La separación de los cargos de seis maestros y un auxiliar de la escuela 3 DE 18 generó indignación y un importante debate sobre el derecho a reclamar y hacer política democráticamente en las escuelas. Hay bronca porque con el PRO continúa una red de espionaje por la que ya pasaron Ciro James y Narodowsky con las escuchas desde el Ministerio de Educación, el 0800 “ñoquis” y ahora el 0800 “buchón”. Hicimos paro, salimos a la calle y es tal el repudio que de 2.000 docentes convocados ninguno tomó esos puestos.
La burocracia K de UTE y Ademys convocaron al paro desde una conferencia de prensa, sin un plan serio por abajo que garantice una movilización de miles para jaquear al gobierno. ¿No podían? No quisieron. Su objetivo fue armar un palco copado por las distintas variantes kichneristas, el “Cuervo” Larroque, Cabandié y sus muchachos de La Cámpora; los “miles” de D´Elia, Sabatella y su Nuevo Encuentro (con las calles), “Cromañón” Ibarra, Yasky y legisladores como Tito Nenna. Pero faltaban los maestros y maestras, a los que hasta último momento se discutía si darles o no la palabra. Un escenario que nos llenó de bronca y no sirve para conseguir nuestras demandas.
Desde arriba el kirchnerista Eduardo López de UTE nos llamó a “volver a las escuelas porque es lo que más le molesta a Macri” e hizo especial hincapié en la presentación de recursos legales. Volvimos, y nos enteramos de nuevos descuentos de cerca de $1.000 por el paro de CTERA del 6 de marzo. Desde diciembre nos vienen robando miles de pesos como castigo por luchar. ¿Y los sindicatos? Presentan recursos de amparo sin viabilidad. La justicia falló una y otra vez contra las medidas macristas, pero son fallos anecdóticos que no cambian nada. Debemos imponer en las calles nuestras demandas.
El gobierno de Macri quiere desgastar a los docentes. Los K se preparan pacíficamente para las elecciones de 2013 y 2015 jugando al desgaste de Macri. En el medio, miles de docentes. Hay que actuar con total independencia de las variantes patronales que quieren que la crisis la paguemos nosotros y, para ello, reprimen y espían.
La opción no es ni PRO ni K. El gobierno nacional también espía con el Proyecto X, procesa y tiene presos por luchar, descuenta los días de paro y además ya dejó gobernar al PRO más de seis años. Otros ni aparecen, como Pino Solanas o el FAP, que en Santa Fe también ataca a los maestros y descuenta los días de paro. La CTA de Micheli también es impotente ante los K por seguir a Proyecto Sur y/o el FAP en vez de impulsar la organización de base.
A Macri se le parará la mano con un plan de lucha votado y discutido en las escuelas, imponiendo paros escalonados hasta que los docentes separados de sus cargos vuelvan a sus puestos, y cortar definitivamente el 0800. Necesitamos la unidad con los estatales, a quienes les prohíben hacer asambleas, con los metrodelegados que sufren los ataques del PRO, y con los secundarios que luchan contra el decreto 330.