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Bolivia: El gobierno se tambalea... ¡Nacionalizar el gas sin pago y bajo control obrero!

19 de mayo 2005

El Presidente y el Congreso pretenden engañar al pueblo

Carlos Mesa y el Parlamento se pelean pero ambos protegen a las transnacionales para impedir que la movilización de los trabajadores y el pueblo imponga la efectiva recuperación de los hidrocarburos. El martes 16 el gobierno dejó que la nueva Ley de Hidrocarburos se promulgara en el Congreso con la firma de Hormando Vaca Diez. La ley consolida los escandalosos contratos a favor de Petrobras, Repsol, etc., y mantiene en sus manos el gran negocio del gas a cambio de algunos millones más para el Estado que son moneda chica para las transnacionales, aunque estas no dejan de mostrar su enojo.
El MAS se hace cómplice de esta maniobra, proponiendo llevar todo a una nueva discusión parlamentaria para modificar algunos artículos del texto, cuando en realidad, el destino del gas sólo puede decidirse en las calles. Sólo con la movilización se recuperarán efectivamente nuestros recursos naturales. ¡No a la nueva Ley! ¡Fuera las transnacionales! ¡Nacionalización del gas y el petróleo sin pago alguno y bajo control obrero!

Otra maniobra presidencial

Mesa presentó su plan económico y social “Bolivia productiva y solidaria” al gusto de los empresarios y terratenientes, del FMI y la “cooperación internacional”. Miserable en sus propuestas, es una nueva burla ante la intolerable situación de hambre y miseria y de las demandas de los trabajadores y el pueblo.
Llamó la atención el “cambio de tema” oficial sin decir palabra de la Ley de Hidrocarburos ni de las autonomías regionales y la Constituyente, es decir, de los temas más candentes.
¿Qué busca con esto? Carlos Mesa, reconociendo su debilidad, acepta -al menos por ahora- que sea en el Parlamento donde se debatan y discutan los grandes temas políticos (como la elección de prefectos y el referndum autonomista). Además, con ese “plan” trata de recuperar aire y relanzar su gobierno insistiendo en que se quedará hasta el 2007.
Pero obrando así, el objetivo de fondo es facilitar la búsqueda de un “acuerdo de los de arriba”, es decir del conjunto de la burguesía, que pueda enfrentar mejor el ascenso de masas. 

El MAS traiciona la lucha por la nacionalización del gas

Esas maniobras serían mucho más débiles si no fuera por la política conciliadora y de traición llevada adelante por Evo Morales y los dirigentes del MAS, que en nombre de la “defensa de la democracia” sostienen a un tambaleante Carlos Mesa y protegen al Parlamento de la ira popular, avalan la nueva trampa de Carlos Mesa, Hormando Vaca Diez, Cossio y compañía, y tratan por todos los medios de impedir que las protestas se transformen en un nuevo embate de masas contra el gobierno y el régimen. Lamentablemente, ni la COB ni otras direcciones sindicales influyentes levantaron una política alternativa a la del MAS, pues pese a los discursos más radicales, su estrategia también se limita a presionar sobre Mesa y el parlamento...

No suspender la lucha. Unificar y profundizar la movilización nacional
¡Por la huelga general política con bloqueo nacional de caminos!

Pese a la confusión que siembran el MAS y otros dirigentes, la disposición a la lucha de trabajadores y campesinos se sigue expresando en las calles, y se anuncian medidas como un nuevo paro alteño indefinido para la próxima semana. Maestros urbanos y rurales, trabajadores mineros, de la salud, cooperativistas, campesinos y otros sectores están en pie de lucha.
Hay que rechazar la trampa de las “negociaciones sectoriales” que el gobierno intentará de la mano de las burocracias sindicales, para unificar el conjunto de las demandas en un solo pliego en torno a la lucha por la nacionalización del gas.
¡Coordinar efectivamente las movilizaciones en curso! Esto, preparando política y organizativamente la huelga general política con bloqueo nacional de caminos, con toma de campos y refinerías y de las “capitalizadas” por sus trabajadores, y organizando la autodefensa de masas contra todo amago represivo, en el camino de poner en pie las milicias obreras y campesinas, hasta imponer el conjunto de las demandas obreras, campesinas, indígenas y populares y abrir las puertas al poder de los trabajadores.

