Finalmente el cierre del plazo para la presentación de alianzas electorales dejó en claro los distintos proyectos que se plantean en la izquierda. Por un lado, quienes son escépticos de que la clase trabajadora pueda avanzar en su independencia política y creen que para desarrollarse no hay otro camino que ir como furgón de cola de la centroizquierda o de figurones caídos de los partidos patronales. Es el camino que eligieron tanto el Partido Comunista como ambos MST’s1, que presentan listas separadas en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires. En Provincia el PC se presenta en alianza con el Partido Socialista y el Partido Intransigente, ambos ex integrantes del Frepaso y la Alianza que llevó al gobierno a Fernando De la Rúa. En Capital va junto a Alicia Castro. Por su parte, las listas de los MST’s presentan como elemento distintivo la presencia del ex funcionario del menemismo y el duhaldismo Mario Cafiero como candidato a senador por la Provincia de Buenos Aires. Como puede verse la disputa no es por pretender una mayor o menor “amplitud” hacia elementos ajenos a las luchas de la clase trabajadora sino meramente por cargos, como lo deja claro también el hecho que IU se presenta junta en otros distritos, como Mendoza, Santa Fe, Tucumán y Córdoba. Un panorama propio de los enjuagues de la politiquería de los partidos patronales, donde los militantes de los MST’s deberán hacer malabares para explicar porqué en un lugar “con el PC sí” mientras que en otros “con el PC no”.
El Partido Obrero, por su parte, se quedó “100 % solo”. Su política durante casi cinco meses fue cortejar al PC de Echegaray y Heller y a los MST’s para que le permitiesen ingresar a una Izquierda Unida que se encontraba en estado de disolución. Prefirió insistir hasta último momento en un llamado a la vez oportunista y estéril a fuerzas enemigas de una política verdaderamente “100% de izquierda” que apostar a la unidad de la izquierda obrera y socialista.

SEGUIDISMO A LA CENTROIZQUIERDA O INDEPENDENCIA DE CLASE

Por el contrario, desde el PTS señalamos desde el comienzo del debate que quienes nos reclamamos de la izquierda obrera y socialista debíamos aprovechar en común la intervención electoral para señalar que los trabajadores deben avanzar en su independencia de clase y en oponer una salida socialista al “capitalismo en serio” de Kirchner. En esta dirección confluimos con los compañeros del MAS en el “Frente de la izquierda socialista y de los trabajadores”, que presenta listas en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires. Listas que están pobladas de luchadores obreros y populares, presentes en los principales conflictos que se están realizando contra el gobierno K, como el del Hospital Garrahan o el de los docentes y estudiantes universitarios.
Al contrario de la crítica del PO de que buscábamos hacer un “frente ideológico” por negarnos a acuerdos con corrientes que sostienen la conciliación de clases como el PC o el PCR, nuestro planteo se mostró como el único coherente. Altamira y sus seguidores nos cuestionaron por pretender un acuerdo de corrientes que se reivindican trotskistas, como si esto fuese un sinónimo se sectarismo. ¿Pero no es el “trotskismo” acaso el nombre que el propio gobierno y las patronales vienen dando a quienes se enfrentan a sus políticas de hambre y entrega? Por el contrario, el PO mostró que de ninguna manera quería presentar una alternativa de independencia de clase, no sólo por llamar hasta último momento al PC sino por la última propuesta en la que proponían a los MST’s ir en listas comunes a pesar de que estos mantuvieran la candidatura a senador del “clerical” Mario Cafiero. Una “amplitud” contrastante con el completo sectarismo mostrado negándose a construir en común un frente con el MAS y el PTS.
El ataque macartista del gobierno a los que luchan, compitiendo con “Chiche”, Patti y la derecha de Macri y López Murphy en su demonización está mostrando el verdadero significado del “capitalismo en serio” pregonado por Kirchner. Por su parte la centroizquierda que está fuera del gobierno mantiene un silencio cómplice frente a los ataques del gobierno al Garrahan y al derecho de huelga. Como ya lo vemos en Uruguay o en Brasil, la “apertura” hacia estos sectores sólo lleva a los trabajadores a nuevos fracasos y desilusiones.
Por el contrario, para quienes están luchando se trata también de llegar a la conclusión de que, junto con hacer todo para que triunfen los conflictos en curso, es necesario romper con los partidos patronales y poner en pie una herramienta política propia de los trabajadores que se plantee terminar con la dominación imperialista y la explotación capitalista. Al servicio de esta idea estará la campaña electoral del PTS.

1 Recordemos que el Movimiento Socialista de los Trabajadores se encuentra actualmente dividido en dos fracciones que editan sus propios periódicos, “Alternativa Socialista” y “El Socialista”, y tienen políticas propias en diversos frentes de la lucha de clases. Ambas fracciones han coindidido, sin embargo, en la política frentepopulista de llevar a candidatos como Mario Cafiero.