Al respecto de los fundamentos de ambos proyectos la diputada manifestó: “Ambos temas son de urgente tratamiento, la crisis del sistema de salud no puede esperar. Pero la solución no puede ser la intromisión de capitales privados a nuestro sistema público. Es abrir la puerta a la privatización.”

Y agregó: “El sector privado tiene particular interés en que estas leyes avancen, la salud siempre les resultó un negocio muy rentable. No sería la primera vez que el sector público subsidia y habilita beneficios extraordinarios al sector privado. Lo vimos en la pandemia con el multimillonario Sigman y el rol que cumplió con su laboratorio mAbxience, cuando aquí en Argentina faltaban vacunas, en su laboratorio se producía el principio activo de la misma, lo mandaron a México y esas vacunas nunca volvieron. Ya sabemos lo que hacen los laboratorios que lucran con la salud, donde los medicamentos no son un bien social, sino un negocio.”

“El medicamento es un bien social, el acceso a ellos es un derecho. Sin embargo viene siendo fuertemente vulnerado, la venta en las farmacias tuvo una baja de hasta el 40 % en los primeros meses del año, sobretodo a costa de que nuestros jubilados no puedan acceder a la medicación, eso se traduce en mayores internaciones y muertes. Pero además, quienes trabajamos en salud sabemos de primera mano la falta de insumos y medicamentos en nuestros hospitales. Es usual que se compren medicamentos esenciales con la “caja chica”, completó la diputada.

Como bien plantea el libro “La salud Sí tiene precio” del propio Kreplac, al revés de lo que sucede con cualquier actividad económica, solo en salud se da la paradoja de que, un mayor desarrollo tecnológico, en vez de abaratar los servicios, los encarece. En relación a esto, la diputada manifestó: “Entre el costo real de producción y el precio de venta al público, los medicamentos pueden tener diferencias de hasta 600 veces, no 600%, sino 60.000%, cabe preguntarnos entonces: ¿porqué bajar la cabeza frente a la presión de la industria médica y farmaceutica. Si la investigación se hace por parte de nuestros egresados de la Universidad Pública, si contamos con el CONICET y otros centros públicos de investigación, ¿Porqué regalar todo eso al sector privado? Debemos avanzar en un verdadero plan que fortalezca a nuestro sistema público, 100% estatal, con control de sus trabajadores y usuarios. La plata está, hay que cambiar las prioridades. Por eso vamos a presentar nuestro propio dictamen.”

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