El sábado 15 de febrero, en concordancia con las multitudinarias demostraciones que se hicieron en todo el mundo, en Buenos Aires marchamos a la embajada yanqui casi 20 mil manifestantes bajo la consigna: "No a la guerra imperialista contra Irak". "Bush fascista, vos sos el terrorista", fue una de las consignas más repetidas por quienes se manifestaron por más de 20 cuadras regados por una copiosa lluvia.
El PTS fue uno de los convocantes de esta primera gran acción antiimperialista en nuestro país, junto con más de 40 organizaciones. La columna de nuestro partido confluyó en un bloque común junto a los obreros de las empresas bajo control obrero que venían de realizar una reunión (Zanon, Brukman, Supermercado Tigre, etc.), los compañeros del Frente de Trabajadores Combativos (FTC), el MAS y la combativa agrupación juvenil "No Pasarán", lo que se constituyó en una de las columnas organizadas más nutridas de la marcha. Antes de la desconcentración, se realizó un acto en el que hablaron compañeros de Brukman, Río Turbio, Zanon y la FTC.
Como informamos en las páginas anteriores, todo indica que la maquinaria asesina del imperialismo yanqui comenzará a actuar en pocos días o semanas. No hay tiempo que perder.
En Argentina conocemos de sobra lo que significa un triunfo imperialista sobre un país semi-colonial, como el nuestro. La derrota de Irak en 1991 y la consecuente fortaleza de los imperialistas abrió la denominada era del "neoliberalismo". El gobierno de Menem y Cavallo fue un hijo dilecto de esa situación reaccionaria: privatizaciones, despidos e hiperdesocupación, caída del salario, pobreza extrema. Los millones de explotados que vivimos en este país sufrimos las consecuencias directas de aquella guerra criminal que contó con el envío de tropas y acorazados de la Argentina, parte de las "relaciones carnales". Los trabajadores argentinos tenemos sobradas muestras de lo que nos espera si los imperialistas terminan exitosamente con esta guerra rapaz.

Duhalde y Ruckauf mienten

El oficialista grupo Clarín a través de su diario homónimo y Página/12, intentan demostrar que el gobierno de Duhalde rompió con aquella tradición cipaya del menemismo. Ruckauf no se cansa de decir que la Argentina no participará de la agresión imperialista y que sólo se enviará "ayuda humanitaria". Puras patrañas. Lo que esconden es que el ejército argentino tiene una dotación de más de 80 efectivos en un destacamento instalado por la ONU desde 1991 en la frontera entre Kuwait e Irak. Por otra parte, ya hay tres oficiales argentinos en pleno territorio iraquí como integrantes del grupo de los inspectores de armas de la ONU que violentan la soberanía de aquel país (La Nación, 20/02). Según este mismo diario, la "ayuda humanitaria" consistiría en "dos aviones de transporte Hércules y el hospital reubicable de la Fuerza Aérea, más una nomina de nueve oficiales con capacidades para detectar armamento de destrucción masiva" (ídem). Ni hablar de los más de 5.000 millones de dólares que Duhalde-Lavagna pagaron en un año a los organismos financieros imperialistas, una forma de financiar la maquinaria de guerra.

Fortalecer la campaña y preparar nuevas movilizaciones

Hay que luchar no sólo contra esta intervención solapada del duhaldismo, sino incluso contra una eventual "neutralidad". No hay medias tintas: "o con nosotros, o con ellos", dijo Bush. El imperialismo es el enemigo público número uno de todos los pueblos del mundo. El no pago de un centavo más de la deuda externa, la ruptura de las relaciones con las potencias agresoras y la expropiación de todas sus empresas deben ser el norte de la lucha de los trabajadores y el pueblo argentinos.
Desde acá, tenemos que pegarles donde más les duele: sus intereses expoliadores.
En distintas partes del planeta, particularmente en los países imperialistas agresores, se están preparando nuevas demostraciones y auto-convocatorias para el momento en que se inicien los bombardeos. En la Argentina el 15 de febrero dimos un importante primer paso. Estamos en plena cuenta regresiva y hay que redoblar los esfuerzos para hacer acciones superiores, como proponen los Universitarios Contra la Guerra. Los sindicatos combativos, los movimientos piqueteros, las asambleas, las federaciones y centros estudiantiles universitarios y secundarios, los organismos de izquierda y todos los partidos que se reivindican democráticos tenemos que construir una gran coalición que las organicen. Se podrían asimismo formar comités unitarios de jóvenes, barriales y estudiantiles que organicen campañas de agitación, festivales y escraches contra la guerra imperialista en sus zonas. Tenemos que ser centenares de miles en las calles.
Antes de que sea demasiado tarde: Fuera yanquis y los inspectores de la ONU de Irak; por la derrota de los imperialistas.