¡Que la COB y las organizaciones en lucha convoquen a la Asamblea Popular!

El “pacto por la unidad” entre dirigentes se mostró inútil para unificar la lucha y, por otra parte, no se puede confiar en quienes una y otra vez prefirieron el camino de la conciliación con el gobierno. Tampoco bastan los llamados desde arriba a la huelga general indefinida que hace la COB, sin preparación desde las bases, sin ninguna iniciativa para organizar a los trabajadores de las “capitalizadas”, ni para incorporar a las decenas de miles de obreros en fábricas, talleres y minas. ¡Que la COB, la COR y la FEJUVE alteñas, la FSTMB y demás organizaciones en lucha convoquen urgentemente a una Asamblea Popular! compuesta por delegados de base y con mandato de cada fábrica, mina, barrio popular o comunidad, teniendo también representantes las corrientes políticas obreras, campesinas y originarias, para decidir cómo preparar efectivamente una gran lucha nacional unificada y cómo imponer una salida obrera y campesina.

¡Ni Mesa ni el Congreso! ¡Por una Asamblea Constituyente revolucionaria!

En las movilizaciones crece el repudio al gobierno y al Congreso. ¡Que se vayan todos! comienza a decirse, expresando el repudio popular a todo el régimen de esta podrida “democracia para ricos”. Carlos Mesa se ha desenmascarado ante el pueblo y no conforma tampoco a la derecha y no puede descartarse que termine renunciando.
No puede dejarse que la salida a la crisis política nacional quede en manos de la clase dominante, sea a través del propio Mesa, sea con una nueva “sucesión constitucional”, para que asuma un Hormando Vaca Diez o un Cossio, agentes de los empresarios, los terratenientes y la reacción o a través de elecciones anticipadas que serían otra trampa burguesa para ganar tiempo. No puede descartarse que en algunos medios se discuta una “solución de fuerza” ante el evidente agotamiento del gobierno.
Por eso, contra todas estas trampas, contra la autonomía reaccionaria que quieren imponer a toda costa los “cívicos” cruceños, y contra la asamblea tramposa que quiere Mesa, impongamos con la movilización una Asamblea Constituyente revolucionaria, es decir, verdaderamente libre y soberana, rompiendo con las instituciones actuales y organizada según la voluntad de los trabajadores, campesinos y pueblos originarios, donde debatir una solución obrera y popular a los grandes problemas nacionales, como la recuperación del gas, la tierra y el territorio, las demandas de los pueblos originarios, la renacionalización del gas y las “capitalizadas”, el empleo y el salario, la salud y la educación y el no pago de la deuda externa. Pero una asamblea así sólo podrá ser garantizada por un gobierno provisional de las organizaciones obreras y campesinas que se pongan al frente de la lucha. Efectivamente, el problema de quién ha de gobernar el país está en discusión. ¡Sólo un poder obrero y campesino podrá imponer una salida progresiva a la crisis nacional!

¡Por una dirección obrera revolucionaria para avanzar por el camino de Octubre hacia la victoria! 

Llamamos a no confiar en las actuales direcciones. La estrategia del MAS de “reformas en democracia”, es decir, actuando dentro del régimen y conciliando con los empresarios y las transnacionales; y la estrategia de Solares y otros dirigentes que, pese a sus discursos “rojos”, llaman a confiar en que surja algún militar o policía “nacionalista” que apoyar son variantes de reformismo que sólo pueden llevar a derrotas y frustraciones a la lucha de las masas.
Es necesario ir forjando al calor de los actuales combates una nueva dirección al frente de nuestras organizaciones, que levante una estrategia de movilización revolucionaria de masas basada en la plena independencia política de los trabajadores y en la alianza obrera, campesina, indígena y popular contra el imperialismo y sus aliados.
Miles y miles de trabajadores de vanguardia, protagonistas de Octubre y de tantas luchas, están llamados a sentar las bases de ese nuevo “estado mayor” revolucionario para avanzar hacia la victoria, es decir, hacia una Bolivia obrera y campesina, una Bolivia socialista. Y para esto, es urgente comenzar a discutir cómo construir un partido de trabajadores, revolucionario, socialista e internacionalista.

La Paz, 18/05/05
LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional)

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