Durante las últimas semanas la lista de procesados y perseguidos por organizarse y luchar siguió creciendo.

En el gremio telefónico las persecuciones político-sindicales son moneda corriente. Hace poco más de una semana Florencia Saracho, empleada del 114 de Telecom y miembro del Consejo de Representantes por el Frente Multicolor de Foetra Buenos Aires recibió un apriete de parte de un gerente simplemente por dar a conocer una opinión. El mismo gerente ya había intentado impedir el ingreso del delegado Carlos Artacho a su puesto de trabajo. Esos hechos se suman a pedidos de informe realizados por parte de Telefónica y Telecom a empleados que son delegados de base, incluso sancionándolos.

En aeuronáuticos, durante las últimas semanas se dieron despidos en empresas tercerizadas como Serza y Has. El motivo de esos ataques fue el reclamo de los trabajadores de mejoras laborales y de elecciones de delegados. En el caso de HAS, un paro de los trabajadores logró la reincorporación de la compañera despedida.

En Siderca de Campana la empresa vuelve a atacar a Guillermo Bentancourt. En una conferencia de prensa realizada el lunes el compañero manifestó que “la patronal busca conseguir de hecho lo que no consiguió en la Justicia (…) y me ataca porque soy un representante de los trabajadores”. Por estos días la patronal de Techint intenta suspender por una semana a Guillermo por “incumplir relevo de puesto”, una acusación absurda que aplica a otros trabajadores de la planta apercibiéndolos y amenazándolos con correr la misma suerte que Guillermo.

Los casos de Hernán Puddu, Víctor Ottoboni, Javier Hermosilla, Lorena Gentile, Flavio Bustillo, Leonardo Norniella y decenas de delegados de base perseguidos y hasta procesados a pedido de las patronales, el gobierno y las burocracias sindicales (gran parte de ellos reflejados en estas páginas) muestran que es más necesaria que nunca una gran campaña en defensa de todos los luchadores obreros y populares criminalizados.