El sábado 4 de marzo el Congreso Nacional boliviano aprobó la ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente y el Referendo para las Autonomías. La elección se realizará en simultáneo el 2 de julio y la Asamblea comenzará sus sesiones el 6 de agosto en la ciudad de Sucre, lejos de El Alto y La Paz.
La muy discutida ley es el resultado de un pacto reaccionario entre el gobernante MAS de Evo Morales y los partidos de la derecha y la oligarquía de Santa Cruz, la región más rica del país. El pacto implica un giro derechista del gobierno ya que va contra todas las aspiraciones de las masas bolivianas y cedió incluso a las más importantes exigencias de la oposición. El referendo autonómico será vinculante para reforzar los poderes regionales y limitar los del gobierno central y la propia Asamblea; serán necesarias las tres cuartas partes de los votos para la aprobación de resoluciones, de esta manera el MAS tendrá que buscar consenso y negociar con la derecha la nueva constitución; seguirán funcionando normalmente los demás poderes del Estado, lo que recorta sus funciones a tan sólo modificar la Constitución; para la elección de representantes se mantiene la legislación electoral antidemocrática vigente que priva de representación propia a los pueblos originarios y restringe al máximo las posibilidades de presentar listas y candidatos.
Nuestra organización hermana LOR-CI viene luchando contra una Constituyente maniatada y antidemocrática como la que han consensuado con la derecha y por imponer una verdaderamente Libre y Soberana que pueda discutir los grandes problemas nacionales como la nacionalización de los hidrocarburos y las empresas privatizadas, la demanda de tierra y territorio y la ruptura con el imperialismo, bases indispensables para “refundar” el país. En relación a su convocatoria, se debe tomar el país como distrito único, eligiendo representantes cada 10.000 electores, permitiendo la presentación irrestricta y el acceso a los medios de difusión masiva de listas de toda organización sindical o popular o grupo político de izquierda que deseen presentar candidatos. Que los millones de hermanos bolivianos residentes en países vecinos como el nuestro puedan ejercer asimismo su derecho democrático hacia la Asamblea.
Una Constituyente así, sólo podrá conquistarse con un amplio desarrollo de la movilización y organización independiente del movimiento obrero, popular y originario, rompiendo con el actual marco institucional.