El estallido de la indignación de cientos de pasajeros hastiados de un servicio paupérrimo que los obliga a viajar en condiciones infrahumanas fue respondido con una increíble campaña macartista por el gobierno, la empresa y la burocracia sindical. Todos ellos son autores de un verdadero montaje para intentar culpar a los trabajadores de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria, a supuestos “manifestantes anti-Bush” y a distintas organizaciones políticas de hechos que tienen como responsablaes a la empresa y al gobierno. Quieren de esta forma ocultar que TBA, la empresa concesionaria del servicio que es subsidiada por el estado, se lleva millonarias ganancias a cambio de un pésimo servicio, mientras el gobierno le permite todo tipo de incumplimientos en los compromisos de inversiones. Tal como se mostró en el caso de Aguas Argentinas, donde la empresa francesa Suez se está retirando luego de llevarse ganancias multimillonarias sin realizar las inversiones prometidas, vuelve a quedar claro que las privatizaciones fueron una estafa mayúscula al pueblo argentino que este gobierno continúa.

Junto con cubrir sus responsabilidades buscan también lanzar un claro mensaje represivo frente a las manifestaciones que en todo el país se están organizando para repudiar la presencia en nuestro país de Bush, al cual Kirchner se apresta a recibir con todos los honores.

Desde el Partido de los Trabajadores Socialistas expresamos nuestro mayor repudio a la represión desatada y a la campaña macartista del gobierno del gobierno de Kirchner, exigiendo la liberación inmediata de todos los detenidos y el fin de las persecuciones contra delegados y trabajadores ferroviarios y distintas organizaciones políticas. Exigimos asímismo el fin inmediato de la concesión a TBA y de todas las líneas ferroviarias y su reestación bajo control de los trabajadores y comités de usuarios.

 

Partido de los Trabajadores Socialistas

1 de noviembre de 2005