El mismo día que Cristina Kirchner anunciaba junto a Mauricio Macri el descubrimiento de un megayacimiento de gas, sus policías, la Federal y la Metropolitana, entraban a sangre y fuego en la Villa 20 de Soldati asesinando a dos jóvenes de 22 y 28años. La nueva empresaria constructora de los K, la señora Hebe de Bonafini, fue la que hizo la denuncia que posibilitó el desalojo a través de su abogado Sergio Schocklender, ante el gobierno porteño. A las
constructoras le molesta que el pueblo sin techo ocupe tierras, de la misma manera que al gobernador K Gildo Insfran le molestan los “indios de mierda” que reclaman por las suyas en Formosa. El jefe de Gabinete Aníbal Fernández y responsable de la Policía Federal, que encubre a la fuerza que colaboró con el crimen de Mariano Ferreyra, ahora debe ser señalado como el responsable político, junto al gobierno de Macri, de la matanza de Soldati. Contrariamente a lo que podía pensarse desde el “progresismo” kirchnerista, luego de los hechos de sangre en Barracas, el régimen no solo que no se ha puesto límites en la “represión a la protesta social” sino que ha acelerado su política de “orden” en el curso de pocas semanas.