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Apuntes sobre la situación política provincial y el movimiento obrero

La provincia ha entrado en la coyuntura electoral, con un gobierno estable políticamente, aprovechando el “pacto social” establecido hace años con las organizaciones de desocupados (y todo el asistencialismo masivo, en sus múltiples expresiones) y la debilidad de los sindicatos estatales; y económicamente, gracias a los fondos que envía regularmente el Estado nacional.

Demian Paredes

23 de septiembre 2007

La situación política: coyuntura electoral y luchas de presión

La provincia ha entrado en la coyuntura electoral, con un gobierno estable políticamente, aprovechando el “pacto social” establecido hace años con las organizaciones de desocupados (y todo el asistencialismo masivo, en sus múltiples expresiones[1]) y la debilidad de los sindicatos estatales; y económicamente, gracias a los fondos que envía regularmente el Estado nacional.

Al mismo tiempo, el partido gobernante es un PJ que va a estas elecciones de octubre dividido en 4 fracciones. Todas han realizado “frentes” (Snopek con el partido Lyder en el frente Primero Jujuy; el actual intendente de San Salvador Martiarena con el Frente por la justicia y la libertad; Daza con radicales en Unión por Jujuy-Concertación Plural; y el actual vicegobernador Barrionuevo en el kirchnerista Frente para la victoria junto al empresario Pedro Segura). La lista que ganará seguramente será la del oficialismo, el Frente para la victoria. Pese a que Fellner no pudo ir por un tercer mandato como gobernador, va Barrionuevo, que “corre con el caballo del comisario”. Pareciera que atrás quedaron las épocas de “inestabilidad institucional”, crisis y lucha de clases. Sin embargo, con el cambio de patrón económico, con un país con una inflación constante, se han vuelto a poner –lentamente- actores en movimiento que no lo hacían desde los años ‘93-‘95: los trabajadores estatales y los sectores precarizados.

El movimiento obrero: lucha sindical y lucha política

Lo que se ha sucedido en el movimiento obrero el último tiempo fue una seguidilla de luchas de presión, fundamentalmente de estatales y desocupados. El proceso más progresivo –y que comenzó previamente- fue el de los trabajadores en negro del estado, quienes reciben “planes sociales” de 150 pesos por una “contraprestación” en alguna repartición pública (es decir, trabajan lo mismo que los de planta permanente cobrando 6 o 7 veces menos salario). La lucha que comenzaron trabajadores municipales de San Salvador y de Alto Comedero en 2005 llevó luego a que el reclamo se masificara y se unificara en la Coordinadora de Trabajadores en Negro, que siguió la lucha en 2006 y 2007, logrando que cientos de compañeros fueran “blanqueados” (con el pase a la figura de “jornalizado” y otra de “planta transitoria”) recientemente. El proceso contó con organización en base a asambleas que votaban los planes de lucha y decidían qué hacer ante las distintas ubicaciones y respuestas del gobierno (como por ejemplo la de ofrecerles créditos para “proyectos de autogestión”; para esto los compañeros tenían que dejar su condición de trabajadores para organizarse como ONG); miles de compañeros de toda la provincia se organizaron y lucharon ante la negativa de Fellner y sus ministros de reconocer el derecho al “blanqueo” laboral. Compañeros de salud, educación y servicios municipales, con años de trabajo, fueron los protagonistas de acciones que pusieron sobre el tapete la precarización y explotación que hace el Estado (y que además reclamaron la defensa a “sus” sindicatos: SEOM –que de alguna manera se “hizo cargo” ante el reclamo-, ATSA, CEDEMS y ADEP).

Pasada esta lucha fueron los paros, este 2007, de docentes en primaria y media, lo que desató la virulencia del gobierno (de hecho, ya venía demonizando a los desocupados de la CTA “Tupac Amaru”, acusando a esta organización, por prender gomas en la Casa de gobierno, de “atacar la jujeñidad”, ser “violentos”, etc.).

