¿La derrota del bipartidismo?

A quienes gastaron chorros de tinta anunciando el fin del bipartidismo blanqui-colorado que gobernó Uruguay durante 157 años, Tabaré les dio la amarga sorpresa de querer incorporar en su gobierno a funcionarios de los partidos tradicionales1. Esta señal de verdadera continuidad con la política neoliberal, es parte del rol que el FA viene cumpliendo desde la crisis del 2002 cuando evitó la caída de Batlle y que hoy se expresa en intentar revitalizar al régimen metiendo en el gabinete presidencial a miembros de los desprestigiados partidos Blanco y Colorado, que como en el caso de este último obtuvo tan solo el 10% de los votos.
El fin del bipartidismo es entonces algo formal, ya que la continuidad de la política blanqui-colorada no sólo se expresa en los funcionarios que estos partidos puedan aportar al gobierno del FA sino en la política abiertamente neoliberal que este piensa llevar adelante. Como ya lo anticipó Danilo Astori (futuro ministro de Economía), una de sus primeras medidas será reunirse con el FMI para “discutir el próximo acuerdo” en el marco de un “cambio responsable”.2
Estas medidas dejan en ridículo a los que como el MST en nuestro país llamó a votar al Frente Amplio porque de esa manera sería “derrotado el bipartidismo blanco-colorado, instrumento histórico de dominio de la burguesía uruguaya” 3

La posición vergonzante del MST argentino

En una muestra de oportunismo sin límites, el MST llamó a votar (aunque “críticamente”) por el Frente Amplio. Esto no es tan extraño viniendo de quienes luego del triunfo del PT en Brasil dijeron: “La victoria de Lula y la izquierda en Brasil significa un enorme avance para los trabajadores y los pueblos de toda Latinoamérica”4.
Hoy nadie en su sano juicio podría afirmar que la victoria del “neoliberal” Lula fue un avance para los trabajadores latinoamericanos, sin embargo el MST, dueño de un verdadero cinismo, demuestra que lo de aquella oportunidad no se trató de un “error de caracterización” sino de una estrategia política que hoy los llevó a apoyar la variante burguesa del Frente Amplio.
Para justificar su voto, el MST pone como argumento las ilusiones y anhelos de cambio que los trabajadores y el pueblo uruguayo depositan en el FA, sin embargo ellos mismo deben reconocer que un gobierno de Tabaré Vázquez va a seguir un rumbo neoliberal.
Es claro que la mayoría de los uruguayos quieren un cambio y esto quedó ampliamente demostrado en el referéndum contra la privatización del agua que expresó los deseos de acabar con el programa neoliberal de blancos y colorados. Sin embargo los “deseos de cambio” no siempre coinciden con la realidad y este es justamente uno de esos casos, en el que el Frente Amplio ha dado ya por anticipado sobradas muestras de la política que piensa llevar adelante.
Las ilusiones del pueblo y los trabajadores uruguayos no son motivo para que los revolucionarios terminen apoyando una variante burguesa que además ni siquiera plantea la más mínima resistencia a la entrega al FMI y al imperialismo que llevaron a Uruguay a la miseria y la pobreza en la que hoy está hundida.
En pos de “no quedar aislados del proceso de masas” el MST no sólo no acelera el proceso de experiencia de los trabajadores con la dirección del FA, sino que se convierte en una pieza de este engaño
Esta suerte de “etapismo” travestido por el cual los trabajadores tienen que seguir primero a una variante burguesa para después ir haciendo la experiencia con sus direcciones, los deja siempre como la pata izquierda del régimen, como es el caso del ejemplo que ponen, el PSOL de Brasil, que luego de “romper” con el PT terminó apoyando en las últimas elecciones a distintas variantes burguesas de “oposición”.
Para el MST, a todas luces cada vez más influenciado por el PC su socio histórico en IU, nunca es la hora de la independencia de clases, sin embargo los trabajadores y el pueblo uruguayo tendrán que hacer todo lo contrario. Si quieren un verdadero cambio, es necesario romper con el Frente Amplio y su política neoliberal.

1 Página 12, 09/11/04.
2 Revista Veintitres, 1/11/04.
3 Miguel Lamas, Alternativa Socialista N° 385.
4 Vilma Ripoll, Alternativa Socialista N° 342.