Con Martínez de Hoz a la cabeza el empresariado le entregó a Videla en el año 75 la munición intelectual para masacrar una genuina y creciente concientización de la base en los principales cordones industriales del país (“guerrilla fabril” según Balbín). Se gestaba el golpe. A partir de marzo del 76 la burguesía delató y entregó a miles de luchadores que fueron presa de los conocidos asesinos. Fueron la patria financiera y la patria contratista. Callaron los secuestros, las torturas y los asesinatos. Encubrieron y apoyaron la entrega cipaya al imperialismo en los 90. Ahí están sus apellidos, en la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural, los medios de comunicación, con la complicidad de los sindicatos burócratas. Los mismos de ayer, hoy siguen explotando a nuestros compañeros de clase, con la cómplice actitud de un gobierno que muestra en Las Heras cuales son los intereses que defiende verdaderamente.
¡Que la memoria de nuestros compañeros caídos no se pierda! ¡Los empresarios fueron y son la misma mierda!