Ante los paros docentes el gobierno de Fellner-Barrionuevo salió a decir que eran los paros “medidas salvajes” y que se tenía a los alumnos “de rehenes”: una campaña al mejor “estilo Garrahan”... además del descuento de los días de huelga[2]. Los sindicatos no hicieron nada al respecto, salvo decir que se recurrirá a abogados para reclamar cuando se hagan; de hecho el secretario general de ADEP Maigua admitió que “el descuento de los días caídos ha incidido bastante en la decisión de los compañeros de llevar adelante una medida de fuerza”[3].

Los sindicatos estatales aún continúan los reclamos por una “recomposición/adecuación salarial”, teniendo en cuenta la alta inflación en productos básicos de la canasta familiar, como el pan, verduras, etc.; pero no hay una política que organice en serio a las bases para luchar contra un gobierno que se niega a satisfacer el menor reclamo obrero, aduciendo que hay que “preservar la estabilidad y las finanzas públicas”[4].

Pese a que han conformado, junto al gremio de los docentes universitarios ADIUNJu, lo que llaman el “Frente sindical docente”, ninguna lucha seria se ha dado de manera conjunta, coordinada. De hecho este miércoles 19/9 el paro y movilización de ADEP (docentes de primaria) fue sin el CEDEMS (docentes de secundaria y terciarios), ya que estos últimos hacían su “asamblea general extraordinaria”... ¡el mismo miércoles! Así los docentes de ADEP contaron el 19 con el apoyo centralmente de los desocupados de la CTA “Tupac Amaru” y la dirigencia estatal de CEDEMS (y los delegados y docentes que estuvieron en dicha asamblea) y de ADIUNJu.

Por su parte, la lucha “tardía” de los precarizados/as de San Pedro de salud y educación es una muestra –una vez más- de los límites de la imagen que quiere mostrar el gobierno (“una provincia en crecimiento y con esperanza”), como así también de los sindicatos, que dejan a los sectores más precarizados y explotados de la provincia librados a su suerte...

Desde el PTS participamos de la lucha de las compañeras y compañeros de San Pedro, colaborando con ellos cuando hicieron su acampe de dos semanas frente a la casa de gobierno. Colaboramos impulsando con ellos el fondo de huelga en la Facultad de Humanidades y en los sindicatos docente (que “colaboraron” poco y nada)[5]. Al mismo tiempo las compañeras y compañeros de San Pedro se fueron “con las manos vacías”: sin respuesta del gobierno; pero también hicieron una interesante experiencia política con el gobierno, las direcciones de los sindicatos y otras organizaciones que se acercaron a solidarizarse, militando acciones como el fondo de huelga. Su lucha actualmente continúa en San Pedro.

Ante esta situación creemos que es urgente comenzar la organización del todos los trabajadores, “de abajo hacia arriba”, realizando asambleas en todos los lugares de trabajo (especialmente en las escuelas y otros lugares donde hay conflicto, como en San Pedro), camino a encarar una verdadera lucha coordinada de todos los sectores que tienen reclamos, uniendo a precarizados, ocupados y desocupados. Para que de verdad “vuelva el Frente de Gremios Estatales” (como discuten como posibilidad muchos medios de prensa), y no sea un mero discurso (hueco) de los actuales dirigentes de los sindicatos, es preciso desarrollar una política desde las bases, en cada lugar de trabajo, para recuperar estas organizaciones de manos de la burocracia, reorganizándolos de manera democrática, teniendo como horizonte realizar una asamblea o congreso provincial de trabajadores estatales y municipales, donde participen todos: trabajadores en negro, jornalizados y de planta permanente, discutiendo, elaborando democráticamente y votando un pliego único de demandas obreras: esta es la única forma de lograr la fuerza necesaria para ganarle al gobierno[6], verdadero “estado patrón”, garante de los negocios de los empresarios.

En estas elecciones[7], desde el PTS agitaremos y propagandizaremos la necesidad de que los trabajadores construyamos nuestra propia organización; para que podamos avanzar de la lucha y el reclamo sindical a una lucha política: hay que poner en pie un gran Partido de la Clase Trabajadora. Una organización que sea una herramienta de independencia política frente a la explotación y los engaños de los partidos de la patronal, que desarrolle un programa que dé una salida auténtica a las necesidades de los trabajadores y el pueblo.

San Salvador de Jujuy, 21/09/07

Prensa

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