Con la crisis energética pagamos los trabajadores, y los empresarios aprovechan para hacer negocios. Las privatizadas aumentarán las tarifas porque dicen que de lo contrario no pueden “invertir”. Las grandes corporaciones de la construcción aprovechan para nuevos negociados en las obras de infraestructura, pero no para redes de gas natural que faltan a 14 millones de personas sino para nuevos gasoductos orientados a la exportación.

En el caso del transporte público, a pesar de los subsidios que reciben los empresarios, millones viajan como ganado todos los días a sus lugares de trabajo. La solución racional es poner los principales recursos nacionales en manos de los trabajadores. La pequeña experiencia de gestión obrera en Zanon muestra que ello es posible si se hiciera sobre la base de la expropiación de los privatizadores a escala nacional. Así como exigimos la expropiación definitiva de Zanon, el Bauen y todas las empresas recuperadas, decimos que se necesita nacionalizar el gas, el petróleo, los transportes y servicios públicos que se entregaron bajo el menemismo, y ponerlos bajo administración de los trabajadores y usuarios populares en función de un plan para satisfacer las necesidades de la mayoría nacional. Con esas divisas se podrían destinar fondos para un plan de obras públicas, hospitales, escuelas y las viviendas que faltan para más de 2 millones de hogares. Y se podría dar trabajo a la masa de desocupados que queda como herencia del menemismo, ya que lo que presentan como un “logro”, que la desocupación sea “de un dígito”, del 9%, es una vergüenza: más de un millón y medio sin trabajo.