Para el 30 de diciembre estaría prevista la audiencia donde se conocerá la sentencia contra los asesinos del Puente Pueyrredon. Tanto los querellantes como el fiscal solicitaron prisión perpetua para el ex comisario Alfredo Fanchiotti y su chofer, el ex cabo Alejandro Acosta, por el delito de “homicidio agravado por alevosía” (en los casos de Kosteki y Santillán) y tentativas de homicidio (contra los heridos de la avenida Pavón), y entre tres y cuatro años de prisión “por encubrimiento agravado” para el ex comisario Félix Vega y los ex policías Carlos Quevedo, Mario De la Fuente, Lorenzo Colman y Gastón Sierra.
“Lamentablemente como siempre sostuve –nos decía Alberto el padre de Darío Santillán en la entrevista que publicamos en el pasado número de LVO-, todo se centra en la responsabilidad policial, en el brazo armado, en los estúpidos que van y matan”. Es que justamente fueron salvados y deslindados de toda responsabilidad Eduardo Duhalde, Carlos Ruckauf, Alfredo Atanasoff y Juan José Alvarez, entre otros. No fueron siquiera imputados en la causa, y el día que debían prestar declaración testimonial, el fiscal levantó la audiencia apelando a una maniobra: existe otra causa radicada en los Tribunales de Capital Federal en la que sí permanecen imputados por lo que su declaración en el Juicio Oral podría entorpecer su desarrollo.
La complicidad de Kirchner en el mantenimiento de la impunidad se hizo evidente cuando decretó con pompa que se abrirían los archivos de la SIDE y en realidad eran unas pocas fojas con recortes de diarios. Es que desenmarañar el ovillo es ir contra el propio aparato del PJ, la justicia y una buena cantidad de empresarios que exigían mano dura contra los desocupados. Ese no es el plan de Kirchner, evidentemente, porque no hay dudas de que la Masacre de Avellaneda fue un plan orquestado desde el gobierno de Duhalde para disciplinar a los sectores más combativos.
Si la movilización y la lucha lograron que lleguemos a esta instancia en la que podrían quedar presos los autores materiales, tenemos que redoblar esfuerzos para encarcelar a todos los responsables políticos, empezando por Duhalde.