Como relatamos en las páginas del número anterior de La Verdad Obrera, desde la Coordinadora de Estudiantes Secundarios en La Plata estuvimos el último mes, luchando contra las pruebas integradoras. Hicimos marchas que con más de 800 estudiantes en la ciudad, jornadas en más de 15 colegios y tomas en otros. El proceso tuvo repercusión nacional, extendiéndose la lucha a Lanús, La Matanza, Campana, Zárate y Bahía Blanca.
La política de Kirchner y Solá fue clara: no dar un paso atrás en su política de destrucción de la educación. Metiendo miedo, iniciando una clara persecución política y macartista contra los estudiantes organizados en agrupaciones de izquierda. En pocas palabras, criminalización de la protesta social, como viene haciendo con cada lucha que salga a la vista. 
¿Qué logramos con la lucha y la movilización?: las pruebas integradoras se terminaron tomando pero en la mayoría de los lugares resultó ser muy fácil. Esto es resultado de la pelea que le planteamos a Oporto, ¡sin ella, las pruebas serían bochadoras! Pero también queda claro que quebrarle el brazo a este gobierno de doble discurso no es tan fácil.
Una primera conclusión es que tenemos que profundizar la organización en la CES, con asambleas y mandatos por colegios. La prueba integradora podríamos haberla tirado abajo si se hubiese convocado a un paro provincial docente, que unido con tomas de los colegios y la movilización de los estudiantes secundarios, hubiese obligado al gobierno a retroceder. La incipiente coordinación que comenzamos con los sectores opositores de SUTEBA, como en La Plata, no alcanzó y por eso debemos profundizarla. Y como ninguna pelea la podemos ganar solos debemos unirnos también con los trabajadores en lucha, universitarios y organismos de DD.HH.
En esta lucha vimos también a los directivos ser la mano derecha de Oporto para meternos miedo en los colegios, con sanciones y aprietes. Más que nunca, necesitamos poner en pie centros de estudiantes independientes de las autoridades basados en asambleas y delegados con mandato de las cursadas y que puedan ser revocables.
Nuestra tarea como jóvenes secundarios: organizarnos en base a cuerpos de delegados en nuestros colegios, con centros independientes, unirnos con más estudiantes fortaleciendo la coordinación para poder decir: ¡Sobre la educación, la salud, la organización y la lucha NO PASAR˜áN!