentes no solo deja aisladas las distintas luchas de los maestros por salarios sino que aparece al lado del gobierno promoviendo las leyes oficiales como la Ley Educativa de Filmus. Uno de los conflictos de mayor repercusión pública del año 2005, el del Hospital Garrahan, duramente atacado por el gobierno, encontró a la conducción de la CTA negándole el apoyo.
La escasa participación general contrasta con lo sucedido en el Astillero Río Santiago. Allí se registró una votación masiva porque los trabajadores -a pesar de la burocracia- pusimos en pie organizaciones que sí sirven para luchar como el Cuerpo de Delegados que ha estado a la cabeza de los reclamos obreros. Otro ejemplo similar es el del Hospital Garrahan, donde también la votación fue alta, en relación a otros establecimientos estatales. Sólo en el Astillero Río Santiago votamos 1135 trabajadores (el 60% del padrón) llegando la izquierda a obtener de conjunto el 24% de los votos, más cantidad absoluta de votantes que toda una seccional como la de Bahia Blanca, para citar sólo un ejemplo.

Un fraude para convencer a Tomada
Todo este andamiaje fraudulento estuvo al servicio de aparecer como representativos para “convencer” al gobierno de Kirchner de que le de la personería a la CTA. Intentan aprovechar este momento cuando hay desprestigio de los dirigentes de la CGT producto de los acontecimientos de San Vicente, mostrándose como un sindicalismo democrático. Pero estas elecciones fraudulentas muestran que buscan compartir con la CGT el favor estatal y no la legalidad necesaria para favorecer e impulsar la lucha de los trabajadores por sus reivindicaciones. En esto no difieren mucho de los dirigentes cegetistas. La asunción de Yasky como Secretario General, un verdadero “ministro sin cartera” de Kirchner, es una señal hacia el oficialismo. Vaya paradoja. En un momento en que el ex dirigente de la CTA D’Elía es expulsado por cuestionar la política exterior favorable a EE.UU. del gobierno, la dirección de la CTA sólo busca congraciarse con Kirchner.

Por una oposición clasista y antiburocrática
El objetivo de la lista 3 en estas elecciones fue fortalecer una verdadera oposición clasista, democrática y de lucha contra la burocracia de la CTA, que avance en sentar bases para recuperar las comisiones internas y los gremios para la defensa de los trabajadores y un movimiento sindical de oposición a este gobierno al servicio de los grandes empresarios y el imperialismo.
Nuestra propuesta logró una muy buena elección ahí donde pudimos ganar las minorías en las directivas ejecutivas de la CTA de Santa Cruz, Neuquén Capital, Mercedes, San Lorenzo, Salta Capital y Lomas de Zamora en una lista del conjunto de la oposición.
En estructuras donde el porcentaje de votantes fue baja, igualmente se logró ganar al oficialismo, como en el Hospital Garrahan, en el IOMA de La Plata con el 70%, ADULP-La Plata, AGD-UBA con más del 80%, Hospitales de Neuquén y además en estructuras de trabajadores con alta votación se logró ser la primera oposición como en el Astilleros Río Santiago, aeronáuticos de APA, INDEC, Sutebas opositores y otros.
Como primer paso para luchar contra este fraude escandaloso, desde el PTS llamamos al conjunto de las agrupaciones que conformamos la lista 3 –y también a la lista 2 que hasta ahora no ha hecho pública ninguna denuncia al fraude- a que impugnemos las elecciones nacionales de la CTA y exigir que se convoquen a nuevas elecciones limpias y democráticas. A los miles de compañeros que nos votaron los convocamos a seguir militando para poner en pie una oposición clasista, democrática y de lucha en los gremios de la CTA para de una vez por todas poder superar a la burocracia sindical para llevar nuestras luchas al triunfo.

Prensa

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