Los precios de los alimentos que conforman la canasta básica, como muestra el gráfico, acumularon un 30% de aumento sólo desde el mes de julio y, en especial, las subas pegaron un salto luego del triunfo de la presidenta electa. Cristina y su gabinete asumirán cuando los aumentos salariales que pactaron este año los dirigentes de la CGT y la CTA con los empresarios y el gobierno, se hayan licuado por completo con la inflación. Con este nuevo colchón de ganancias para los empresarios, preparan el Pacto Social con la cúpula de los sindicatos. Con la continuidad de los índices truchos del INDEC y de Tomada al frente del Ministerio de Trabajo quieren imponer, a espaldas de los trabajadores, un nuevo techo al salario, mientras continuarán con el empleo precario y el trabajo en negro. ¿A quién quieren engañar los dirigentes de la CGT y la CTA con que del Pacto Social puede salir una mejor “distribución de la riqueza”?
El camino es otro. El del reclamo que crece desde los lugares de trabajo por una suma de fin de año que compense en parte este robo a nuestro bolsillo, y el de las luchas como la de los fileteros de Mar del Plata por imponer el blanqueo. Somos los trabajadores los que tenemos que decidir sobre nuestras propias necesidades: impulsemos asambleas para exigir un doble aguinaldo y votar los pasos de lucha por todas nuestras demandas.