La historia de la familia socialista
Si hubo un partido antiobrero y golpista, ese fue el Partido Socialista (Democrático y Popular). En 1955 fueron partícipes del golpe de la Libertadora contra Perón. En 1976 cuando Videla asesinaba luchadores, desde el “socialismo” se le daba intendentes a la Dictadura. En febrero de 1981 –a cinco años de iniciado el genocidio– en el periódico del PSD “La Vanguardia”, dirigida por Norberto Laporta, (Norte)Américo Ghioldi, uno de los principales dirigentes (en ese entonces embajador en Portugal) publica un encendido elogio del dictador Viola bajo el título “El socialismo democrático y el presidente Viola. Una esperanza y un programa de acción y superación”. Apenas unos párrafos sirven para definir el servilismo hacia el gobierno más cruel y bárbaro de nuestra historia: “… La Junta Militar y el Presidente de la República, unidos en la responsabilidad común, deberían formular una propuesta clara de salida y solución a lograrse en 1984. (...) el Diálogo para elaborar el pacto social-histórico deberá entablarse entre las FF.AA. y los partidos políticos…” “…Reafirmar los objetivos históricos del ‘Proceso de Reorganización Nacional’ que se confunden con la filosofía de la Constitución, de la identidad nacional, la República, la Democracia y la Justicia Social…”.
Recordemos que posteriormente Laporta fue candidato a intendente de la Capital por el Frepaso. Luego, funcionario de Ibarra, cuando la Unidad Socialista (PSD-PSP) se integró de lleno en la Alianza, votando y apoyando al gobierno de De la Rúa, Santibañes, López Murphy, Patricia Bullrich, además de sus amigos Graciela y Chacho.
“De la izquierda al centro”
El PC siempre quiso un frente más amplio, lo que llama “ir de la izquierda al centro”. Esta postura es la que lleva hoy a IU a concretar el frente con el PS. El MST siempre supo la nefasta historia del PC cuya tradicional política de conciliación de clases lo llevó al extremo de apoyar dictaduras militares. No obstante esta trayectoria el MST optó, desde hace ya casi una década, por hacer una alianza electoral estratégica con el PC por el solo objetivo de ganar cargos. Con la misma lógica se decide ahora a aceptar un frente con un partido que milita en las filas del oficialismo ibarrista. Hasta el derechista Ambito Financiero da cuenta de la situación tildando de “semimoderada” a la flamante unión1.
Este tipo de frentes siempre promovieron a distintos oportunistas que tarde o temprano terminan en la política del viejo régimen. Así pasó con Chacho Alvarez en los orígenes del Frente Grande, con Alejandro Mosquera hoy aliado de D’Elía y Kirchner, con Néstor Vicente, actualmente ibarrista, con Eduardo Sigal, hoy rabioso kirchnerista y un largo etcétera. Ahora le tocó a Jorge Rivas (candidato a gobernador por el PS-IU).
En IU el afán de encumbrar carreristas tiene hoy por objetivo competir con la amplia oferta del centroizquierda provincial. Pero al menos la verdadera centroizquierda se preocupa por candidatear firguras con alguna ligazón con los movimientos sociales. Así el ARI lleva a Marta Maffei y el Polo Social al Barba Gutiérrez. Pero en el caso de IU-PS se promueve a un ilustre desconocido, un político de comité que debe su actual escaño a la Alianza. ¿Hasta cuándo los militantes del MST piensan aceptar dejar de lado los principios en nombre de este tipo de “tácticas”?
1 En un artículo de presentación de los candidatos de la provincia de Buenos Aires se dice lo siguiente: “La izquierda y el centroizquierda congregan el mayor número de alternativas. Desde la más extrema, PTS con José Montes, el PO con Christian Rath, (...), pendulan hasta la semimoderación de las alianzas entre socialistas e IU que propone a Jorge Rivas (PS) o el socialismo auténtico de Fabián Sarna...”A.F.28/7/03.