Los compañeros del FPDS sostienen que “es tarea de las fuerzas democráticas abrir canales a fin de que el ciudadano común pueda participar en la elaboración de la política criminal... y a la vez generar mecanismos de control popular y depuración de las fuerzas de seguridad” (Prensa de Frente, 5/09 www.frentedariosantillan.org. ¿No resulta utópico el “control” de la población civil desarmada sobre esos destacamentos que monopolizan el poder de fuego de las armas? ¿Acaso los delitos policiales quedan registrados en los partes de comisaría para ejercer el “control popular”? ¿No fueron impotentes las depuraciones efectuadas por el ex ministro de Seguridad León Arslanían, así como las realizadas por Néstor Kirchner y más tarde por Garré, descabezando las cúpulas de las 54 comisarías porteñas? Desde el PTS opinamos que la única salida realista es la disolución de la policía. Ninguna reforma puede modificar el carácter represivo de esas fuerzas, garantes de la propiedad privada de los capitalistas.

M. R.