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Elecciones 2005

Contra Kirchner y los partidos capitalistas - Vote trabajadores socialistas

22 de septiembre 2005

La marcha del 16 de setiembre logró una victoria de los movimientos de lucha que ingresaron a Plaza de Mayo ¿Cómo explican la política del gobierno en torno al control de la calle, y por qué opinan que debió retroceder?

José Montes: El viernes 16 la masividad de la “Marcha Federal” obligó al gobierno a retroceder. Hasta la mañana del mismo viernes Aníbal Fernández insistía en que no dejaría pasar repitiendo la situación de las movilizaciones del 2 y el 9 de setiembre, pero luego cedió. Marchamos por Avenida de Mayo como previmos y fuimos más de 20.000 los que gritamos “la plaza es nuestra”. En esta acción, posiblemente la marcha más numerosa desde que Kirchner llegó al gobierno, confluimos distintos sectores: secundarios que marcharon en el aniversario de “la noche de los lápices” y universitarios que vienen dando una importante lucha nacional; delegaciones de sectores en lucha y combativos de la clase obrera, como el Garrahan, Crónica, Zanon, Subte y otros; movimientos piqueteros; partidos de izquierda. Un muy importante frente único que se expresó además en un documento muy positivo de oposición y lucha contra el gobierno. Esta unidad le puso un freno a la ofensiva de Kirchner y la patronal que se viene dando en las últimas semanas. Se demostró que en la realidad nacional también existe una oposición social que se expresa en la lucha de clases por fuera de la polarización con el “duhaldismo” y la derecha.

Christian Castillo: No olvidemos que este gobierno que se dice “progresista” tomó la agenda represiva reclamada por Duhalde y la derecha política y fue el primero en prohibir la entrada a Plaza de Mayo desde la dictadura. Buscó con esto restarle votos a sus rivales en las elecciones legislativas de octubre y congraciarse con sectores acomodados de las clases medias que están en un giro reaccionario como el de la “plata dulce” de la dictadura o el que dio el “voto cuota” de la reelección de Menem, y hoy vocifera contra los que luchan. La política represiva, que incluyó la golpiza a trabajadores telefónicos durante una acción contra la empresa de call-center Atento, se vio acompañada por ataques de las patronales a distintos sectores en lucha, como ocurrió en Tango Meat y en Crónica. Acciones como la del viernes 16 son el camino a seguir para responder a estos ataques.

Kirchner aparece en los foros internacionales con un discurso duro contra el FMI. Pero el Fondo es el acreedor que más ha cobrado desde la declaración del default. ¿Cómo definirían la política oficial frente a la deuda externa y sus consecuencias para los trabajadores y el pueblo?

JM: Kirchner cubre con una retórica de denuncia al FMI y al Banco Mundial el hecho que le ha pagado 13.500 millones de dólares y que, luego del fin del default, se propone incrementar los pagos de deuda, que crecen un 37% respecto de 2005 en el proyecto de presupuesto 2006 que Lavagna envió al Congreso. Su tan mentada política de “desendeudamiento” no es otra cosa que pago contante y sonante de los vencimientos. La contracara de esto son los salarios estatales y las jubilaciones por el piso, junto con presupuestos de salud y educación miserables.

El canciller Bielsa es candidato a diputado por Capital ¿qué nos dirían de la política exterior que él encarna?

ChC: Lo mismo que acaba de señalar José podemos decir de la política exterior. Kirchner se muestra en ocasiones junto a Chávez y hace discursos a favor de la “dignidad nacional”, pero mantiene las privatizaciones de Menem, en especial la del petróleo, y en todo lo esencial está alineado con Bush, como en la activa participación en la ocupación de Haití. En la ONU Kirchner apoyó la agenda «antiterrorista» de Washington y ni mencionó la ocupación de Irak. En este alineamiento con EE.UU. el gobierno no tiene diferencias con los candidatos del duhaldismo o de los otros partidos patronales. Lo cierto es que nuestra historia ya mostró que los únicos interesados en luchar consecuentemente contra el imperialismo son los trabajadores y el pueblo. Como venimos repitiendo en la campaña electoral: con Kirchner y la Argentina capitalista los empresarios ganan millones y los trabajadores sólo reciben migajas. Cambiar esto exige plantearse luchar por una salida de fondo, un gobierno de los trabajadores, como levantamos desde el Frente PTS-MAS.

¿Cómo explican ustedes la disputa entre Kirchner y Duhalde y el peso que el peronismo sigue manteniendo entre los trabajadores?

ChC: Es cierto que casi con seguridad entre las distintas fuerzas peronistas se van a llevar la mayoría de los votos en esta elección. En el caso de quienes están alineados con el gobierno se benefician de tres años de crecimiento económico, lo que les permitió después de la catástrofe recrear algunas ilusiones entre los trabajadores. Pero en lo que va de su gobierno, con medio mandato cumplido, Kirchner sólo ha dado migajas. En tres años de crecimiento la desocupación continúa siendo de un 15% si excluimos a los que reciben planes jefes y jefas y el ministro Lavagna insiste en la maniobra estadística de contabilizar como “ocupados”. Los pobres llegan a un 40% de la población activa y los salarios están un 20% por debajo del 2001, antes de la devaluación, con la inflación en aumento comiéndose los aumentos conquistados. La expectativa en Kirchner se va a ir diluyendo a medida que avance la experiencia de los trabajadores con un gobierno que, más allá de su retórica, no es otra cosa que “un neoliberalismo del 3 a 1”.

JM: Basta ver quiénes apoyan a Kirchner para darse cuenta que lejos de cualquier renovación es continuidad de la “vieja política”. Los mismos que hace muy poco estaban con Duhalde son quienes hoy lo apoyan en la provincia de Buenos Aires. Y ni hablar de los gobernadores, ayer “menemistas” y hoy igualmente fanáticos “kirchneristas”. Respecto a la burocracia sindical, este gobierno se apoya en sus dirigentes aliados para enfrentar a los trabajadores en huelga, como en el Garrahan. Es preciso recuperar los sindicatos para los trabajadores, como hicieron los ceramistas neuquinos, que al gran ejemplo que vienen dando con la gestión obrera de Zanon han sumado los cambios en los estatutos de su sindicato. Pero para superar al peronismo hay que ir más allá. Es preciso construir una herramienta política propia de los trabajadores, sin patrones ni burócratas, y al servicio de esta idea es que dirigimos nuestra campaña electoral.

El Frente PTS-MAS es la única alianza 100% de izquierda en estas elecciones ¿Por qué no se sumaron otras fuerzas de izquierda y cuál es el desafío del frente en estas elecciones?

JM: Los MST’s rompieron en Capital y Provincia de Buenos Aires su alianza con el centroizquierdista Partido Comunista pero compartiendo su estrategia de aliarse a figurones de la centroizquerda o de los partidos patronales. Lleva en provincia como candidato a senador a Mario Cafiero, que no sólo está contra el derecho al aborto sino que bajo Menem y Duhalde fue presidente del ente que trató de privatizar el Astillero, mientras con mis compañeros luchamos a brazo partido para impedir esta perspectiva, lucha que finalmente ganamos aunque no pudimos evitar que el 40% de los terrenos del ARS fueran a la “zona franca” bajo la gestión del aliado del MST. El PO, por su parte, hasta último momento persistió en su llamado al PC e IU, mientras daba la espalda al llamado que le hicimos desde el Frente PTS-MAS. Nuestro frente es la única alternativa que plantea consecuentemente la lucha por la independencia política de los trabajadores y por el socialismo. Los candidatos del Frente PTS-MAS en Capital y Provincia de Buenos Aires, y los del PTS en Santa Fe, Córdoba, Neuquén, Jujuy y Mendoza son todos luchadores obreros y socialistas que expresan parte importante de lo mejor de la nueva vanguardia que está enfrentando al gobierno, las patronales y las burocracias sindicales. Por ello llamamos a todos los lectores de La Verdad Obrera a dar su apoyo sumándose activamente a este último mes de campaña.

ChC: En Capital hay una experiencia realizada con Luis Zamora, que recibió casi todos los votos de la izquierda en la anterior elección. Se ha mostrado que variantes personalistas de este tipo, separadas de la intervención en toda lucha real, no sirven para producir ningún cambio real. Peor aún, Zamora hasta rechaza llamarse de izquierda. Es posible que, pese a la presencia que le siguen dando los medios, tenga un importante retroceso. En nuestro caso, más allá de los votos que finalmente obtengamos, se trata de señalar la importancia de construir una verdadera izquierda de los trabajadores, con peso militante e influencia en las fábricas, empresas, facultades y colegios. Un verdadero partido revolucionario que ayude a los trabajadores a agotar su experiencia con el peronismo y se proponga conquistar la dirección política de la clase trabajadora, y que pueda jugar un papel decisivo en las futuras crisis de los de arriba para que sean aprovechadas favorablemente por los trabajadores para hacerse del poder.


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